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La reciente inauguración del Puerto de Chancay, en Perú, ha puesto en la mesa importantes reflexiones sobre el comercio exterior en la región. Este megaproyecto, que conecta directamente con Shanghái, China, reduce semanas de tránsito marítimo y promete disminuir costos logísticos, posicionándose como un nuevo eje para el comercio entre Suramérica y Asia. Sin embargo, su impacto genera tanto oportunidades como desafíos para países vecinos como Colombia.
Con una capacidad inicial proyectada de 750.000 contenedores en su primer año, el Puerto de Chancay es considerado una pieza clave de la Franja y la Ruta de China, la iniciativa global liderada por el gigante asiático que pretende crear un “grupo de amigos” entre economías en desarrollo.
Por una parte, este puerto no solo beneficiará a Perú, sino que abre nuevas puertas para los países de la región que buscan fortalecer su presencia en mercados asiáticos.
Oportunidades en el horizonte
De acuerdo con Liborio Cuéllar, gerente general de la Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura, “el Puerto de Chancay será un complemento para Buenaventura. No nos va a quitar carga porque el puerto colombiano maneja cerca de un millón de contenedores anuales con carga local. Además, este es el momento de fortalecer los negocios con Asia y aprovechar las nuevas rutas comerciales”.
Cuéllar también subrayó la necesidad de realizar el dragado del Puerto de Buenaventura para alcanzar un calado de 16 metros, lo que permitiría recibir buques de mayor tamaño. “Esperamos que para enero de 2026 este proyecto sea una realidad”, afirmó.
Riesgos para Colombia
Entre enero y septiembre de 2024, las exportaciones colombianas a China alcanzaron los US$1.891 millones, un incremento del 14,4 % respecto al mismo período de 2023, según cifras de la Dian y análisis de Analdex. En contraste, las importaciones desde China ascendieron a US$11.386 millones, con un crecimiento del 3,1 %.
Para Javier Díaz, presidente de Analdex, la competencia que plantea el Puerto de Chancay no es el único desafío. “Si las navieras dejan de recalar en Buenaventura, los costos terrestres aumentarían significativamente, complicando el transporte de mercancías entre Colombia, Ecuador y Perú”, explicó.
Mientras Perú avanza con su megaestructura portuaria, expertos advierten que Colombia podría estar quedándose atrás en las dinámicas del comercio internacional. Santiago Pardo, exembajador de Colombia ante Japón, señaló: “Con Chancay vemos cómo Colombia está en el lugar equivocado. No somos miembros de foros clave como el Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC) o el CPTPP. Esto nos pone en desventaja frente a los desarrollos logísticos y comerciales del futuro”.
Pardo también enfatizó la importancia de mejorar la conectividad portuaria en el Valle del Cauca y en el Pacífico colombiano. “Necesitamos fortalecer la infraestructura y crear acuerdos comerciales preferenciales con Asia. El atraso que estamos enfrentando debe ser atendido con urgencia para evitar quedar fuera de los grandes ciclos del comercio internacional marítimo”.
Mientras tanto, esta nueva conexión entre Sudamérica y Asia seguirá transformando las dinámicas del comercio exterior, con un llamado claro a Colombia para acelerar su adaptación y fortalecer su presencia en los mercados globales.
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