El nuevo mercado de crédito que enfrentarán los colombianos
Los analistas creen que quedan entre seis y nueve meses para que termine el período de los intereses en mínimos históricos. Le contamos cómo sortear esta nueva era.
Camilo Vega Barbosa
Las tasas de interés hipotecarias en mínimos y otras condiciones especialmente favorables de financiamiento llegarán a su fin. Quedan pocos meses para que se empiecen a sentir claramente los efectos de una serie de factores locales e internacionales que cambiarán el mercado crediticio de los colombianos. Sin embargo, hay alternativas para prepararse y tomar medidas para sortear de forma inteligente esta nueva era.
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Las tasas de interés hipotecarias en mínimos y otras condiciones especialmente favorables de financiamiento llegarán a su fin. Quedan pocos meses para que se empiecen a sentir claramente los efectos de una serie de factores locales e internacionales que cambiarán el mercado crediticio de los colombianos. Sin embargo, hay alternativas para prepararse y tomar medidas para sortear de forma inteligente esta nueva era.
¿Qué pasó?
Colombia no es el único país en transición. En todo el mundo las economías están enfrentando las consecuencias de la recuperación económica del COVID-19 y una serie de factores con impactos globales.
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A escala internacional, todas las miradas están centradas en la Reserva Federal. La semana pasada, el banco central de Estados Unidos comenzó a retirar los estímulos monetarios por medio de una reducción de las compras de bonos del Tesoro y otros títulos. Además, los analistas esperan que realice de dos a tres incrementos de sus tasas de interés en 2022.
El endurecimiento de la política monetaria de la principal economía global será clave para los países emergentes, en especial aquellos que muestran algunos riesgos debido al deterioro de los indicadores. Por ejemplo, los que están muy endeudados. El alza de tasas podría llevar a que los capitales migren de estos países hacia Estados Unidos, generando problemas de devaluación.
También se está viviendo un efecto inflacionario global. Por un lado, debido a la recuperación económica que reactivó el consumo, y porque este período coincidió con una crisis de energía y logística que está limitando la oferta. Entonces, los precios están subiendo por factores de oferta y demanda,
En Colombia esta serie de dinámicas se han percibido principalmente por medio de dos elocuentes indicadores: la inflación, cuyo reporte doce meses llegó al 4,51 %; y el crecimiento económico, que está superando las expectativas al punto que, según el Banco de la República, se podría registrar 9,8 % en 2021. Incluso hay posibilidades de que cerremos el año con un crecimiento de doble dígito.
Es claro que habrá repercusiones en la economía colombiana, en particular con los créditos. De hecho, estas comenzaron hace un par de meses. Los reportes de inflación y crecimiento económico llevaron a que el Banco de la República empezara a retirar los estímulos monetarios que introdujo durante la pandemia.
Entre septiembre y octubre de 2021 la tasa de interés del Banco de la República ha subido 75 puntos básicos, pasando de 1,75 % (su nivel más bajo históricamente) a 2,5 %. Y el emisor ha manifestado que está analizando incrementos adicionales.
“Es claro que Colombia está haciendo un ajuste mucho más gradual, mucho más cauteloso. Hay conciencia en la junta de que hay riesgos, tenemos que ir paso por paso”, indicó Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, durante la versión 55 del Congreso de Asobancaria que se realizó en Cartagena la semana pasada.
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Colombianos endeudados
El más reciente reporte de la firma Raddar reveló que el gasto de los hogares sumó $65 billones en septiembre de 2021, lo que representó un crecimiento de 9,9 % frente al mismo mes de 2020. En el informe se detalla que el gasto de los colombianos está siendo impulsado, “en gran medida, por el crecimiento de las tarjetas de crédito y la colocación crediticia en general”.
Tan solo en septiembre de 2021 la colocación de tarjetas de crédito, préstamos de consumo e hipotecarios en los hogares colombianos creció 66,9 % frente al mismo mes de 2020.
El reporte de Raddar agregó que “parte del gasto que hacen los hogares mes a mes se viene apalancando en las tarjetas de crédito, lo que podría generar mayores costos en el servicio de deuda de los hogares”.
Esto implica que los colombianos entrarán al futuro mercado crediticio en mayores condiciones de endeudamiento. Y gran parte se financia por medio de tarjeta de crédito, que es el préstamo más caro del mercado.
Aquí hay que añadir que prácticamente todos los análisis macroeconómicos de instituciones como el Banco de la República, centros de pensamiento como Fedesarrollo o unidades de análisis como BBVA Research destacan que la recuperación económica está siendo impulsada, entre otros factores, por el consumo de los hogares, que tiene un papel fundamental en el dinamismo actual de la economía colombiana.
El nuevo mercado de deuda
El efecto más sensible que tendrán los colombianos tras el alza de tasas de interés del Banco de la República será el incremento de los intereses de los créditos de la economía, como los de las tarjetas de crédito e incluso los hipotecarios; sin embargo, Alejandro Vera, vicepresidente técnico de Asobancaria, explicó que “el efecto del incremento de tasas de interés tardará entre seis a nueve meses en apreciarse. Incluso, podría demorarse más en verse en los créditos de vivienda. El encarecimiento de los préstamos dependerá del grado y la velocidad de incremento de tasas por parte del Banco de la República. Por esto, lo que hemos recomendado es que este incremento se realice de forma gradual”. Pero, aclara Vera, “mientras la economía crezca a un buen ritmo, no necesariamente el nivel de endeudamiento de los hogares será riesgoso en esta coyuntura de incremento de tasas de interés. Y nosotros creemos que incluso podríamos crecer a doble dígito este año, entonces no hay señales claras para preocuparse”.
Vera agregó que, “en efecto, se espera que se encarezca el endeudamiento en Colombia por toda la serie de fenómenos internos y externos; pero no necesariamente significa que los hogares vayan a reducir o aplazar sus planes de financiamiento. Mientras que se haga un buen análisis de los ingresos que se contarán en el futuro para pagar esas deudas, los préstamos serán sostenibles”.
Hay experiencias regionales que demuestran que este punto de inflexión en la economía mundial puede tener graves consecuencias sobre el acceso a financiamiento.
Felipe Larraín, exministro de Hacienda de Chile, explicó que “por una serie de factores propios de Chile, como los cuatro retiros en los fondos de pensión, y por externos, como la reducción de los estímulos monetarios de la Reserva Federal, hemos visto que los intereses se han encarecido de forma importante. Afectando incluso a los de vivienda, que han visto sus intereses encarecerse en más del 80 %, reduciendo de manera importante el acceso a créditos”.
Por ahora no hay hechos claros que adviertan que en Colombia habrá un alza de intereses tan fuerte como en Chile, pues Larraín también reconoce que gran parte del efecto de la Reserva Federal ya está descontado. Sin embargo, las precauciones no sobran en este punto de inflexión.
Los colombianos tienen meses para prepararse para el nuevo mercado crediticio. Si bien no será tan favorable como el anterior, sí hay tácticas para sortear este terreno de manera inteligente.
Armando Montenegro, presidente de BTG Pactual, entidad que recientemente fue autorizada para operar como banco (para empresas) en Colombia, explicó que “quienes tengan planes de comprar vivienda, deben procurar endeudarse con tasas fijas. Y ojalá tomen el crédito en los próximos meses. De esta manera seguirán teniendo el beneficio de las tasas bajas durante todo el período del crédito”.
Asimismo, Montenegro resaltó que “el alza de tasas de interés del Banco de la República también implica que habrá mayores retornos para los productos de ahorro en Colombia”. Por lo que en este nuevo mercado crediticio hay incentivos para ser paciente y comprar (total o parcialmente) por medio de ahorros, reduciendo la dependencia de las tarjetas de crédito y otras modalidades de endeudamiento.
Es claro, entonces, que el financiamiento en Colombia ya no será tan atractivo como antes, debido a que la economía colombiana y mundial están en un punto de inflexión: entre la recesión y las políticas expansionistas, y entre la recuperación y el retiro de los estímulos monetarios; pero esto no quiere decir que sea el fin de sus planes de endeudamiento: solo hay que implementar estrategias diferentes.