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                                                                                                                                El truco inflacionario

                                                                                                                                La inflación tiene consecuencias sociales que preocupan a prácticamente todas las partes del ecosistema económico; sin embargo, el autor explora algunos aspectos buenos de este fenómeno, como, por ejemplo, sus efectos en una porción de las deudas adquiridas por el Gobierno central.

                                                                                                                                La inflación en Colombia cerró el 2021 en 5,62%. / Getty Images
                                                                                                                                Foto: Getty Images - Cemile Bingol

                                                                                                                                Nos desagrada la inflación. Entrar al supermercado a comprar víveres y encontrar que la plata que hace un año compraba el mercado completo de la familia ahora solo alcanza para tres cuartas partes del mismo es sin duda frustrante. Pero no voy a usar este espacio para describir o azuzar las antipatías inflacionarias. Son merecidas y cada quién las tendrá afinadas a su manera. Al contrario: usaré este espacio para resaltar un aspecto en el que la subida de precios —que, dicho sea de paso, permea a buena parte del planeta— puede ser una buena noticia. Me refiero al efecto que puede tener la inflación sobre el peso de la deuda relativa a la actividad económica.

                                                                                                                                También te puede interesar: La inflación, más allá de las tasas de interés

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Muchos gobiernos, empresas y hogares acudieron a nueva deuda para lidiar con los desastres de la pandemia. Por ejemplo, la deuda del Gobierno colombiano pasó de 50 % del PIB a 65 %. Así mismo ahora destinamos una porción más grande de nuestros ingresos fiscales para honrar esas obligaciones financieras. La inflación al alza que vivimos podría ayudar a engordar tanto el PIB como los ingresos fiscales y adelgazará la deuda en relación a estos.

                                                                                                                                El truco, sin embargo, solo funciona bajo ciertas condiciones. Primero, como en el ejemplo de arriba, es importante que la deuda contraída sea de largo plazo. Si toda fuera pagadera a un año, la inflación la limaría muy poco. En el caso colombiano, el plazo promedio de la deuda del Gobierno es de casi seis años y cerca de la mitad vence más allá de 2030. Con esos plazos, algo de tracción tendrá el mecanismo.

                                                                                                                                Segundo, el truco requiere que la tasa de interés de la deuda no esté indexada a la inflación. Eso se cumple para dos terceras partes de la deuda interna pública colombiana.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Finalmente, el truco solo aplica para la deuda en moneda local. Para el Gobierno central colombiano eso corresponde a un poco menos de dos terceras partes del total.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                También te puede interesar: Se viene un duro segundo semestre para la economía y los colombianos

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                                                                                                                                Pero la teoría no cuadra con otros hechos: los banco centrales son independientes en buena parte del planeta y no luce probable que su política se haya afinado para restarle peso a la deuda pública; la inflación, además, parece, en parte, explicada por problemas de logística que han empujado los precios de muchos bienes finales e insumos a lo largo y ancho del mundo. Ese motor inflacionario difícilmente hace parte de una conspiración dietética gubernamental. Lo que sí cuadra con la teoría conspirativa a escala local es el empujón que le dará a la inflación el aumento de dos dígitos en el salario mínimo decretado por el Gobierno.

                                                                                                                                En todo caso, fortuita o no, la economía global puede encontrar en la reciente inflación una válvula de escape que ayude a aligerar esa pesada carga financiera que nos dejó la pandemia. Eso aplica tanto para los gobiernos como para el sector privado y no es una mala noticia.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Para cerrar, son pertinentes varias aclaraciones. Primero, el mecanismo descrito en absoluto permite que nos olvidemos del saneamiento de las cuentas fiscales. Por ejemplo, el Gobierno colombiano planea para este año un déficit en sus cuentas de más de seis puntos del PIB. La financiación de esos faltantes se hará a tasas de interés más altas, que irán incorporando los incrementos en la inflación y la acción de los bancos centrales. Eso mismo ocurrirá con la deuda nueva del sector privado.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Segundo, el truco también deja perdedores: en particular, los tenedores de esa deuda contraída antes de los incrementos de la inflación encontrarán, cuando reciban el pago, que la capacidad de compra de esos recursos se habrá menguado (los principales tenedores de la deuda pública colombiana son los fondos privados de pensiones —es decir, sus afiliados— y los fondos de capital extranjero). También perderán quienes tengan deudas atadas a la inflación, como ocurre con una porción importante de los créditos hipotecarios de vivienda de interés social. Esos deudores empezarán a recibir facturas más altas con importantes consecuencias sobre su capacidad de pago.

                                                                                                                                Y, por último, el argumento expuesto no es una oda a la inflación. Por eso, la nota comienza por recordar la antipatía social que le tenemos. Pero ese trago amargo tiene rincones dulces que en esta coyuntura de agobio financiero público y privado vienen bien.

                                                                                                                                @mahofste

                                                                                                                                La inflación en Colombia cerró el 2021 en 5,62%. / Getty Images
                                                                                                                                Foto: Getty Images - Cemile Bingol

                                                                                                                                Nos desagrada la inflación. Entrar al supermercado a comprar víveres y encontrar que la plata que hace un año compraba el mercado completo de la familia ahora solo alcanza para tres cuartas partes del mismo es sin duda frustrante. Pero no voy a usar este espacio para describir o azuzar las antipatías inflacionarias. Son merecidas y cada quién las tendrá afinadas a su manera. Al contrario: usaré este espacio para resaltar un aspecto en el que la subida de precios —que, dicho sea de paso, permea a buena parte del planeta— puede ser una buena noticia. Me refiero al efecto que puede tener la inflación sobre el peso de la deuda relativa a la actividad económica.

                                                                                                                                También te puede interesar: La inflación, más allá de las tasas de interés

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Muchos gobiernos, empresas y hogares acudieron a nueva deuda para lidiar con los desastres de la pandemia. Por ejemplo, la deuda del Gobierno colombiano pasó de 50 % del PIB a 65 %. Así mismo ahora destinamos una porción más grande de nuestros ingresos fiscales para honrar esas obligaciones financieras. La inflación al alza que vivimos podría ayudar a engordar tanto el PIB como los ingresos fiscales y adelgazará la deuda en relación a estos.

                                                                                                                                El truco, sin embargo, solo funciona bajo ciertas condiciones. Primero, como en el ejemplo de arriba, es importante que la deuda contraída sea de largo plazo. Si toda fuera pagadera a un año, la inflación la limaría muy poco. En el caso colombiano, el plazo promedio de la deuda del Gobierno es de casi seis años y cerca de la mitad vence más allá de 2030. Con esos plazos, algo de tracción tendrá el mecanismo.

                                                                                                                                Segundo, el truco requiere que la tasa de interés de la deuda no esté indexada a la inflación. Eso se cumple para dos terceras partes de la deuda interna pública colombiana.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Finalmente, el truco solo aplica para la deuda en moneda local. Para el Gobierno central colombiano eso corresponde a un poco menos de dos terceras partes del total.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                También te puede interesar: Se viene un duro segundo semestre para la economía y los colombianos

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                                                                                                                                En todo caso, fortuita o no, la economía global puede encontrar en la reciente inflación una válvula de escape que ayude a aligerar esa pesada carga financiera que nos dejó la pandemia. Eso aplica tanto para los gobiernos como para el sector privado y no es una mala noticia.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Para cerrar, son pertinentes varias aclaraciones. Primero, el mecanismo descrito en absoluto permite que nos olvidemos del saneamiento de las cuentas fiscales. Por ejemplo, el Gobierno colombiano planea para este año un déficit en sus cuentas de más de seis puntos del PIB. La financiación de esos faltantes se hará a tasas de interés más altas, que irán incorporando los incrementos en la inflación y la acción de los bancos centrales. Eso mismo ocurrirá con la deuda nueva del sector privado.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Y, por último, el argumento expuesto no es una oda a la inflación. Por eso, la nota comienza por recordar la antipatía social que le tenemos. Pero ese trago amargo tiene rincones dulces que en esta coyuntura de agobio financiero público y privado vienen bien.

                                                                                                                                @mahofste

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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