El Banco de la República continúa soltando la rienda y baja sus tasas de interés
La junta directiva del Banco de la República decidió efectuar la cuarta reducción consecutiva en sus tasas de interés desde que comenzó a ajustar su política monetaria, en septiembre de 2021.
Este martes, en la tercera reunión de 2024, la junta directiva del Banco de la República tomó la determinación de bajar sus tasas de interés por cuarta vez desde que arrancó su ajuste de política monetaria en septiembre de 2021, como respuesta a los retos económicos que impuso la pandemia.
Con esta determinación, los tipos de interés del banco central colombiano quedan en 11,75 %, lo que representa un descenso de 50 puntos básicos en el indicador, un ajuste de igual proporción al de la decisión de marzo.
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La determinación fue tomada por mayoría: cinco codirectores votaron por la reducción anunciada, uno lo hizo por una baja de 75 puntos básicos y uno más lo hizo por una de 100, según Leonardo Villar, gerente del Banco de la República.
“La decisión no es unánime, pero hay unanimidad respecto a seguir la senda de reducir las tasas. No hemos logrado unanimidad en mirar en profundidad las necesidades de recuperación económica y por eso no logramos una decisión conjunta”, expresó el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla.
La baja en las tasas era ampliamente esperada por los analistas. El descenso estuvo en línea con lo que esperaban la mayoría de consultados en la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo, así como las proyecciones de centros de análisis como el grupo de investigaciones económicas de Corficolombiana, por ejemplo.
“La mayoría de integrantes de la junta del Banco reacciona a la situación de la FED (Reserva Federal) que ha dejado en condiciones desfavorable el movimiento de las tasas en distintos bancos centrales”, añadió Bonilla.
La inflación ofrece un leve respiro
Las tasas del Banco de la República hay que leerlas en clave de inflación. O sea, un asunto va de la mano del otro.
El descenso que empezó el Banco en diciembre del año pasado refleja, a su vez, el camino que ha ido tomando la inflación en Colombia, que para este punto acumula un año de descensos consecutivos, lo que permite hablar de una tendencia clara hacia la baja, no sólo actualmente, sino hacia el futuro más inmediato.
Las recientes movidas de la junta directiva del Banco reflejan un poco eso: una inflación que pareciera bajo un control estructural y, con ello, un relajamiento progresivo (y tomando algo más de velocidad) en la política monetaria de la entidad.
De su punto más alto, en marzo de 2023 (13,34 %), el IPC llegó en marzo de 2024 a 7,36 % en su variación anual. Y la inflación sin alimentos ni regulados en 6,8 %.
“Estos registros consolidan la tendencia descendente de la variación de precios observada en 2023. Las canastas de bienes y de alimentos son las que más han contribuido a esta reducción de la inflación anual”, detalló el Banrep.
Esta es una mejoría notable, sin duda. No sólo mantiene el indicador al terreno de un solo dígito, sino que también implica un comportamiento muy positivo en categorías claves como los alimentos, cuyo descenso prácticamente explicaron el buen resultado con el que cerró el IPC en 2023 para Colombia y la tendencia a la baja que se sigue viendo en 2024.
Las expectativas de inflación de los analistas encuestados mensualmente por el Banco de la República se mantuvieron estables en 4,6 % y 3,5 % a uno y dos años en la mediana de la muestra, mientras que aquellas derivadas de los mercados de deuda pública en su mayoría disminuyeron, aunque sus niveles permanecen por encima de la meta.
En cuanto a crecimiento, el banco proyecta un crecimiento de 1,4 % en 2024, cifra que representa una revisión al alza respecto al pronóstico con el que empezó el año (0,8 %). Además, la proyección para 2025 quedó en 3,2 %.
“Esta revisión incorpora el desempeño positivo de algunas actividades de los sectores primario y terciario (servicios) durante los primeros meses del año, según lo señalaron los datos recientes del Indicador de Seguimiento Económico (ISE)”, precisó el Banco.
Finalmente, la decisión de Banco de la República tuvo en cuenta el contexto externo se ha visto afectado por las circunstancias económicas en los Estados Unidos que muestran una inflación básica persistente y todavía por encima de la meta, un mercado laboral apretado y revisiones al alza en el crecimiento económico. Esto ha aumentado las tasas de interés de mediano y largo plazo en los mercados globales.
¿Cuál es el papel de las tasas de interés en la economía?
Para entender cuál es el papel de las tasas de interés en toda la economía, así como su incidencia en las decisiones y posibilidades de compra diarias de la gente, es útil pensar este escenario como una serie de dominós. El primer dominó es la decisión de subir y bajar las tasas y desde ahí se desprende una cadena que acaba en la góndola del supermercado o en la oficina de créditos hipotecarios de un banco.
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El banco central de un país es conocido, entre otros términos, como el banco de bancos porque la entidad les presta dinero a los demás actores institucionales del sistema financiero. Y, entre otros factores, es por este papel que sus tasas de interés terminan siendo claves para toda la economía: si el Emisor sube su tasa de interés, los demás bancos verán una presión financiera para prestarles a los ciudadanos y empresas a mayores tasas también.
Una subida de tasas de interés tiene la intención teórica de hacer un poco más escaso el dinero y de encarecer los créditos. Y estos dos elementos tienen, a su vez, la posibilidad de influir en las decisiones de consumo de las personas: si el crédito se encarece, mejor no endeudarse para comprar esa moto, carro, casa.
Estas decisiones, colectivamente hablando, pueden ponerle un freno a la demanda, lo que a su vez puede terminar por bajar los precios de algunos bienes y, por ese camino, empujar hacia abajo la inflación.
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Este martes, en la tercera reunión de 2024, la junta directiva del Banco de la República tomó la determinación de bajar sus tasas de interés por cuarta vez desde que arrancó su ajuste de política monetaria en septiembre de 2021, como respuesta a los retos económicos que impuso la pandemia.
Con esta determinación, los tipos de interés del banco central colombiano quedan en 11,75 %, lo que representa un descenso de 50 puntos básicos en el indicador, un ajuste de igual proporción al de la decisión de marzo.
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La determinación fue tomada por mayoría: cinco codirectores votaron por la reducción anunciada, uno lo hizo por una baja de 75 puntos básicos y uno más lo hizo por una de 100, según Leonardo Villar, gerente del Banco de la República.
“La decisión no es unánime, pero hay unanimidad respecto a seguir la senda de reducir las tasas. No hemos logrado unanimidad en mirar en profundidad las necesidades de recuperación económica y por eso no logramos una decisión conjunta”, expresó el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla.
La baja en las tasas era ampliamente esperada por los analistas. El descenso estuvo en línea con lo que esperaban la mayoría de consultados en la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo, así como las proyecciones de centros de análisis como el grupo de investigaciones económicas de Corficolombiana, por ejemplo.
“La mayoría de integrantes de la junta del Banco reacciona a la situación de la FED (Reserva Federal) que ha dejado en condiciones desfavorable el movimiento de las tasas en distintos bancos centrales”, añadió Bonilla.
La inflación ofrece un leve respiro
Las tasas del Banco de la República hay que leerlas en clave de inflación. O sea, un asunto va de la mano del otro.
El descenso que empezó el Banco en diciembre del año pasado refleja, a su vez, el camino que ha ido tomando la inflación en Colombia, que para este punto acumula un año de descensos consecutivos, lo que permite hablar de una tendencia clara hacia la baja, no sólo actualmente, sino hacia el futuro más inmediato.
Las recientes movidas de la junta directiva del Banco reflejan un poco eso: una inflación que pareciera bajo un control estructural y, con ello, un relajamiento progresivo (y tomando algo más de velocidad) en la política monetaria de la entidad.
De su punto más alto, en marzo de 2023 (13,34 %), el IPC llegó en marzo de 2024 a 7,36 % en su variación anual. Y la inflación sin alimentos ni regulados en 6,8 %.
“Estos registros consolidan la tendencia descendente de la variación de precios observada en 2023. Las canastas de bienes y de alimentos son las que más han contribuido a esta reducción de la inflación anual”, detalló el Banrep.
Esta es una mejoría notable, sin duda. No sólo mantiene el indicador al terreno de un solo dígito, sino que también implica un comportamiento muy positivo en categorías claves como los alimentos, cuyo descenso prácticamente explicaron el buen resultado con el que cerró el IPC en 2023 para Colombia y la tendencia a la baja que se sigue viendo en 2024.
Las expectativas de inflación de los analistas encuestados mensualmente por el Banco de la República se mantuvieron estables en 4,6 % y 3,5 % a uno y dos años en la mediana de la muestra, mientras que aquellas derivadas de los mercados de deuda pública en su mayoría disminuyeron, aunque sus niveles permanecen por encima de la meta.
En cuanto a crecimiento, el banco proyecta un crecimiento de 1,4 % en 2024, cifra que representa una revisión al alza respecto al pronóstico con el que empezó el año (0,8 %). Además, la proyección para 2025 quedó en 3,2 %.
“Esta revisión incorpora el desempeño positivo de algunas actividades de los sectores primario y terciario (servicios) durante los primeros meses del año, según lo señalaron los datos recientes del Indicador de Seguimiento Económico (ISE)”, precisó el Banco.
Finalmente, la decisión de Banco de la República tuvo en cuenta el contexto externo se ha visto afectado por las circunstancias económicas en los Estados Unidos que muestran una inflación básica persistente y todavía por encima de la meta, un mercado laboral apretado y revisiones al alza en el crecimiento económico. Esto ha aumentado las tasas de interés de mediano y largo plazo en los mercados globales.
¿Cuál es el papel de las tasas de interés en la economía?
Para entender cuál es el papel de las tasas de interés en toda la economía, así como su incidencia en las decisiones y posibilidades de compra diarias de la gente, es útil pensar este escenario como una serie de dominós. El primer dominó es la decisión de subir y bajar las tasas y desde ahí se desprende una cadena que acaba en la góndola del supermercado o en la oficina de créditos hipotecarios de un banco.
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El banco central de un país es conocido, entre otros términos, como el banco de bancos porque la entidad les presta dinero a los demás actores institucionales del sistema financiero. Y, entre otros factores, es por este papel que sus tasas de interés terminan siendo claves para toda la economía: si el Emisor sube su tasa de interés, los demás bancos verán una presión financiera para prestarles a los ciudadanos y empresas a mayores tasas también.
Una subida de tasas de interés tiene la intención teórica de hacer un poco más escaso el dinero y de encarecer los créditos. Y estos dos elementos tienen, a su vez, la posibilidad de influir en las decisiones de consumo de las personas: si el crédito se encarece, mejor no endeudarse para comprar esa moto, carro, casa.
Estas decisiones, colectivamente hablando, pueden ponerle un freno a la demanda, lo que a su vez puede terminar por bajar los precios de algunos bienes y, por ese camino, empujar hacia abajo la inflación.
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