El Banco de la República saca el pie del freno y baja sus tasas de interés
La junta directiva del Banco de la República decidió bajar sus tasas de interés, por primera vez desde septiembre de 2021.
Este martes, en la última decisión de 2023, la junta directiva del Banco de la República decidió bajar sus tasas de interés por primera vez desde que arrancó su ajuste de política monetaria en septiembre de 2021.
Con esta determinación, los tipos de interés del banco central colombiano quedan en 13 %.
La decisión fue tomada por 5 votos a favor de esta determinación y 2 que lo hicieron para conservar las tasas en el nivel actual, de 13,25 %.
Para tomar la decisión, el Banco tuvo en cuenta que “la inflación continúa en la senda decreciente que ha mantenido en los últimos ocho meses y en noviembre se ubicó en 10,15 %. Además, las expectativas de inflación en 2024 para los analistas pasó de 5,2 % (noviembre) a 5,7 % (diciembre). Y se mantiene la proyección a dos y cinco años en 3,8 y 3 %, respectivamente”, explicó Leonardo Villar, gerente del Banco de la República.
Otro factor que consideró el emisor es que la actividad económica se ha desacelerado, según el Índice de Seguimiento a la Economía, del Departamento Administrativo Nacional de Estadística. Y hay una menor expectativa de crecimiento para este año.
Lea también: Grupo Sura anuncia cambios en el acuerdo entre Gilinski y el GEA por Nutresa
A diferencia de otras decisiones, en esta ocasión no había un consenso total entre los analistas acerca de cuál sería la decisión que tomaría la junta directiva del banco central.
Sin embargo, la baja estuvo en línea con lo que proyectaban los analistas consultados en la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo. Así mismo, el descenso en las tasas también estaba en las proyecciones de centros de análisis como BBVA Research.
Las diferencias de opinión están ancladas a dos factores, principalmente, la inflación y el comportamiento general de la economía. Sin embargo, el Banco de la República sostiene que su decisión “es coherente con el objetivo de llevar la inflación a su meta del 3 % y reafirma que las futuras decisiones dependerán de la nueva información disponible”, según Villar.
La inflación no deja respirar con calma
Las tasas del Banco de la República hay que leerlas en clave de inflación. O sea, un asunto va de la mano del otro.
La pausa por la que se había decantado el Banco refleja el ritmo actual de la inflación, que acumula ocho meses de bajas constantes, aunque no tan profundas como se desearía (o como se necesita). Las movidas de la junta del emisor muestran un poco eso: el panorama mejora, pero con cautela.
De su punto más alto, en marzo de este año (13,34 %), el IPC llegó en noviembre a 10,15 %. Una mejoría notable, pero aún por encima de los temidos dos dígitos y muy lejos del rango meta establecido por el propio Banco, que ubica la inflación en 3 %.
Las propias proyecciones del Banco ubican este indicador entre 9,4 % y 9,8 % para finales de este año. La Encuesta de Fedesarrollo proyecta que diciembre acabará con un IPC de 9,5 %.
“La inflación continuó la senda decreciente que ha mantenido durante los últimos ocho meses y en noviembre se ubicó en 10,15%. Esta tendencia se vio favorecida en noviembre por el buen comportamiento de los precios de los alimentos, cuya inflación anual se ubicó en 8,25 %, inferior en más de dos puntos porcentuales a la registrada en octubre. El rubro de regulados continuó presionando la inflación al alza, debido a los incrementos en los precios de los combustibles y la energía”, aseguró el Banco a través del comunicado leído al final de la reunión.
Por su parte, el ministro de hacienda, Ricardo Bonilla, añadió que la inflación de noviembre ya incluía el impacto del impuesto a alimentosa ultraprocesados y el cierre de la brecha de la gasolina. “Lo que esperamos en 2024 es una senda de reducción para completar la meta del Banco”.
Y, si bien la baja en las tasas puede ser considerada modesta, iguala las dos últimas subidas que hizo el Banco (en enero y marzo de este año). También es un reflejo de las preocupaciones alrededor de la ralentización de la economía colombiana.
Hay que recordar que, para el tercer trimestre de este año, el PIB registró una contracción de 0,3 %, un dato que prendió las alarmas acerca de la salud general de la economía.
Así mismo, este lunes, el DANE publicó los datos del Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) para octubre, que son útiles ver la “evolución de la actividad económica del país en el corto plazo”, como lo define la entidad estadística.
Los datos de octubre permiten ver que el ISE registró caídas tanto en su medición anual (o sea, en comparación con el mismo mes del año pasado), como en la mensual (comparando con septiembre de este año): -0,41 % y 0,97 %, respectivamente.
El enfriamiento de la economía, que era esperado por analistas (y, según algunos, necesario) ha llevado a que una serie de actores clamen para que las tasas bajen: Gobierno, industriales y banqueros se han puesto del mismo lado para reclamar un alivio en este aspecto.
El propio Banco ajustó sus proyecciones de crecimiento de la economía a 1 % en 2023 (de 1,2 % que se ubicaba en la reunión pasada).
Finalmente, el Banco, a través del comunicado publicado al final de la reunión dijo que “la Junta Directiva hace un llamado a la cautela en el ajuste del salario mínimo, de tal manera que su aumento no exceda de forma significativa la variación anual del índice de precios al consumidor en 2023. Lo anterior teniendo en cuenta las ganancias en poder adquisitivo que se obtuvieron en 2023 y que se esperan en 2024 como resultado de la caída prevista de la inflación”.
¿Cuál es el papel de las tasas de interés en la economía?
Para entender cuál es el papel de las tasas de interés en toda la economía, así como su incidencia en las decisiones y posibilidades de compra diarias de la gente, es útil pensar este escenario como una serie de dominós. El primer dominó es la decisión de subir y bajar las tasas y desde ahí se desprende una cadena que acaba en la góndola del supermercado o en la oficina de créditos hipotecarios de un banco.
El banco central de un país es conocido, entre otros términos, como el banco de bancos porque la entidad le presta dinero a los demás actores institucionales del sistema financiero. Y, entre otros factores, es por este papel que sus tasas de interés terminan siendo claves para toda la economía: si el Emisor sube su tasa de interés, los demás bancos verán una presión financiera para prestarle a los ciudadanos y empresas a mayores tasas también.
Lea también: ¿Cómo va la ejecución presupuestal del Gobierno Petro? Esto dice Minhacienda
Una subida de tasas de interés tiene la intención teórica de hacer un poco más escaso el dinero y de encarecer los créditos. Y estos dos elementos tienen, a su vez, la posibilidad de influir en las decisiones de consumo de las personas: si el crédito se encarece, mejor no endeudarse para comprar esa moto, carro, casa.
Estas decisiones, colectivamente hablando, pueden ponerle un freno a la demanda, lo que a su vez puede terminar por bajar los precios de algunos bienes y, por ese camino, empujar hacia abajo la inflación.
Nota del editor: El titular de esta nota fue modificado de una versión anterior, pues por querer resaltar el cambio en la política del Banco de la República como un freno podía interpretarse que estaba intentando frenar la economía, cuando la decisión de hoy busca lo contrario, dejar de frenarla.
💰📈💱 ¿Ya te enteraste de las últimas noticias económicas? Te invitamos a verlas en El Espectador.
Este martes, en la última decisión de 2023, la junta directiva del Banco de la República decidió bajar sus tasas de interés por primera vez desde que arrancó su ajuste de política monetaria en septiembre de 2021.
Con esta determinación, los tipos de interés del banco central colombiano quedan en 13 %.
La decisión fue tomada por 5 votos a favor de esta determinación y 2 que lo hicieron para conservar las tasas en el nivel actual, de 13,25 %.
Para tomar la decisión, el Banco tuvo en cuenta que “la inflación continúa en la senda decreciente que ha mantenido en los últimos ocho meses y en noviembre se ubicó en 10,15 %. Además, las expectativas de inflación en 2024 para los analistas pasó de 5,2 % (noviembre) a 5,7 % (diciembre). Y se mantiene la proyección a dos y cinco años en 3,8 y 3 %, respectivamente”, explicó Leonardo Villar, gerente del Banco de la República.
Otro factor que consideró el emisor es que la actividad económica se ha desacelerado, según el Índice de Seguimiento a la Economía, del Departamento Administrativo Nacional de Estadística. Y hay una menor expectativa de crecimiento para este año.
Lea también: Grupo Sura anuncia cambios en el acuerdo entre Gilinski y el GEA por Nutresa
A diferencia de otras decisiones, en esta ocasión no había un consenso total entre los analistas acerca de cuál sería la decisión que tomaría la junta directiva del banco central.
Sin embargo, la baja estuvo en línea con lo que proyectaban los analistas consultados en la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo. Así mismo, el descenso en las tasas también estaba en las proyecciones de centros de análisis como BBVA Research.
Las diferencias de opinión están ancladas a dos factores, principalmente, la inflación y el comportamiento general de la economía. Sin embargo, el Banco de la República sostiene que su decisión “es coherente con el objetivo de llevar la inflación a su meta del 3 % y reafirma que las futuras decisiones dependerán de la nueva información disponible”, según Villar.
La inflación no deja respirar con calma
Las tasas del Banco de la República hay que leerlas en clave de inflación. O sea, un asunto va de la mano del otro.
La pausa por la que se había decantado el Banco refleja el ritmo actual de la inflación, que acumula ocho meses de bajas constantes, aunque no tan profundas como se desearía (o como se necesita). Las movidas de la junta del emisor muestran un poco eso: el panorama mejora, pero con cautela.
De su punto más alto, en marzo de este año (13,34 %), el IPC llegó en noviembre a 10,15 %. Una mejoría notable, pero aún por encima de los temidos dos dígitos y muy lejos del rango meta establecido por el propio Banco, que ubica la inflación en 3 %.
Las propias proyecciones del Banco ubican este indicador entre 9,4 % y 9,8 % para finales de este año. La Encuesta de Fedesarrollo proyecta que diciembre acabará con un IPC de 9,5 %.
“La inflación continuó la senda decreciente que ha mantenido durante los últimos ocho meses y en noviembre se ubicó en 10,15%. Esta tendencia se vio favorecida en noviembre por el buen comportamiento de los precios de los alimentos, cuya inflación anual se ubicó en 8,25 %, inferior en más de dos puntos porcentuales a la registrada en octubre. El rubro de regulados continuó presionando la inflación al alza, debido a los incrementos en los precios de los combustibles y la energía”, aseguró el Banco a través del comunicado leído al final de la reunión.
Por su parte, el ministro de hacienda, Ricardo Bonilla, añadió que la inflación de noviembre ya incluía el impacto del impuesto a alimentosa ultraprocesados y el cierre de la brecha de la gasolina. “Lo que esperamos en 2024 es una senda de reducción para completar la meta del Banco”.
Y, si bien la baja en las tasas puede ser considerada modesta, iguala las dos últimas subidas que hizo el Banco (en enero y marzo de este año). También es un reflejo de las preocupaciones alrededor de la ralentización de la economía colombiana.
Hay que recordar que, para el tercer trimestre de este año, el PIB registró una contracción de 0,3 %, un dato que prendió las alarmas acerca de la salud general de la economía.
Así mismo, este lunes, el DANE publicó los datos del Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) para octubre, que son útiles ver la “evolución de la actividad económica del país en el corto plazo”, como lo define la entidad estadística.
Los datos de octubre permiten ver que el ISE registró caídas tanto en su medición anual (o sea, en comparación con el mismo mes del año pasado), como en la mensual (comparando con septiembre de este año): -0,41 % y 0,97 %, respectivamente.
El enfriamiento de la economía, que era esperado por analistas (y, según algunos, necesario) ha llevado a que una serie de actores clamen para que las tasas bajen: Gobierno, industriales y banqueros se han puesto del mismo lado para reclamar un alivio en este aspecto.
El propio Banco ajustó sus proyecciones de crecimiento de la economía a 1 % en 2023 (de 1,2 % que se ubicaba en la reunión pasada).
Finalmente, el Banco, a través del comunicado publicado al final de la reunión dijo que “la Junta Directiva hace un llamado a la cautela en el ajuste del salario mínimo, de tal manera que su aumento no exceda de forma significativa la variación anual del índice de precios al consumidor en 2023. Lo anterior teniendo en cuenta las ganancias en poder adquisitivo que se obtuvieron en 2023 y que se esperan en 2024 como resultado de la caída prevista de la inflación”.
¿Cuál es el papel de las tasas de interés en la economía?
Para entender cuál es el papel de las tasas de interés en toda la economía, así como su incidencia en las decisiones y posibilidades de compra diarias de la gente, es útil pensar este escenario como una serie de dominós. El primer dominó es la decisión de subir y bajar las tasas y desde ahí se desprende una cadena que acaba en la góndola del supermercado o en la oficina de créditos hipotecarios de un banco.
El banco central de un país es conocido, entre otros términos, como el banco de bancos porque la entidad le presta dinero a los demás actores institucionales del sistema financiero. Y, entre otros factores, es por este papel que sus tasas de interés terminan siendo claves para toda la economía: si el Emisor sube su tasa de interés, los demás bancos verán una presión financiera para prestarle a los ciudadanos y empresas a mayores tasas también.
Lea también: ¿Cómo va la ejecución presupuestal del Gobierno Petro? Esto dice Minhacienda
Una subida de tasas de interés tiene la intención teórica de hacer un poco más escaso el dinero y de encarecer los créditos. Y estos dos elementos tienen, a su vez, la posibilidad de influir en las decisiones de consumo de las personas: si el crédito se encarece, mejor no endeudarse para comprar esa moto, carro, casa.
Estas decisiones, colectivamente hablando, pueden ponerle un freno a la demanda, lo que a su vez puede terminar por bajar los precios de algunos bienes y, por ese camino, empujar hacia abajo la inflación.
Nota del editor: El titular de esta nota fue modificado de una versión anterior, pues por querer resaltar el cambio en la política del Banco de la República como un freno podía interpretarse que estaba intentando frenar la economía, cuando la decisión de hoy busca lo contrario, dejar de frenarla.
💰📈💱 ¿Ya te enteraste de las últimas noticias económicas? Te invitamos a verlas en El Espectador.