Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El dólar cerró su cotización del viernes por encima de los $4.400, logrando niveles que no se veían desde finales de 2022 e inicios del año pasado, cuando alcanzó su máximo histórico ($4.924).
Han sido diversos los factores que han traído al billete verde a este punto. Situación que, explican los analistas, no es exclusiva de Colombia.
Por un lado, está el precio del petróleo que, hay que recordar, mantuvo días de caídas por las tensiones en Medio Oriente (principalmente porque se esperaba que los ataques a las infraestructuras críticas de esta industria fueran mayores, lo que resultó en una oferta más alta de la prevista). Este asunto, explica el asociado senior de divisas de Credicorp Capital, Alejandro Guerrero, ha venido perdiendo correlación, en la medida en que se ha venido estabilizando. Aun así, detalla, si la referencia Brent llega a romper a la baja la barrera de los US$70, veríamos mayores presiones sobre el dólar.
En los últimos días, se han sumado otros elementos que han redundado en el fortalecimiento del billete verde. Como lo explica David Ballén, director de análisis y estrategia de Casa de Bolsa SCB, la demanda de dólares se ha elevado por la incertidumbre que generan las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Una eventual victoria de Donald Trump, por ejemplo, pondrían en marcha una serie de políticas restrictivas para la economía internacional (como lo es el aumento de aranceles), lo que se traduciría en inflación. Ante este tipo de escenarios, lo que hacen muchos inversionistas es aumentar la demanda de dólares, a modo de activo refugio.
Lea también: ¿Cuál será el precio del dólar a fin de año? Tendencias para los próximos días
Por su parte, el director de investigaciones económicas del Banco de Bogotá, Camilo Pérez, resalta que la propia macroeconomía de Estados Unidos también está ejerciendo presiones en los futuros del dólar. Un elemento clave es el desempeño favorable que ha tenido la economía de ese país, lo que ha llevado a que diversos análisis pronostiquen que cierre el año con un crecimiento del 2,8 %. Esto, a su vez, podría implicar una mayor presión inflacionaria (por la fortaleza que recobrarán los estadounidenses en su poder adquisitivo), lo que llevaría a que la Reserva Federal (Fed) se muestre más cautelosa en su política de reducción de tasas.
Para entender mejor lo anterior, se debe tener en cuenta que tasas de interés más bajas en Estados Unidos benefician a países como Colombia, pues con estas se estimulan las inversiones internacionales. Es decir, al entrar más dólares al país esa divisa se hace más barata.
Gran parte de los analistas consultados por este medio también coinciden en que la reforma al Sistema General de Participaciones ha tenido ecos en el precio del dólar, pues causa incertidumbres sobre la salud y estabilidad fiscal del país, generando también ruido sobre las actualizaciones en las calificaciones de riesgo.
Sobre esto hay que recordar que el país ha intentado mantener la regla fiscal, y aunque en los últimos años la calificación de riesgo ha caído (principalmente por los desafíos macroeconómicos tras la pandemia), la perspectiva se mantiene estable.
También lea: La baja en tasas decepcionó: lo que preocupa al Banrep de la economía colombiana
Finalmente, el vicepresidente ejecutivo de Values AAA, Álvaro Humberto Ojeda, señala que la evolución de la inflación en Colombia, así como las medidas que tome el Banco de la República para mantenerla a raya, también son relevantes, pues podrían llegar a debilitar aún más el peso colombiano.
“Sobre las tasas, al recortar 50 y no 75 puntos, el banco reafirma su compromiso por la estabilidad macroeconómica y el buen desempeño de la inflación”, señala Pérez.
En suma, son diversos los elementos que se han alineado para que hoy el dólar sostenga una tendencia al alza. Ojeda resalta el hecho de que este es un panorama generalizado, en donde se han visto más castigadas las monedas de las economías emergentes, como es el caso de Colombia.
Parte de las principales previsiones apuntan a que, cuando pase esta oleada de incertidumbres macroeconómicas que están fortaleciendo al dólar, llegue un momento de calma en donde la divisa comenzaría a perder fuerza. El grueso de las estimaciones consideran que el dólar cerraría 2024 entre los $4.150 y los $4.200.
Se espera que en los próximos días el dólar mantenga esta tendencia, mientras se van resolviendo esas grandes incertidumbres, como lo son las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el próximo 5 de noviembre. Es probable que la divisa ya haya tocado techo, y se avecinen días de cierres a la baja.
💰📈💱 ¿Ya te enteraste de las últimas noticias económicas? Te invitamos a verlas en El Espectador.