El PIB va bien; la economía, regular
Aunque el Producto Interno Bruto creció 10,6 % en 2021, analistas advierten que esta medida no está alineada con otros indicadores claves, como la pobreza del 43 % y el desempleo que parece haberse estancado en el doble dígito.
Camilo Vega Barbosa
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) informó que en 2021 el Producto Interno Bruto (PIB) aumentó en 10,6 %, un claro contraste frente a la caída del 7 % (dato actualizado respecto al 6,8 % revelado hace un año) que se registró en 2020. Pero aunque el Gobierno califica como histórico este resultado, para los analistas no se puede cantar victoria del todo, pues consideran que el PIB no está alineado con otros indicadores más cercanos para el colombiano de a pie y que miden mejor su bienestar. Además, se augura un retador 2022.
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El orgulloso PIB
Tras la revelación del dato del PIB, el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, dijo que “es una cifra histórica, que entre otras cosas nos indica que somos uno de los países con mayor crecimiento del mundo. Y nos ubica en los primeros lugares de la OCDE. Esto confirma el buen camino de Colombia en la superación de la pandemia luego del peor choque económico de la historia de nuestro país. También demuestra el importante avance en el proceso de vacunación. Además, significa la resiliencia del sector productivo que ha logrado que el nivel del PIB sea superior a 2020 y 2019, confirmando la reactivación que viene en marcha. Finalmente es el resultado del trabajo de sectores como la industria y el comercio que son las que más aportan al crecimiento”.
No obstante, los analistas advierten que el PIB es un indicador que se debe analizar con cuidado y perspectiva. Y en esta oportunidad el primer punto por considerar sería un efecto estadístico.
“En 2020 hubo una contracción muy fuerte en la producción, por lo que es natural que en 2021 el dato presente un salto grande frente a esta comparación. Pero si miramos el dato respecto a 2019, el efecto no es tan grande”, dijo Diego Guevara, profesor de economía de la Universidad Nacional.
Precisamente, por este detalle estadístico es que toma importancia la comparación bienal. Y en este caso se encuentra que la economía colombiana creció 2,8 % entre 2019 y 2021.
Este dato “nos dice varias cosas: la primera es que definitivamente la consolidación de la recuperación económica continúa y lo segundo es que de todas maneras nos queda mucho camino por recorrer, porque en dos años crecimos 2,8 %, y eso también hace que el empleo no se pueda recuperar de manera tan rápida”, explicó Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria.
En efecto, hay una inquietud importante de qué tanto les sirve un PIB histórico a otros indicadores claves como el desempleo o la pobreza, sobre todo porque estas son medidas más cercanas a los ciudadanos y más elocuentes para medir los cambios en el bienestar de los hogares colombianos.
Pobreza
Si la meta del Gobierno es revertir los estragos que dejó la pandemia, sin duda uno de los principales puntos de interés debe ser la pobreza: entre 2019 y 2020 la pobreza monetaria en Colombia pasó de 36 a 43 %, lo que implica que casi 3,6 millones de colombianos entraron a ser parte de esta población (sumando más de 21 millones en todo el país). La pregunta, entonces, es si el PIB influye en este indicador de bienestar.
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Para Roberto Angulo, socio fundador de la firma Inclusión, “sin duda la variación del 10,6 % en el PIB 2021 es una buena noticia para el desarrollo del país y la reducción de la pobreza. Sin embargo, no podemos caer en triunfalismo, pues el nivel de pobreza depende de tres fuerzas: el crecimiento económico, la inflación y el cambio en los niveles de desigualdad. Entonces, aunque tengamos un excelente crecimiento, hay una fuerza en contra de la reducción de la pobreza debido a que la inflación está subiendo con fuerza desde hace un año”.
Ángulo agrega que “uno de los puntos positivos del dato del PIB de 2021 es que los sectores que más crecieron fueron los de manufacturas y comercio, lo que de alguna manera puede tener un efecto virtuoso en el ingreso de algunos hogares pobres y vulnerables. Sin embargo, cuando uno mira los datos del IPC, vemos que hay una inflación de alimentos de casi el 20 %. Y los alimentos de la canasta alimentaria son los que más inflación han tenido. Por eso, en el próximo reporte de pobreza, es posible que veamos un choque de trenes: entre la reactivación del crecimiento y la inflación que impacta el poder adquisitivo”.
De hecho, para este economista hay un cuello de botella que dificulta que las ganancias del PIB lleguen a la reducción de la pobreza: “El nexo entre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza es el mercado laboral. Y tal como hemos visto, la reactivación del mercado laboral ha sido mucho más lenta que la del crecimiento del PIB. Ese canal de transmisión todavía no despega, aunque vemos que todavía faltan muchos inactivos por incorporarse y siguen muchos sesgos contra jóvenes y mujeres”, indicó Angulo.
Empleo
El Gobierno celebró que sectores intensivos en mano de obra, como el comercio y la industria, son los que más crecieron en el PIB 2021. De hecho, en el reporte de valor agregado se destaca que la construcción pasó del -27,7 % en 2020 (respecto a 2019) al 5,7 % (en 2021), provocando optimismo sobre un sector que genera más de 3,6 millones de empleos en Colombia.
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“El buen comportamiento del sector edificador alimenta la expectativa para seguir generando empleo, dinamizando la economía nacional, movilizando inversiones en la cadena de valor a través de compras intermedias al 54 % del aparato productivo del país y, sobre todo, generando bienestar para los hogares colombianos mediante la construcción de vivienda formal”, indicó Sandra Forero, presidenta de la Cámara Colombiana de la Construcción.
Sin embargo, “es extraño que crezcan tanto los sectores intensivos en manos de obra y que de todas formas el mercado laboral no refleje este efecto”, comentó Guevara.
En efecto, los datos del año pasado del mercado laboral parecen no reflejar el mismo optimismo que despierta el PIB. En realidad, muestra problemas.
La tasa de desempleo en Colombia cerró 2021 en 13,7 %, frente al 15,9 % registrado durante 2020. Si bien el indicador ha venido cayendo, también ha mostrado signos claros de desaceleración: mientras la tasa cayó 3,7 puntos porcentuales en promedio durante el tercer trimestre de 2021, en el cuarto trimestre bajó solo 2,6 puntos (en promedio). Y el problema es que todavía hay 273.000 desocupados más de los que había en diciembre de 2019.
Retos para 2022
El buen comportamiento de la economía colombiana en 2021 implica desde un punto de vista estadístico una vara alta por superar. Y ya hay una serie de factores identificados que representan un reto para mantener el dinamismo de la economía. En primer lugar, uno de los principales motores de 2022 mermará su ritmo: el consumo de los hogares.
Según la firma Raddar, “el gasto de los hogares creció 14,6 %, llegando a ser el 73,8 % del PIB y aportando el 98,3 % del crecimiento del PIB para 2021”. El problema es que este comportamiento redujo fuertemente las reservas de las familias colombianas: el ahorro pasó de $85 billones en 2020 a $13 billones durante el primer semestre de 2021 (según BBVA Research).
Esto implica que los colombianos no contarían en 2022 con la misma solvencia que tanto ayudó a la economía.
El otro reto del año será el cambio de la política monetaria: el Banco de la República ha incrementado su tasa de interés en 2,25 puntos porcentuales desde septiembre de 2021: del 1,75 al 4 %. Tan solo en enero de 2022 subió 100 puntos básicos (del 3 al 4 %) para hacer frente a la inflación anual de casi el 7 % (para enero de 2022). Y se esperan más incrementos, pues según la mñas reciente encuesta de Fedesarrollo, en promedio los analistas estiman que la tasa del Emisor cerrará el año en 5,50 %.
De darse este escenario, se trataría de un incremento de 3,75 puntos porcentuales, lo que implicará una economía con menos liquidez que en 2021 y posiblemente menos dinámica en general. Se espera que los efectos visibles del cambio de la política monetaria se aprecien en el segundo semestre de 2022, por ejemplo, por medio de alzas en los intereses hipotecarios, rompiendo así el paraíso de condiciones para comprar vivienda (de subsidios disponibles y de intereses en mínimos).
Es claro entonces que el Gobierno se siente orgulloso con el reporte del PIB 2021, pero los analistas advierten que es un indicador que no siempre tiene una visión 20-20 sobre el panorama completo de la economía colombiana.
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) informó que en 2021 el Producto Interno Bruto (PIB) aumentó en 10,6 %, un claro contraste frente a la caída del 7 % (dato actualizado respecto al 6,8 % revelado hace un año) que se registró en 2020. Pero aunque el Gobierno califica como histórico este resultado, para los analistas no se puede cantar victoria del todo, pues consideran que el PIB no está alineado con otros indicadores más cercanos para el colombiano de a pie y que miden mejor su bienestar. Además, se augura un retador 2022.
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El orgulloso PIB
Tras la revelación del dato del PIB, el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, dijo que “es una cifra histórica, que entre otras cosas nos indica que somos uno de los países con mayor crecimiento del mundo. Y nos ubica en los primeros lugares de la OCDE. Esto confirma el buen camino de Colombia en la superación de la pandemia luego del peor choque económico de la historia de nuestro país. También demuestra el importante avance en el proceso de vacunación. Además, significa la resiliencia del sector productivo que ha logrado que el nivel del PIB sea superior a 2020 y 2019, confirmando la reactivación que viene en marcha. Finalmente es el resultado del trabajo de sectores como la industria y el comercio que son las que más aportan al crecimiento”.
No obstante, los analistas advierten que el PIB es un indicador que se debe analizar con cuidado y perspectiva. Y en esta oportunidad el primer punto por considerar sería un efecto estadístico.
“En 2020 hubo una contracción muy fuerte en la producción, por lo que es natural que en 2021 el dato presente un salto grande frente a esta comparación. Pero si miramos el dato respecto a 2019, el efecto no es tan grande”, dijo Diego Guevara, profesor de economía de la Universidad Nacional.
Precisamente, por este detalle estadístico es que toma importancia la comparación bienal. Y en este caso se encuentra que la economía colombiana creció 2,8 % entre 2019 y 2021.
Este dato “nos dice varias cosas: la primera es que definitivamente la consolidación de la recuperación económica continúa y lo segundo es que de todas maneras nos queda mucho camino por recorrer, porque en dos años crecimos 2,8 %, y eso también hace que el empleo no se pueda recuperar de manera tan rápida”, explicó Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria.
En efecto, hay una inquietud importante de qué tanto les sirve un PIB histórico a otros indicadores claves como el desempleo o la pobreza, sobre todo porque estas son medidas más cercanas a los ciudadanos y más elocuentes para medir los cambios en el bienestar de los hogares colombianos.
Pobreza
Si la meta del Gobierno es revertir los estragos que dejó la pandemia, sin duda uno de los principales puntos de interés debe ser la pobreza: entre 2019 y 2020 la pobreza monetaria en Colombia pasó de 36 a 43 %, lo que implica que casi 3,6 millones de colombianos entraron a ser parte de esta población (sumando más de 21 millones en todo el país). La pregunta, entonces, es si el PIB influye en este indicador de bienestar.
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Para Roberto Angulo, socio fundador de la firma Inclusión, “sin duda la variación del 10,6 % en el PIB 2021 es una buena noticia para el desarrollo del país y la reducción de la pobreza. Sin embargo, no podemos caer en triunfalismo, pues el nivel de pobreza depende de tres fuerzas: el crecimiento económico, la inflación y el cambio en los niveles de desigualdad. Entonces, aunque tengamos un excelente crecimiento, hay una fuerza en contra de la reducción de la pobreza debido a que la inflación está subiendo con fuerza desde hace un año”.
Ángulo agrega que “uno de los puntos positivos del dato del PIB de 2021 es que los sectores que más crecieron fueron los de manufacturas y comercio, lo que de alguna manera puede tener un efecto virtuoso en el ingreso de algunos hogares pobres y vulnerables. Sin embargo, cuando uno mira los datos del IPC, vemos que hay una inflación de alimentos de casi el 20 %. Y los alimentos de la canasta alimentaria son los que más inflación han tenido. Por eso, en el próximo reporte de pobreza, es posible que veamos un choque de trenes: entre la reactivación del crecimiento y la inflación que impacta el poder adquisitivo”.
De hecho, para este economista hay un cuello de botella que dificulta que las ganancias del PIB lleguen a la reducción de la pobreza: “El nexo entre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza es el mercado laboral. Y tal como hemos visto, la reactivación del mercado laboral ha sido mucho más lenta que la del crecimiento del PIB. Ese canal de transmisión todavía no despega, aunque vemos que todavía faltan muchos inactivos por incorporarse y siguen muchos sesgos contra jóvenes y mujeres”, indicó Angulo.
Empleo
El Gobierno celebró que sectores intensivos en mano de obra, como el comercio y la industria, son los que más crecieron en el PIB 2021. De hecho, en el reporte de valor agregado se destaca que la construcción pasó del -27,7 % en 2020 (respecto a 2019) al 5,7 % (en 2021), provocando optimismo sobre un sector que genera más de 3,6 millones de empleos en Colombia.
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“El buen comportamiento del sector edificador alimenta la expectativa para seguir generando empleo, dinamizando la economía nacional, movilizando inversiones en la cadena de valor a través de compras intermedias al 54 % del aparato productivo del país y, sobre todo, generando bienestar para los hogares colombianos mediante la construcción de vivienda formal”, indicó Sandra Forero, presidenta de la Cámara Colombiana de la Construcción.
Sin embargo, “es extraño que crezcan tanto los sectores intensivos en manos de obra y que de todas formas el mercado laboral no refleje este efecto”, comentó Guevara.
En efecto, los datos del año pasado del mercado laboral parecen no reflejar el mismo optimismo que despierta el PIB. En realidad, muestra problemas.
La tasa de desempleo en Colombia cerró 2021 en 13,7 %, frente al 15,9 % registrado durante 2020. Si bien el indicador ha venido cayendo, también ha mostrado signos claros de desaceleración: mientras la tasa cayó 3,7 puntos porcentuales en promedio durante el tercer trimestre de 2021, en el cuarto trimestre bajó solo 2,6 puntos (en promedio). Y el problema es que todavía hay 273.000 desocupados más de los que había en diciembre de 2019.
Retos para 2022
El buen comportamiento de la economía colombiana en 2021 implica desde un punto de vista estadístico una vara alta por superar. Y ya hay una serie de factores identificados que representan un reto para mantener el dinamismo de la economía. En primer lugar, uno de los principales motores de 2022 mermará su ritmo: el consumo de los hogares.
Según la firma Raddar, “el gasto de los hogares creció 14,6 %, llegando a ser el 73,8 % del PIB y aportando el 98,3 % del crecimiento del PIB para 2021”. El problema es que este comportamiento redujo fuertemente las reservas de las familias colombianas: el ahorro pasó de $85 billones en 2020 a $13 billones durante el primer semestre de 2021 (según BBVA Research).
Esto implica que los colombianos no contarían en 2022 con la misma solvencia que tanto ayudó a la economía.
El otro reto del año será el cambio de la política monetaria: el Banco de la República ha incrementado su tasa de interés en 2,25 puntos porcentuales desde septiembre de 2021: del 1,75 al 4 %. Tan solo en enero de 2022 subió 100 puntos básicos (del 3 al 4 %) para hacer frente a la inflación anual de casi el 7 % (para enero de 2022). Y se esperan más incrementos, pues según la mñas reciente encuesta de Fedesarrollo, en promedio los analistas estiman que la tasa del Emisor cerrará el año en 5,50 %.
De darse este escenario, se trataría de un incremento de 3,75 puntos porcentuales, lo que implicará una economía con menos liquidez que en 2021 y posiblemente menos dinámica en general. Se espera que los efectos visibles del cambio de la política monetaria se aprecien en el segundo semestre de 2022, por ejemplo, por medio de alzas en los intereses hipotecarios, rompiendo así el paraíso de condiciones para comprar vivienda (de subsidios disponibles y de intereses en mínimos).
Es claro entonces que el Gobierno se siente orgulloso con el reporte del PIB 2021, pero los analistas advierten que es un indicador que no siempre tiene una visión 20-20 sobre el panorama completo de la economía colombiana.