El PIB de Colombia a ojos del Banco Mundial y la OCDE: ¿razones para el optimismo?
La OCDE proyectó un crecimiento del 1,5 % y el Banco Mundial del 1,7 % al cierre del 2023. Reformas, inflación, sostenibilidad fiscal, política monetaria y alzas en combustibles, entre otros temas, fueron sopesados.
Esta semana se conocieron dos visiones sobre el crecimiento económico de Colombia para 2023. Dos informes, uno de la OCDE y otro del Banco Mundial, que sopesaron el camino que ha transitado el país en materia de inflación, política monetaria (tasas de interés), consumo y producción, entre otras variables. Las dos entidades moderaron sus previsiones de crecimiento para Colombia.
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Esta semana se conocieron dos visiones sobre el crecimiento económico de Colombia para 2023. Dos informes, uno de la OCDE y otro del Banco Mundial, que sopesaron el camino que ha transitado el país en materia de inflación, política monetaria (tasas de interés), consumo y producción, entre otras variables. Las dos entidades moderaron sus previsiones de crecimiento para Colombia.
En primer lugar, la OCDE calcula que la economía nacional crecerá un 1,5 % en 2023 y un 1,8 % en 2024, “tras una prolongada recuperación que elevó la producción por encima de su potencial”, indica el informe. Cabe destacar que la nueva revisión de esta organización es 3 puntos porcentuales más alta que la de noviembre, cuando estimó que el PIB de Colombia crecería un 1,2 %.
Por su parte, el Banco Mundial elevó a un 1,7 % el crecimiento de la economía colombiana al cierre de este año, luego de prever un 1,3 % en meses pasados. Esta proyección es superior a la media de América Latina y el Caribe, que crecerá un 1,5 % de acuerdo con el reporte de perspectiva económica global de la entidad publicado este martes.
¿Cuáles son las razones detrás de estas revisiones al alza del PIB colombiano? ¿Y hay motivos para vislumbrar un 2024 más alentador?
A continuación, los puntos más importantes de dichos informes.
Lo que frena a Colombia, según la OCDE
El capítulo Colombia del informe de la OCDE, publicado este miércoles, detalla que consumo e inversión moderados serán las constantes en la segunda mitad de 2023, como resultado del endurecimiento de las políticas macroeconómicas (vía tasas de interés) y la fragilidad de la economía mundial.
Sobre la inflación, la entidad multilateral prevé que este indicador seguirá disminuyendo según lo previsto para normalizarse hacia el 2025. En días pasados, el ministro de Hacienda y Crédito Público, Ricardo Bonilla, dijo que la inflación podría cerrar en un 9,5 % al cierre de 2023.
Las perspectivas económicas de la OCDE también mencionan que la política monetaria de Colombia deberá seguir siendo restrictiva para reducir la inflación y anclar las expectativas inflacionarias.
Al respecto, señala que la inflación permanece alta (en un 12,8 %, según las últimas cifras disponibles), lo que ha provocado la desaceleración en el crecimiento. No obstante, reconoce que este indicador ya alcanzó su punto máximo.
“El aumento del 16 % del salario mínimo en enero de 2023 y un mercado laboral que aún resiste amortiguan el efecto de la elevada inflación sobre el poder adquisitivo”, indicó la OCDE.
Citando a Fedesarrollo, la OCDE también hizo hincapié en que la confianza de empresas y consumidores permanece baja. Por ejemplo, la confianza industrial en 2023 sigue en terreno negativo, así como la confianza de los consumidores.
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Reformas, sostenibles pero “insuficientes”
Así mismo, el informe exhorta al país a cumplir la regla fiscal y a crear colchones fiscales adicionales, teniendo en cuenta el contexto actual de reformas estructurales.
“Las recientes reformas tributarias aportan margen fiscal para las reformas propuestas en materia de pensiones y salud”, señaló la OCDE.
De acuerdo con la entidad, las dos reformas tributarias que ha tenido el país en tiempos recientes (2021 y 2023) aumentaron los ingresos fiscales del país (al 19 % del PIB a partir de 2023), lo que aporta un mayor margen de financiación del gasto social.
Aunque la OCDE reconoce que las reformas (de salud, pensional, laboral y de energía) que se adelantan contribuirán a reducir desigualdades, ampliar la cobertura de protección social y avanzar hacia una “transición verde” de la economía, afirma que son insuficientes para atajar la informalidad.
“Seguir mejorando los incentivos para la creación de empleo formal, junto con el aumento de las oportunidades para las mujeres en el mercado laboral (…), podría impulsar tanto la productividad como la equidad”, se lee en el informe.
Así mismo, la OCDE insta al Gobierno a definir detalles sobre la estrategia de transición energética que plantea, para acelerar las inversiones en tecnologías verdes.
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Alzas de combustibles
Para la OCDE, el déficit fiscal alcanzará el 3,8 % del PIB en 2023, cifra ligeramente por debajo del límite estipulado por la regla fiscal que se ha planteado el Gobierno Nacional.
“Las subvenciones (subsidios) a los combustibles atenúan las ganancias fiscales netas”, fue uno de los reparos de la OCDE, que -no obstante- valoró como “una medida positiva” los recientes aumentos graduales de los precios regulados de los combustibles.
Entre tanto, es sabido que Colombia depende en gran medida de la inversión extranjera directa para financiar el déficit de cuenta corriente y como apoyo al mercado de deuda pública. Al respecto, la OCDE menciona que, aunque las elevadas tasas de interés han elevado el costo de la deuda, el aumento de los precios mundiales del petróleo incrementaría los ingresos del país.
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Recuperación parcial en 2024
Finalmente, el informe de la OCDE habla de una “recuperación parcial” del crecimiento económico del país en 2024: “las exportaciones reforzarán el crecimiento y el saldo por cuenta corriente, si bien las exportaciones de bienes se ven limitadas por la fragilidad de las perspectivas mundiales”.
Para el próximo año, la OCDE estima que el descenso de la inflación y una “relajación” de la política monetaria mejorarán el consumo, principal motor de la economía colombiana.
Consulte el informe completo de la OCDE aquí.
¿Y qué dice el Banco Mundial?
De un crecimiento del 7,5 % en 2022, Colombia pasaría a uno del 1,7 % en 2023, según el más reciente informe del Banco Mundial, publicado este martes.
La institución financiera parte del hecho de que el Banco de la República empezó a subir las tasas de interés más tarde respecto a otros países de América Latina y el Caribe, “lo que ha contribuido a retrasar el pico de la inflación subyacente”. La inflación subyacente, cabe destacar, es el indicador que mide el aumento de precios al consumidor sin tener en cuenta las alzas en alimentos ni en energía.
Dada la alta inflación y elevadas tasas de interés, el Banco Mundial prevé que el consumo en Colombia no crezca más allá del 0,7 % en 2023.
Para la entidad, una suma de factores que incluyen la caída de los precios mundiales de la energía y los alimentos, el endurecimiento de la política monetaria y la recuperación de la demanda exterior derivaría en un crecimiento del 2 % de la economía colombiana para 2024.
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Cambio climático, una amenaza
En su informe, el Banco Mundial establece que el cambio climático plantea riesgos “especialmente importantes” para los países que dependen en gran medida de la minería.
En el caso colombiano, la entidad menciona que las lluvias torrenciales que azotan al país tras tres años de un fenómeno de La Niña predominante afectaron significativamente la producción agrícola.
El informe concluyó que la resiliencia que mostraron la mayoría de los países a lo largo de 2022, cuando la economía global creció un 3,1 % pese a la crisis energética y la guerra en Ucrania, se desvanecerá.
“La manera más segura de reducir la pobreza y ampliar la prosperidad es a través del empleo. Sin embargo, el crecimiento más lento hace que la creación de puestos de trabajo sea mucho más difícil”, señaló Ajay Banga, presidente del Grupo Banco Mundial.
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Un balance general
Una primera conclusión de los dos informes es que la desaceleración de la economía nacional no ha ido a un ritmo tan acelerado como era de esperarse. Si bien se estima que la inflación continúe bajando (este miércoles a las 6:00 p.m. se conocerá el dato del Índice de Precios al Consumidor de mayo), lo hará de a pocos y la palabra “desplome” todavía es lejana. En ese sentido, es claro que el potencial económico del país será lastrado por un consumo más moderado, dado que los precios al consumidor continúan altos, así como las tasas de interés.
Así mismo, las estimaciones de la OCDE y del Banco Mundial, más optimistas respecto a meses anteriores, son un motivo de tranquilidad en medio de los cambios estructurales que se están dando en el país.
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