Banco de la República no para: tasas de interés suben a 13,25 %
Aunque todas las proyecciones señalaban que las tasas quedarían en 13 %, la junta directiva del banco central decidió este viernes seguir empujando su intervención en política monetaria. Este es el aumento número 14 desde septiembre de 2021.
Este viernes la junta directiva del Banco de la República decidió incrementar sus tasas de interés en 25 puntos básicos, llevando el indicador hasta 13,25 %. Vale recordar que en su decisión pasada, el banco central también estableció una subida de 25 puntos básicos.
Las maniobras del Banco reflejan el rol central y peligroso que la inflación ha tomado en el manejo macroeconómico del país.
Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, en la rueda de prensa después de la reunión de la junta directiva y antes de explicar la decisión de la tasas, aprovechó para agradecerle, en nombre del banco, a José Antonio Ocampo por su papel en la junta directiva durante “estos nueve meses y por una relación fluida, armónica y coordinada que tuvimos en este tiempo entre el Banco y el Ministerio de Hacienda”.
Villar agregó que se sentía privilegiado de haber podido “trabajar de cerca, nuevamente, con el ministro Ocampo durante este período y después de hacerlo en varias ocasiones durante estos 40 años en los que él ha sido mi profesor, mi mentor y mi amigo en muy difíciles circunstancias”.
Vale la pena recordar que esta semana el presidente Gustavo Petro anunció que el economista Ricardo Bonilla asumirá el cargo de ministro de Hacienda en reemplazo de José Antonio Ocampo. Este es uno de los cambios con más relevancia en medio de la crisis ministerial, pues esta cartera es clave a la hora de definir recursos para las reformas que se tramitan en el Congreso, por ejemplo, pero también para todo el manejo de la economía en un año que, de entrada, se anticipa difícil en materia de inflación y crecimiento, por mencionar dos factores.
De acuerdo con Villar, la decisión fue tomada por mayoría. Cuatro directores votaron por este aumento, dos lo hicieron por mantenerla inalterada y un director votó por un incremento de 50 puntos básicos.
Además, Villar aseguró que para la toma de decisión tuvieron en cuenta la inflación mensual de marzo y la actividad económica, que se sigue desacelerando, pero a un ritmo menor al previsto. “La actividad económica continúa desacelerándose, pero a un ritmo inferior al previsto. El indicador de seguimiento a la economía (ISE) registró una variación anual de 5,8 % en enero y de 3,1 % en febrero. El pronóstico de crecimiento del PIB para 2023 aumentó al 1 %”, dijo la entidad.
Las expectativas de inflación continúan por encima de la meta. Las expectativas a doce meses reportadas en la Encuesta Mensual de Expectativas disminuyeron de 7,2 % a 7,0 %, y para fines de 2024 se mantuvieron en 5 % en la mediana de la muestra.
De acuerdo con el banco, “el déficit de la cuenta corriente se reduciría del 6,2 % del PIB registrado en 2022 hacia un estimado de 4,1 % a fines de 2023, principalmente como resultado de una menor demanda interna, la cual se refleja en una caída de las importaciones”.
Además, mencionaron que en Estados Unidos y en la Unión Europea los bancos centrales volvieron a incrementar sus tasas de interés de política para enfrentar los altos niveles de inflación. “Los riesgos sobre la estabilidad del sistema financiero continúan siendo importantes para la economía global”, dijo el banco.
La junta también destacó la evaluación favorable que hizo el FMI sobre Colombia y la más reciente ratificación de que el país cumple con las condiciones de acceso a la Línea de Crédito Flexible, “disponible únicamente para países con sólidos marcos de política macroeconómica”. Con la decisión adoptada en su sesión, “la política monetaria continúa con su objetivo de llevar la inflación hacia su meta de 3 %. Las decisiones sucesivas que adopte la Junta dependerán de la nueva información disponible”, dijo la entidad mediante un comunicado.
Por su parte, José Antonio Ocampo, ministro saliente de Hacienda, también destacó el trabajo de la cartera y el Banco de la República. “Este es, de hecho, el último día de mi gestión como ministro, y quiero resaltar el buen trabajo que hemos tenido en política macroeconómica y fiscal. La línea de crédito flexible es un reflejo de la responsabilidad de la política macroeconómica del país y espero que mi sucesor siga en esa línea”.
Además, celebró el pronóstico de crecimiento del PIB para 2023, que el Banco lo aumentó al 1 % y mencionó que “puede llegar a un 2 %, que fue la estimación de comienzos del año, es un reconocimiento positivo. Ya lo veremos a lo largo del año”.
Retrospectiva de las alzas
Con el nuevo incremento, el Emisor ha realizado 14 aumentos de sus tipos de interés desde septiembre del año pasado. En ese momento, este indicador se encontraba en uno de sus puntos históricos más bajos (1,75 %), como parte del paquete de estímulos para contrarrestar los efectos más duros de la crisis económica inducida por la pandemia.
Con la decisión de este viernes, el Banco ha continuado su senda de incrementos en las tasas, que es descrita por algunos como veloz y por otros como agresiva. Aunque, para esta ocasión, el Banco comenzó a bajar el ritmo de su intervención por cuenta de una aparente desaceleración en la inflación.
Villar comparte la opinión acerca de una próxima moderación en el IPC. Según dijo el gerente del Banco en una entrevista reciente con este diario, “2023 va a ser un año en el que la inflación mostrará una clara tendencia hacia la baja. Estamos esperando una inflación del orden de 7 % para finales de ese año lo cual implicaría una reducción muy sustancial con respecto a la que tenemos en 2022″.
Lea también: Asamblea de accionistas de Ecopetrol llega en un momento de alto voltaje
Para este punto, varios análisis señalan que el crecimiento económico tendrá una moderación grande para 2023, cuando la mayoría de las proyecciones sitúan la expansión del PIB en cerca a 1 % (incluyendo los análisis del propio Banco de la República).
Inflación, la gran preocupación
Las decisiones que viene tomando el Banco desde septiembre del año pasado tienen como objetivo cercarle el paso al crecimiento de la inflación, que lleva una trayectoria ascendente desde, por lo menos, mitad de 2021.
Para marzo de 2023, el dato más reciente del DANE, la variación anual de la inflación (o sea, la comparación de este mes con el mismo del año pasado) se ubicó en 13,34 %. No se presentaba una cifra tan alta desde marzo de 1999, cuando el dato fue de 13,51 %.
Lea también: Inflación en Colombia siguió subiendo en marzo y llegó a 13,34 %
De acuerdo con el DANE, la cifra para el tercer mes del año se situó en 1,05 % y para el año corrido fue de 4,56 %. Vale la pena mencionar que la inflación anual también fue de dos dígitos (13,28 %) para febrero de 2023.
Estas cifras permiten ver cómo la inflación sigue siendo una de las principales preocupaciones macroeconómicas en Colombia (un escenario que es similar en otros países).
Lea también: Tasas de interés e inflación: la ecuación que enreda el panorama económico
La inflación, además de afectar las decisiones y posibilidades de compra de los consumidores, especialmente los más vulnerables, también tiene un alto costo en términos de pobreza.
¿Cuál es el papel de las tasas de interés en la economía?
Para entender cuál es el papel de las tasas de interés en toda la economía, así como su incidencia en las decisiones y posibilidades de compra diarias de la gente, es útil pensar este escenario como una serie de dominós. El primer dominó es la decisión de subir y bajar las tasas y desde ahí se desprende una cadena que acaba en la góndola del supermercado o en la oficina de créditos hipotecarios de un banco.
El banco central de un país es conocido, entre otros términos, como el banco de bancos porque la entidad le presta dinero a los demás actores institucionales del sistema financiero. Y, entre otros factores, es por este papel que sus tasas de interés terminan siendo claves para toda la economía: si el Emisor sube su tasa de interés, los demás bancos verán una presión financiera para prestarle a los ciudadanos y empresas a mayores tasas también.
Una subida de tasas de interés tiene la intención teórica de hacer un poco más escaso el dinero y de encarecer los créditos. Y estos dos elementos tienen, a su vez, la posibilidad de influir en las decisiones de consumo de las personas: si el crédito se encarece, mejor no endeudarse para comprar esa moto, carro, casa.
Estas decisiones, colectivamente hablando, pueden ponerle un freno a la demanda, lo que a su vez puede terminar por bajar los precios de algunos bienes y, por ese camino, empujar hacia abajo la inflación.
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Este viernes la junta directiva del Banco de la República decidió incrementar sus tasas de interés en 25 puntos básicos, llevando el indicador hasta 13,25 %. Vale recordar que en su decisión pasada, el banco central también estableció una subida de 25 puntos básicos.
Las maniobras del Banco reflejan el rol central y peligroso que la inflación ha tomado en el manejo macroeconómico del país.
Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, en la rueda de prensa después de la reunión de la junta directiva y antes de explicar la decisión de la tasas, aprovechó para agradecerle, en nombre del banco, a José Antonio Ocampo por su papel en la junta directiva durante “estos nueve meses y por una relación fluida, armónica y coordinada que tuvimos en este tiempo entre el Banco y el Ministerio de Hacienda”.
Villar agregó que se sentía privilegiado de haber podido “trabajar de cerca, nuevamente, con el ministro Ocampo durante este período y después de hacerlo en varias ocasiones durante estos 40 años en los que él ha sido mi profesor, mi mentor y mi amigo en muy difíciles circunstancias”.
Vale la pena recordar que esta semana el presidente Gustavo Petro anunció que el economista Ricardo Bonilla asumirá el cargo de ministro de Hacienda en reemplazo de José Antonio Ocampo. Este es uno de los cambios con más relevancia en medio de la crisis ministerial, pues esta cartera es clave a la hora de definir recursos para las reformas que se tramitan en el Congreso, por ejemplo, pero también para todo el manejo de la economía en un año que, de entrada, se anticipa difícil en materia de inflación y crecimiento, por mencionar dos factores.
De acuerdo con Villar, la decisión fue tomada por mayoría. Cuatro directores votaron por este aumento, dos lo hicieron por mantenerla inalterada y un director votó por un incremento de 50 puntos básicos.
Además, Villar aseguró que para la toma de decisión tuvieron en cuenta la inflación mensual de marzo y la actividad económica, que se sigue desacelerando, pero a un ritmo menor al previsto. “La actividad económica continúa desacelerándose, pero a un ritmo inferior al previsto. El indicador de seguimiento a la economía (ISE) registró una variación anual de 5,8 % en enero y de 3,1 % en febrero. El pronóstico de crecimiento del PIB para 2023 aumentó al 1 %”, dijo la entidad.
Las expectativas de inflación continúan por encima de la meta. Las expectativas a doce meses reportadas en la Encuesta Mensual de Expectativas disminuyeron de 7,2 % a 7,0 %, y para fines de 2024 se mantuvieron en 5 % en la mediana de la muestra.
De acuerdo con el banco, “el déficit de la cuenta corriente se reduciría del 6,2 % del PIB registrado en 2022 hacia un estimado de 4,1 % a fines de 2023, principalmente como resultado de una menor demanda interna, la cual se refleja en una caída de las importaciones”.
Además, mencionaron que en Estados Unidos y en la Unión Europea los bancos centrales volvieron a incrementar sus tasas de interés de política para enfrentar los altos niveles de inflación. “Los riesgos sobre la estabilidad del sistema financiero continúan siendo importantes para la economía global”, dijo el banco.
La junta también destacó la evaluación favorable que hizo el FMI sobre Colombia y la más reciente ratificación de que el país cumple con las condiciones de acceso a la Línea de Crédito Flexible, “disponible únicamente para países con sólidos marcos de política macroeconómica”. Con la decisión adoptada en su sesión, “la política monetaria continúa con su objetivo de llevar la inflación hacia su meta de 3 %. Las decisiones sucesivas que adopte la Junta dependerán de la nueva información disponible”, dijo la entidad mediante un comunicado.
Por su parte, José Antonio Ocampo, ministro saliente de Hacienda, también destacó el trabajo de la cartera y el Banco de la República. “Este es, de hecho, el último día de mi gestión como ministro, y quiero resaltar el buen trabajo que hemos tenido en política macroeconómica y fiscal. La línea de crédito flexible es un reflejo de la responsabilidad de la política macroeconómica del país y espero que mi sucesor siga en esa línea”.
Además, celebró el pronóstico de crecimiento del PIB para 2023, que el Banco lo aumentó al 1 % y mencionó que “puede llegar a un 2 %, que fue la estimación de comienzos del año, es un reconocimiento positivo. Ya lo veremos a lo largo del año”.
Retrospectiva de las alzas
Con el nuevo incremento, el Emisor ha realizado 14 aumentos de sus tipos de interés desde septiembre del año pasado. En ese momento, este indicador se encontraba en uno de sus puntos históricos más bajos (1,75 %), como parte del paquete de estímulos para contrarrestar los efectos más duros de la crisis económica inducida por la pandemia.
Con la decisión de este viernes, el Banco ha continuado su senda de incrementos en las tasas, que es descrita por algunos como veloz y por otros como agresiva. Aunque, para esta ocasión, el Banco comenzó a bajar el ritmo de su intervención por cuenta de una aparente desaceleración en la inflación.
Villar comparte la opinión acerca de una próxima moderación en el IPC. Según dijo el gerente del Banco en una entrevista reciente con este diario, “2023 va a ser un año en el que la inflación mostrará una clara tendencia hacia la baja. Estamos esperando una inflación del orden de 7 % para finales de ese año lo cual implicaría una reducción muy sustancial con respecto a la que tenemos en 2022″.
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Para este punto, varios análisis señalan que el crecimiento económico tendrá una moderación grande para 2023, cuando la mayoría de las proyecciones sitúan la expansión del PIB en cerca a 1 % (incluyendo los análisis del propio Banco de la República).
Inflación, la gran preocupación
Las decisiones que viene tomando el Banco desde septiembre del año pasado tienen como objetivo cercarle el paso al crecimiento de la inflación, que lleva una trayectoria ascendente desde, por lo menos, mitad de 2021.
Para marzo de 2023, el dato más reciente del DANE, la variación anual de la inflación (o sea, la comparación de este mes con el mismo del año pasado) se ubicó en 13,34 %. No se presentaba una cifra tan alta desde marzo de 1999, cuando el dato fue de 13,51 %.
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De acuerdo con el DANE, la cifra para el tercer mes del año se situó en 1,05 % y para el año corrido fue de 4,56 %. Vale la pena mencionar que la inflación anual también fue de dos dígitos (13,28 %) para febrero de 2023.
Estas cifras permiten ver cómo la inflación sigue siendo una de las principales preocupaciones macroeconómicas en Colombia (un escenario que es similar en otros países).
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La inflación, además de afectar las decisiones y posibilidades de compra de los consumidores, especialmente los más vulnerables, también tiene un alto costo en términos de pobreza.
¿Cuál es el papel de las tasas de interés en la economía?
Para entender cuál es el papel de las tasas de interés en toda la economía, así como su incidencia en las decisiones y posibilidades de compra diarias de la gente, es útil pensar este escenario como una serie de dominós. El primer dominó es la decisión de subir y bajar las tasas y desde ahí se desprende una cadena que acaba en la góndola del supermercado o en la oficina de créditos hipotecarios de un banco.
El banco central de un país es conocido, entre otros términos, como el banco de bancos porque la entidad le presta dinero a los demás actores institucionales del sistema financiero. Y, entre otros factores, es por este papel que sus tasas de interés terminan siendo claves para toda la economía: si el Emisor sube su tasa de interés, los demás bancos verán una presión financiera para prestarle a los ciudadanos y empresas a mayores tasas también.
Una subida de tasas de interés tiene la intención teórica de hacer un poco más escaso el dinero y de encarecer los créditos. Y estos dos elementos tienen, a su vez, la posibilidad de influir en las decisiones de consumo de las personas: si el crédito se encarece, mejor no endeudarse para comprar esa moto, carro, casa.
Estas decisiones, colectivamente hablando, pueden ponerle un freno a la demanda, lo que a su vez puede terminar por bajar los precios de algunos bienes y, por ese camino, empujar hacia abajo la inflación.
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