El papel de la Reserva Federal en la turbulencia bancaria de EE. UU.
Los analistas están evaluando si sus aumentadas solicitudes de préstamos son una señal de que siguen enfrentando graves problemas. Además, Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional, alertó este domingo sobre un aumento de los riesgos para la estabilidad financiera mundial.
Al Drago – The New York Times*
Los bancos están recurriendo a los programas de préstamos de la Reserva Federal para tener acceso a financiamiento ahora que el sistema financiero atraviesa un período de agitación tras las quiebras recientes de varios bancos de alto perfil.
El colapso del Silicon Valley Bank, el 10 de marzo, seguido por el de Signature Bank, el 12 de marzo, hicieron que los cuentahabientes retiraran su dinero de algunos bancos y provocó fluctuaciones vertiginosas en las cotizaciones bursátiles de varias empresas financieras. El tumulto ha dejado a algunas instituciones en busca de una fuente disponible de efectivo, ya sea para saldar cuentas con sus clientes o asegurarse de tener dinero suficiente a la mano para sobrellevar una mala racha.
Ahí es donde interviene la Reserva Federal. El banco central fue fundado en 1913, en parte, para fungir de apoyo del sistema bancario: en un momento de apuro, puede otorgar a las instituciones financieras préstamos garantizados con sus activos, lo cual puede ayudar a los bancos a recaudar fondos más rápido de lo que podrían si tuvieran que vender esas garantías en el mercado abierto.
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Pero ahora la Reserva Federal irá más lejos: el 12 de marzo, los bancos centrales crearon un programa que extiende créditos a bancos y usa como garantía sus activos financieros, como si estos aún tuvieran su valor original. ¿Por qué? A medida que la Reserva Federal elevó las tasas de interés para contener la inflación en el último año, los bonos y las deudas hipotecarias que pagaban tasas inferiores de interés perdieron valor.
Al otorgar préstamos garantizados con los activos a su precio original en lugar de su menor valor de mercado, la Reserva Federal puede proteger a los bancos de tener que vender esos títulos con pérdidas enormes. Eso podría calmar a los depositantes y evitar el pánico bancario.
Esta semana, dos programas claves en conjunto concedieron US$163.900 millones en préstamos, según los datos que la Reserva Federal publicó el miércoles, suma cercana a los US$164.800 millones que otorgó una semana antes. Esa cantidad es mucho mayor de lo normal. El informe suele mostrar que los bancos solicitan préstamos equivalentes a menos de US$10.000 millones en el programa de “ventana de descuento” de la Reserva Federal.
Este incremento en los préstamos subraya una realidad inquietante: el estrés sigue presente en el sistema bancario. La pregunta es si la respuesta del Gobierno, incluido un nuevo programa de financiamiento del banco central, bastará para aquietarlo.
Un poco de historia
Antes de ahondar en lo que significan estas nuevas cifras, es importante comprender cómo funcionan los programas de financiamiento de la Reserva Federal.
El primero, y el más tradicional, es el de la ventana de descuento, que los analistas financieros apodan de cariño “disco”. Es la herramienta original de la Reserva Federal: al momento de su fundación, el banco central no compraba y vendía valores como lo hace hoy, pero sí podía otorgar préstamos a los bancos con garantías prendarias.
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Sin embargo, en la era moderna, obtener préstamos de la ventana de descuento conlleva un estigma. En la industria financiera se percibe que si un banco grande usa el recurso, debe ser una señal de aflicción. Las identidades de los prestatarios se hacen públicas, aunque con un retraso de dos años. Sus usuarios más frecuentes son los bancos comunitarios, aunque algunas entidades crediticias regionales como Bancorp lo usaron en 2020 al inicio de la pandemia. A lo largo de los años, los funcionarios de la Reserva Federal han modificado los términos del programa con la intención de que sea más atractivo en tiempos de adversidad, pero los resultados han sido dispares.
Entonces, llegó la nueva opción de la Reserva Federal, que es como la ventana de descuento a la quinta potencia. Bajo el nombre oficial de Programa de Financiamiento a Plazo Bancario, aprovecha las facultades para conceder préstamos de emergencia que la Reserva Federal ha poseído desde la Gran Depresión, y que el banco central puede usar en circunstancias “extraordinarias y apremiantes” con la autorización de la Secretaría del Tesoro. Con este recurso, la Reserva Federal otorga préstamos respaldados por bonos del Tesoro y bonos hipotecarios valuados en su precio original durante máximo un año.
Los formuladores de políticas parecen tener la esperanza de que el programa ayudará a reducir el riesgo de tipo de interés en el sistema bancario —el problema actual— al tiempo que logrará eludir el estigma de pedir préstamos de la ventana de descuento.
Los bancos solicitan más créditos de lo habitual
Al parecer, estos mecanismos de apoyo están funcionando: durante la crisis reciente, los bancos recurrieron a ambos programas.
Hasta mediados de la semana pasada, los préstamos de la ventana de descuento se habían elevado a los US$110.200 millones, una variación a la baja de los US$152.900 millones de la semana anterior, cuando comenzó la turbulencia. Esas cifras son anormalmente altas: los préstamos de la ventana de descuento sumaron solo US$4.600 millones una semana antes de que iniciara el tumulto.
El nuevo programa también atrajo prestatarios. Los bancos obtuvieron US$53.700 millones en créditos, según datos de la Reserva Federal. Hace dos semanas, la cifra fue de US$11.900 millones. Los nombres de los prestatarios específicos se darán a conocer en 2025.
Lea: El FMI alertó sobre un aumento de los riesgos para la estabilidad financiera
La solicitud de préstamos podría ser un indicio de problemas
La siguiente cuestión es quizá la más crítica: los analistas están evaluando si es bueno que los bancos recurran a estos programas o si sus solicitudes aumentadas de préstamos son una señal de que siguen enfrentando graves problemas.
“Todavía hay bancos que sienten la necesidad de aprovechar estos programas”, dijo Subadra Rajappa, directora de estrategia de tipos de interés para Estados Unidos en Société Générale. “Sin duda, se está extrayendo dinero del sector bancario y se está destinando a otras inversiones o a bancos más grandes”.
Si bien Silicon Valley Bank tenía algunas debilidades evidentes que, según los expertos en regulación, no se hicieron del conocimiento del resto del sistema bancario, su quiebra ha empujado a la gente a analizar más de cerca a los bancos, y los cuentahabientes han optado por retirar su dinero para castigar a aquellos que comparten similitudes con las instituciones fallidas. PacWest Bancorp ha sido uno de los bancos asediados por los problemas. Esta semana, la empresa declaró que había obtenido un préstamo de US$10.500 millones de la ventana de descuento de la Reserva Federal.
O los préstamos podrían ser buena señal
El hecho de que los bancos se sientan cómodos de usar estas herramientas podría darles a los depositantes y a los mercados financieros la tranquilidad de que el dinero seguirá fluyendo, lo cual podría ayudar a evitar problemas futuros.
En el pasado, tomar préstamos de la Reserva Federal implicaba un estigma, ya que se consideraba un indicio de que un banco podía estar en problemas. Ahora, las garantías que retienen los bancos no corren riesgos de incumplimiento, solo valen menos en el mercado de deuda como consecuencia del rápido ascenso de las tasas de interés.
“En mi opinión, esta situación es muy diferente a lo que he visto en el pasado”, concluyó Greg Peters, codirector de inversiones en PGIM Fixed Income.
Copyright - The New York Times.
Los bancos están recurriendo a los programas de préstamos de la Reserva Federal para tener acceso a financiamiento ahora que el sistema financiero atraviesa un período de agitación tras las quiebras recientes de varios bancos de alto perfil.
El colapso del Silicon Valley Bank, el 10 de marzo, seguido por el de Signature Bank, el 12 de marzo, hicieron que los cuentahabientes retiraran su dinero de algunos bancos y provocó fluctuaciones vertiginosas en las cotizaciones bursátiles de varias empresas financieras. El tumulto ha dejado a algunas instituciones en busca de una fuente disponible de efectivo, ya sea para saldar cuentas con sus clientes o asegurarse de tener dinero suficiente a la mano para sobrellevar una mala racha.
Ahí es donde interviene la Reserva Federal. El banco central fue fundado en 1913, en parte, para fungir de apoyo del sistema bancario: en un momento de apuro, puede otorgar a las instituciones financieras préstamos garantizados con sus activos, lo cual puede ayudar a los bancos a recaudar fondos más rápido de lo que podrían si tuvieran que vender esas garantías en el mercado abierto.
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Pero ahora la Reserva Federal irá más lejos: el 12 de marzo, los bancos centrales crearon un programa que extiende créditos a bancos y usa como garantía sus activos financieros, como si estos aún tuvieran su valor original. ¿Por qué? A medida que la Reserva Federal elevó las tasas de interés para contener la inflación en el último año, los bonos y las deudas hipotecarias que pagaban tasas inferiores de interés perdieron valor.
Al otorgar préstamos garantizados con los activos a su precio original en lugar de su menor valor de mercado, la Reserva Federal puede proteger a los bancos de tener que vender esos títulos con pérdidas enormes. Eso podría calmar a los depositantes y evitar el pánico bancario.
Esta semana, dos programas claves en conjunto concedieron US$163.900 millones en préstamos, según los datos que la Reserva Federal publicó el miércoles, suma cercana a los US$164.800 millones que otorgó una semana antes. Esa cantidad es mucho mayor de lo normal. El informe suele mostrar que los bancos solicitan préstamos equivalentes a menos de US$10.000 millones en el programa de “ventana de descuento” de la Reserva Federal.
Este incremento en los préstamos subraya una realidad inquietante: el estrés sigue presente en el sistema bancario. La pregunta es si la respuesta del Gobierno, incluido un nuevo programa de financiamiento del banco central, bastará para aquietarlo.
Un poco de historia
Antes de ahondar en lo que significan estas nuevas cifras, es importante comprender cómo funcionan los programas de financiamiento de la Reserva Federal.
El primero, y el más tradicional, es el de la ventana de descuento, que los analistas financieros apodan de cariño “disco”. Es la herramienta original de la Reserva Federal: al momento de su fundación, el banco central no compraba y vendía valores como lo hace hoy, pero sí podía otorgar préstamos a los bancos con garantías prendarias.
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Sin embargo, en la era moderna, obtener préstamos de la ventana de descuento conlleva un estigma. En la industria financiera se percibe que si un banco grande usa el recurso, debe ser una señal de aflicción. Las identidades de los prestatarios se hacen públicas, aunque con un retraso de dos años. Sus usuarios más frecuentes son los bancos comunitarios, aunque algunas entidades crediticias regionales como Bancorp lo usaron en 2020 al inicio de la pandemia. A lo largo de los años, los funcionarios de la Reserva Federal han modificado los términos del programa con la intención de que sea más atractivo en tiempos de adversidad, pero los resultados han sido dispares.
Entonces, llegó la nueva opción de la Reserva Federal, que es como la ventana de descuento a la quinta potencia. Bajo el nombre oficial de Programa de Financiamiento a Plazo Bancario, aprovecha las facultades para conceder préstamos de emergencia que la Reserva Federal ha poseído desde la Gran Depresión, y que el banco central puede usar en circunstancias “extraordinarias y apremiantes” con la autorización de la Secretaría del Tesoro. Con este recurso, la Reserva Federal otorga préstamos respaldados por bonos del Tesoro y bonos hipotecarios valuados en su precio original durante máximo un año.
Los formuladores de políticas parecen tener la esperanza de que el programa ayudará a reducir el riesgo de tipo de interés en el sistema bancario —el problema actual— al tiempo que logrará eludir el estigma de pedir préstamos de la ventana de descuento.
Los bancos solicitan más créditos de lo habitual
Al parecer, estos mecanismos de apoyo están funcionando: durante la crisis reciente, los bancos recurrieron a ambos programas.
Hasta mediados de la semana pasada, los préstamos de la ventana de descuento se habían elevado a los US$110.200 millones, una variación a la baja de los US$152.900 millones de la semana anterior, cuando comenzó la turbulencia. Esas cifras son anormalmente altas: los préstamos de la ventana de descuento sumaron solo US$4.600 millones una semana antes de que iniciara el tumulto.
El nuevo programa también atrajo prestatarios. Los bancos obtuvieron US$53.700 millones en créditos, según datos de la Reserva Federal. Hace dos semanas, la cifra fue de US$11.900 millones. Los nombres de los prestatarios específicos se darán a conocer en 2025.
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La solicitud de préstamos podría ser un indicio de problemas
La siguiente cuestión es quizá la más crítica: los analistas están evaluando si es bueno que los bancos recurran a estos programas o si sus solicitudes aumentadas de préstamos son una señal de que siguen enfrentando graves problemas.
“Todavía hay bancos que sienten la necesidad de aprovechar estos programas”, dijo Subadra Rajappa, directora de estrategia de tipos de interés para Estados Unidos en Société Générale. “Sin duda, se está extrayendo dinero del sector bancario y se está destinando a otras inversiones o a bancos más grandes”.
Si bien Silicon Valley Bank tenía algunas debilidades evidentes que, según los expertos en regulación, no se hicieron del conocimiento del resto del sistema bancario, su quiebra ha empujado a la gente a analizar más de cerca a los bancos, y los cuentahabientes han optado por retirar su dinero para castigar a aquellos que comparten similitudes con las instituciones fallidas. PacWest Bancorp ha sido uno de los bancos asediados por los problemas. Esta semana, la empresa declaró que había obtenido un préstamo de US$10.500 millones de la ventana de descuento de la Reserva Federal.
O los préstamos podrían ser buena señal
El hecho de que los bancos se sientan cómodos de usar estas herramientas podría darles a los depositantes y a los mercados financieros la tranquilidad de que el dinero seguirá fluyendo, lo cual podría ayudar a evitar problemas futuros.
En el pasado, tomar préstamos de la Reserva Federal implicaba un estigma, ya que se consideraba un indicio de que un banco podía estar en problemas. Ahora, las garantías que retienen los bancos no corren riesgos de incumplimiento, solo valen menos en el mercado de deuda como consecuencia del rápido ascenso de las tasas de interés.
“En mi opinión, esta situación es muy diferente a lo que he visto en el pasado”, concluyó Greg Peters, codirector de inversiones en PGIM Fixed Income.
Copyright - The New York Times.