El trancón de barcos que podría seguir dañando el comercio global
Las restricciones para contener el covid-19 en la zona de Shanghái han generado importantes atrasos en las operaciones del puerto de esta ciudad, la principal terminal marina en el mundo. Estos problemas pueden extender la duración de la llamada crisis de los contenedores, así como impulsar más la subida de la inflación en varios países.
Algunas de las proyecciones más pesimistas daban por hecho que las complicaciones logísticas en el comercio internacional se superarían en un periodo que iba entre el último trimestre y el final de este año. Pero entonces entraron en este escenario la guerra en Ucrania y, más recientemente, los cierres en China que ya llevan unas semanas de afectación al puerto de Shanghái, la principal terminal marítima del mundo.
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Algunas de las proyecciones más pesimistas daban por hecho que las complicaciones logísticas en el comercio internacional se superarían en un periodo que iba entre el último trimestre y el final de este año. Pero entonces entraron en este escenario la guerra en Ucrania y, más recientemente, los cierres en China que ya llevan unas semanas de afectación al puerto de Shanghái, la principal terminal marítima del mundo.
Este último punto pareciera un cierto déjà vu frente a los peores días de la pandemia, por allá a mediados de 2020, cuando buena parte de las economías globales pararon, incluyendo las fábricas y puertos de China.
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Hoy, las restricciones para detener las nuevas infecciones de la variante ómicron han obligado a nuevos cierres en varios lugares de China, incluyendo el centro financiero de Shanghái, con consecuencias que ya han tocado el funcionamiento del puerto de esta ciudad, el principal punto de salida y de entrada del comercio con este país, que oscila entre el primer y segundo lugar en los listados de países que más importan y exportan, según la Organización Mundial del Comercio.
En otras palabras, cuando China estornuda, al comercio mundial le da gripa.
Sin embargo, las autoridades de Shanghái anunciaron el miércoles una prudente relajación de sus medidas sanitarias a pesar del aumento de muertos causado por este brote de covid-19 que hace mella en la economía nacional.
El malestar ha calado entre muchos habitantes de la capital económica de China, exasperados por las dificultades de obtener comida durante el confinamiento y por el aislamiento forzado de los positivos en centros de cuarentena de comodidad e higiene azarosas.
En concreto, las autoridades municipales anunciaron el miércoles cierta relajación en el confinamiento domiciliario de los 25 millones de habitantes para que más de 12 millones puedan salir de casa, pero sin moverse de su barrio.
El problema en el mar
De acuerdo con VesselsValue, una firma de análisis logístico, el número de barcos que se encuentran a la espera de poder entrar al puerto de Shanghái se ha quintuplicado en las últimas tres semanas, dando paso a un enorme trancón que impactará las cadenas logísticas de cientos de productos que vienen o van hacia China, pero también con el potencial de afectar bienes que poco o nada tienen que ver con este puerto.
En 2020, se estima que el puerto de Shanghái manejó 43,5 millones de contenedores, una cifra que triplica el volumen que pasa por el puerto de Rotterdam, la terminal marítima más importante por fuera de Asia.
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Los retrasos en las operaciones de carga y descarga en el puerto representarán mayores tiempos de entrega para todo tipo de mercancías, pero también supondrán una menor disponibilidad de barcos y contenedores para mover más bienes. Todo lo cual llevará a un incremento en los precios de las operaciones de transporte marítimo, según dijo esta semana la naviera Maersk, uno de los dos principales jugadores globales en este mercado.
Desde el episodio de Wuhan hace dos años, China ha tenido un éxito relativo en minimizar la disrupción al controlar rápidamente los casos de virus. Ahora, la propagación geográfica de las infecciones y la mayor transmisibilidad de la variante ómicron están desafiando la estricta estrategia del país de realizar un gran número de pruebas y bloquear ciudades o provincias enteras.
Como fabricante para el mundo, cualquier interrupción de las exportaciones chinas que resulte en escasez también podría aumentar la inflación a nivel internacional, justo cuando los bancos centrales comienzan a subir las tasas de interés, como se espera que lo haga la Reserva Federal el miércoles.
Una encuesta a gestores de fondos publicada el martes por Bank of America mostró que la confianza en el crecimiento mundial era la más baja desde julio de 2008 y las expectativas de estanflación aumentaron al 62%. La encuesta se realizó durante la semana que finalizó el 10 de marzo.
La congestión está empezando a aumentar en algunos puertos chinos, lo que podría hacer subir de nuevo las tarifas de los fletes de contenedores. Las preocupaciones sobre la nueva interrupción de la cadena de suministro surgen justo cuando los puertos de la costa oeste de Estados Unidos están comenzando a procesar parte del retraso de la pandemia, ayudados por una pausa después de las vacaciones del Año Nuevo chino.
Se estima que alrededor del 20% de la carga que ingresa a las puertas de enlace de contenedores más concurridas de EE.UU. proviene de la región de Shenzhen, según un portavoz del Puerto de Los Ángeles.
El impacto global de un cierre relacionado con el covid en China podría ser similar al bloqueo que sacudió las cadenas de suministro cuando un buque portacontenedores bloqueó el Canal de Suez el año pasado, según le dijo a la agencia Bloomberg Stephanie Loomis, vicepresidenta de adquisiciones internacionales del transportista CargoTrans.
El problema tierra adentro
Los problemas de logística no son sólo un asunto que se viva en los puertos, sino que también se siente tierra adentro, principalmente con el transporte en camiones. Actualmente, las restricciones en los desplazamientos, las pruebas extensivas en ciertos puntos, los tiempos de aislamiento o simplemente las esperas derivadas de todas estas complicaciones están dando como resultado una escasez de caminones (y de conductores) para movilizar los contenedores apilados en las terminales marítimas.
De acuerdo con un análisis de Maerks para sus clientes, distribuido este lunes, “30 % de los servicios de transporte terrestre en camiones desde y hacia Shanghái sufrirán un impacto por los cierres en las áreas de Pudong y Puxi (las dos divisiones que el río Huangpu hace en Shanghái)”.
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A su vez, la firma de análisis ANZ, especializada en servicios de logística, aseguró que los cierres en Shanghái “son un contratiempo para las cadenas de aprovisionamiento globales, que ya se encuentran bastante presionadas por las tensiones geopolíticas”.
Por su parte, el Ministerio de Transportes de China Ese centrará en resolver los problemas pendientes de la cadena de suministro” en “áreas clave” como Shanghái, explicó este martes el director del Departamento de Carreteras del Ministerio de Transporte de China.
Debido a “las medidas de prevención pandémica” en el tráfico, se han producido “atascos logísticos”, explicó Wu en referencia a las restricciones a la movilidad fijadas por diferentes gobiernos locales chinos a raíz de los rebrotes registrados recientemente en varios puntos del país, los de mayor escala desde que comenzó la pandemia.
“Para garantizar sus operaciones, el puerto de Shanghái dispuso con antelación que 25.000 trabajadores accediesen a las instalaciones para trabajar siguiendo un sistema de gestión cerrada (también llamado “burbuja” y que implica el internamiento de los obreros)”, explicó Wu en referencia a una posible crisis logística causada por el confinamiento de la metrópolis oriental de Shanghái, que ya dura más de dos semanas.
La economía china creció más de lo esperado (4,8 %) en el primer trimestre, pero algunos analistas advierten de que el estricto confinamiento en Shanghái y las restricciones que se multiplican por diversas partes del gigante asiático podrían tener un importante impacto sobre el desempeño de las cifras oficiales durante el segundo trimestre de 2022.
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