El Banco de la República maniobra agresivamente y sube a 9 % sus tasas de interés
La junta directiva del banco central decidió este viernes seguir acelerando su intervención en política monetaria, con el fin de intentar contener el crecimiento de la inflación. La institución proyecta que la economía colombiana crecería 6,9 % en 2022.
La junta directiva del Banco de la República tomó la decisión este viernes de incrementar sus tasas de interés en 150 puntos básicos, llevando el indicador hasta 9 %, el segundo incremento de su tipo, que, cuando fue implementado por primera vez el mes pasado, no tenía antecedente en la historia reciente del país.
Esta maniobra refleja el rol central, y peligroso, que la inflación ha tomado en la política macroeconómica del país.
Vea también: El desempleo en Colombia fue del 11,3 % en junio
Con el incremento de este viernes, el emisor ha realizado ocho aumentos de sus tipos de interés desde septiembre del año pasado, cuando estos se encontraban en uno de sus puntos históricos más bajos (1,75 %), como parte del paquete de estímulos para contrarrestar los efectos más duros de la crisis económica inducida por la pandemia.
La decisión fue tomada por seis miembros de la junta directiva, en tanto uno votó por hacer un aumento de sólo 100 puntos básicos. Según lo explicado por el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, los argumentos de este último para votar en esa dirección, es porque consideraba que la política de normalización monetaria debería tener un menor ritmo, teniendo en cuenta algunas expectativas del comportamiento de la economía y otras variables macroeconómicas.
“Con la decisión adoptada en su sesión de hoy, la Junta Directiva continúa con el proceso de ajuste de la política monetaria que garantice el retorno de la inflación a la meta de 3 % en el mediano plazo. Para ello tomará las decisiones que considere necesarias con base en la nueva información disponible”, dijo el Banco en un comunicado.
Vale recordar que en la reunión de enero de este año, el banco sorprendió elevando este indicador en 100 puntos básicos, lo que lo dejó en 4 %, una decisión que en ese momento marcaba un hito por lo inclinado del alza. Sin embargo, desde entonces, y con la decisión de este viernes, el Banco ha continuado su senda de incrementos en las tasas, que es descrita por algunos como veloz y por otros como agresiva.
Aunque algunos analistas estiman que esta sería la última decisión alcista que tome la junta sobre las tasas, tanto el gerente general del Banco de la República, como el ministro de Hacienda, fueron claros en que no pueden asegurar esto, pues cada junta tiene sus particularidades y cada decisión depende de las variables macroeconómicas que hayan en el momento.
De acuerdo con la más reciente Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo, el promedio de los analistas del mercado consultados en el sondeo esperan que este año cierre con una inflación de 9,2 %, a la vez que ubican el crecimiento de la economía colombiana entre 5,7 % y 6,4 %.
Vale recordar acá que los cálculos de crecimiento del Gobierno (incluidos en el más reciente Marco Fiscal de Mediano Plazo) señalan que en 2022 la economía colombiana crecería 6,5 %.
Inflación, la gran preocupación
Las decisiones que viene tomando el Banco desde septiembre del año pasado tienen como objetivo cercarle el paso al crecimiento de la inflación, que lleva una trayectoria ascendente desde, por lo menos, mitad de 2021.
Para junio de este año, el dato más reciente que ha presentado el DANE, la variación anual de la inflación (o sea, la comparación de este mes con el mismo del año pasado) se ubicó en 9,67 %; para su medición mensual (el cambio entre abril y mayo de 2022), el indicador registró un alza de 0,60 %.
Estas cifras permiten ver cómo la inflación sigue siendo una de las principales preocupaciones macroeconómicas en Colombia (un escenario que es similar en otros países).
Así lo explica en un artículo para este diario José Antonio Ocampo, designado como ministro de Hacienda por el presidente electo, Gustavo Petro: “La inflación comenzó a repuntar en Colombia como en el mundo entero a fines del año pasado, pero fue agudizada por la invasión de Rusia a Ucrania, que generó precios muy elevados de petróleo, gas, fertilizantes y varios productos agrícolas. El Banco de la República, como otros bancos centrales, ha aumentado sus tasas de interés en forma cada vez más rápida, pero la inflación ha cedido muy poco: en el caso colombiano disminuyó en mayo, especialmente en alimentos, pero en este caso se encuentra todavía por encima del 20 % y la de productos diferentes a alimentos se encuentra todavía al alza”.
En particular, el grupo de alimentos sigue siendo el gran motor de la inflación en Colombia, algo que es preocupante de entrada, pero lo es aún más cuando se tiene en cuenta que las alzas en la comida tienden a golpear más los bolsillos de las personas con menores ingresos.
La inflación, además de afectar las decisiones o posibilidades de compra de los consumidores, especialmente los más vulnerables, también tiene un alto costo en términos de pobreza.
En la rueda de prensa de este viernes, el gerente general del Banco de la República recordó que el miércoles se publicarán las proyecciones del comportamiento de la inflación, pero anticipa que las mismas podrían prever una carestía de los productos a niveles altos durante el segundo semestre de 2022, con una tendencia a la baja en 2023 y muy probablemente en 2024, que es cuando se verán los efectos de los ajustes en la política monetaria que se han venido realizando en los últimos meses.
Sumado a esto, manifestó que la también reciente decisión de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) de subir las tasas, tiene el potencial de ayudar a Colombia en su tarea de controlar la inflación.
¿Cuál es el papel de las tasas de interés en la economía?
Para entender cuál es el papel de las tasas de interés en toda la economía, así como su incidencia en las decisiones y posibilidades de compra diarias de la gente es útil pensar este escenario como una serie de dominós. El primer dominó es la decisión de subir y bajar las tasas y desde ahí se desprende una cadena que acaba en la góndola del supermercado o en la oficina de créditos hipotecarios de un banco.
El banco central de un país es conocido, entre otros términos, como el banco de bancos porque la entidad le presta dinero a los demás actores institucionales del sistema financiero. Y, entre otros factores, es por este papel que sus tasas de interés terminan siendo claves para toda la economía: si el Emisor sube su tasa de interés, los demás bancos verán una presión financiera para prestarle a los ciudadanos y empresas a mayores tasas también.
Una subida de tasas de interés tiene la intención teórica de hacer un poco más escaso el dinero y de encarecer los créditos. Y estos dos elementos tienen, a su vez, la posibilidad de influir en las decisiones de consumo de las personas: si el crédito se encarece mejor no endeudarse para comprar esa moto, carro, casa.
“El gran énfasis es la urgencia y necesidad de retomar una senda a la baja de la inflación y en converger hacia la meta de 3 %, es uno de los retos en Colombia, pero que también lo tienen todos los países que se han visto afectados por los choques inflacionarios en niveles superiores a los que quisiéramos estar”, agregó Villar.
Estas decisiones, colectivamente hablando, pueden ponerle un freno a la demanda, lo que a su vez puede terminar por bajar los precios de algunos bienes y, por ese camino, empujar hacia abajo la inflación.
Sobre la meta del banco de alcanzar una inflación por debajo del 4 %, Villar afirmó que “en este momento las expectativas sugieren que el retorno es lento más o menos a dos años estaríamos dentro del rango aceptable para el banco, alrededor de 3,8 %”.
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La junta directiva del Banco de la República tomó la decisión este viernes de incrementar sus tasas de interés en 150 puntos básicos, llevando el indicador hasta 9 %, el segundo incremento de su tipo, que, cuando fue implementado por primera vez el mes pasado, no tenía antecedente en la historia reciente del país.
Esta maniobra refleja el rol central, y peligroso, que la inflación ha tomado en la política macroeconómica del país.
Vea también: El desempleo en Colombia fue del 11,3 % en junio
Con el incremento de este viernes, el emisor ha realizado ocho aumentos de sus tipos de interés desde septiembre del año pasado, cuando estos se encontraban en uno de sus puntos históricos más bajos (1,75 %), como parte del paquete de estímulos para contrarrestar los efectos más duros de la crisis económica inducida por la pandemia.
La decisión fue tomada por seis miembros de la junta directiva, en tanto uno votó por hacer un aumento de sólo 100 puntos básicos. Según lo explicado por el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, los argumentos de este último para votar en esa dirección, es porque consideraba que la política de normalización monetaria debería tener un menor ritmo, teniendo en cuenta algunas expectativas del comportamiento de la economía y otras variables macroeconómicas.
“Con la decisión adoptada en su sesión de hoy, la Junta Directiva continúa con el proceso de ajuste de la política monetaria que garantice el retorno de la inflación a la meta de 3 % en el mediano plazo. Para ello tomará las decisiones que considere necesarias con base en la nueva información disponible”, dijo el Banco en un comunicado.
Vale recordar que en la reunión de enero de este año, el banco sorprendió elevando este indicador en 100 puntos básicos, lo que lo dejó en 4 %, una decisión que en ese momento marcaba un hito por lo inclinado del alza. Sin embargo, desde entonces, y con la decisión de este viernes, el Banco ha continuado su senda de incrementos en las tasas, que es descrita por algunos como veloz y por otros como agresiva.
Aunque algunos analistas estiman que esta sería la última decisión alcista que tome la junta sobre las tasas, tanto el gerente general del Banco de la República, como el ministro de Hacienda, fueron claros en que no pueden asegurar esto, pues cada junta tiene sus particularidades y cada decisión depende de las variables macroeconómicas que hayan en el momento.
De acuerdo con la más reciente Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo, el promedio de los analistas del mercado consultados en el sondeo esperan que este año cierre con una inflación de 9,2 %, a la vez que ubican el crecimiento de la economía colombiana entre 5,7 % y 6,4 %.
Vale recordar acá que los cálculos de crecimiento del Gobierno (incluidos en el más reciente Marco Fiscal de Mediano Plazo) señalan que en 2022 la economía colombiana crecería 6,5 %.
Inflación, la gran preocupación
Las decisiones que viene tomando el Banco desde septiembre del año pasado tienen como objetivo cercarle el paso al crecimiento de la inflación, que lleva una trayectoria ascendente desde, por lo menos, mitad de 2021.
Para junio de este año, el dato más reciente que ha presentado el DANE, la variación anual de la inflación (o sea, la comparación de este mes con el mismo del año pasado) se ubicó en 9,67 %; para su medición mensual (el cambio entre abril y mayo de 2022), el indicador registró un alza de 0,60 %.
Estas cifras permiten ver cómo la inflación sigue siendo una de las principales preocupaciones macroeconómicas en Colombia (un escenario que es similar en otros países).
Así lo explica en un artículo para este diario José Antonio Ocampo, designado como ministro de Hacienda por el presidente electo, Gustavo Petro: “La inflación comenzó a repuntar en Colombia como en el mundo entero a fines del año pasado, pero fue agudizada por la invasión de Rusia a Ucrania, que generó precios muy elevados de petróleo, gas, fertilizantes y varios productos agrícolas. El Banco de la República, como otros bancos centrales, ha aumentado sus tasas de interés en forma cada vez más rápida, pero la inflación ha cedido muy poco: en el caso colombiano disminuyó en mayo, especialmente en alimentos, pero en este caso se encuentra todavía por encima del 20 % y la de productos diferentes a alimentos se encuentra todavía al alza”.
En particular, el grupo de alimentos sigue siendo el gran motor de la inflación en Colombia, algo que es preocupante de entrada, pero lo es aún más cuando se tiene en cuenta que las alzas en la comida tienden a golpear más los bolsillos de las personas con menores ingresos.
La inflación, además de afectar las decisiones o posibilidades de compra de los consumidores, especialmente los más vulnerables, también tiene un alto costo en términos de pobreza.
En la rueda de prensa de este viernes, el gerente general del Banco de la República recordó que el miércoles se publicarán las proyecciones del comportamiento de la inflación, pero anticipa que las mismas podrían prever una carestía de los productos a niveles altos durante el segundo semestre de 2022, con una tendencia a la baja en 2023 y muy probablemente en 2024, que es cuando se verán los efectos de los ajustes en la política monetaria que se han venido realizando en los últimos meses.
Sumado a esto, manifestó que la también reciente decisión de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) de subir las tasas, tiene el potencial de ayudar a Colombia en su tarea de controlar la inflación.
¿Cuál es el papel de las tasas de interés en la economía?
Para entender cuál es el papel de las tasas de interés en toda la economía, así como su incidencia en las decisiones y posibilidades de compra diarias de la gente es útil pensar este escenario como una serie de dominós. El primer dominó es la decisión de subir y bajar las tasas y desde ahí se desprende una cadena que acaba en la góndola del supermercado o en la oficina de créditos hipotecarios de un banco.
El banco central de un país es conocido, entre otros términos, como el banco de bancos porque la entidad le presta dinero a los demás actores institucionales del sistema financiero. Y, entre otros factores, es por este papel que sus tasas de interés terminan siendo claves para toda la economía: si el Emisor sube su tasa de interés, los demás bancos verán una presión financiera para prestarle a los ciudadanos y empresas a mayores tasas también.
Una subida de tasas de interés tiene la intención teórica de hacer un poco más escaso el dinero y de encarecer los créditos. Y estos dos elementos tienen, a su vez, la posibilidad de influir en las decisiones de consumo de las personas: si el crédito se encarece mejor no endeudarse para comprar esa moto, carro, casa.
“El gran énfasis es la urgencia y necesidad de retomar una senda a la baja de la inflación y en converger hacia la meta de 3 %, es uno de los retos en Colombia, pero que también lo tienen todos los países que se han visto afectados por los choques inflacionarios en niveles superiores a los que quisiéramos estar”, agregó Villar.
Estas decisiones, colectivamente hablando, pueden ponerle un freno a la demanda, lo que a su vez puede terminar por bajar los precios de algunos bienes y, por ese camino, empujar hacia abajo la inflación.
Sobre la meta del banco de alcanzar una inflación por debajo del 4 %, Villar afirmó que “en este momento las expectativas sugieren que el retorno es lento más o menos a dos años estaríamos dentro del rango aceptable para el banco, alrededor de 3,8 %”.
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