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Este miércoles la calificadora de Riesgo Fitch Ratings informó su decisión de mantener la calificación que le había otorgado anteriormente a Colombia, la cual es de BB +.
Para entender mejor esta noticia, tenga en cuenta que las calificadoras de riesgo son entidades que se especializan en valorar el riesgo de cada nación, para así asignar una nota a su deuda con base al riesgo que determinan diferentes factores (como la inflación, endeudamiento, PIB, y la fortaleza de las instituciones).
De cierta forma (guardando las proporciones) son el equivalente a lo que para una persona es una central de riesgo (como Datacrédito y Transunion), que son las que le dicen a los bancos y demás entidades financieras qué tan confiable es prestarle dinero a determinado ciudadano. Si es una persona que se cuelga en sus pagos o suele acumular mora, el riesgo de prestarle es alto y, por lo tanto, la tasa de interés será elevada; si, por el contrario, es buena paga y tiene buenos hábitos crediticios el riesgo será bajo y se le brindará una tasa de interés más baja. A cada quien se le asigna una puntuación, que es lo que se conoce como el “score crediticio”.
Lo que hacen las calificadoras crediticias (como Fitch, Standard & Poors y Moody´s) es lo mismo, pero con grandes organismos como lo puede ser una nación o una gran empresa. En ese sentido, la nota crediticia que dan es importante, pues determina determina (entre muchas otras cosas) qué tan confiable es invertir en una nación y así como si se le puede brindar una baja o elevada tasa de interés en el caso en el que Gobierno salga a pedir dinero prestado a la bancas multilaterales.
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Con esto claro, hay que decir que esta calificación crediticia de BB + ubica a Colombia en una especie de punto medio. Si bien no alcanza a estar en el tan mencionado grupo de “grado de inversión” (que es el que permite gozar de los mejores beneficios en materia crediticia - como tasas más bajas -), tampoco está en el grupo de “especulación con alto riesgo” (que es el que más castiga las calificadoras). Se encuentra en el grupo de “grado de especulación”, que le permite seguir navegan con una relativa estabilidad, mientras vuelve a recuperar su grado de inversión.
También es útil acá entender cómo se leen las calificaciones crediticias. Tiene dos partes: una nota y una perspectiva. La primera parte es precisamente la calificación, el puntaje. Y la perspectiva da información de cómo podría cambiar la calificación a futuro (12 meses por lo general), por lo que puede ser positiva (la calificación puede subir), estable (se mantendría igual) o negativa (hay riesgo de una rebaja). En Standard & Poor´s y en Fitch Ratings el grado de inversión se obtiene desde la calificación BBB- (el signo negativo no significa perspectiva negativa), y en Moody´s desde Baa3. Y por supuesto hay toda una escalera de notas tanto arriba como abajo de estos umbrales.
¿En qué se basó la calificación?
Según lo expuesto por Fitch Ratings, esta calificación refleja la estabilidad que tiene la macroeconomía y finanzas de la Nación, así como la independencia del Banco de la República, que en el último tiempo ha hecho un buen trabajo en el anclaje de la inflación (por medio del aumento en las tasas de interés).
Para la calificadora es positiva la institucionalidad que persiste en el país, la aceleración de su crecimiento económico en el corto plazo y la disminución paulatina que se ha dado en las tasas de interés. Esto último, a pesar de la disminución progresiva que ha tenido el subsidio a la gasolina, así como la reducción del déficit de cuenta corriente.
Para Fitch también es de destacar la capacidad que ha tenido el Gobierno para hacer recortes en el gasto con el objetivo de cumplir la regla fiscal, así como todas las obligaciones previamente pactadas. Todo esto, a pesar de la compleja situación fiscal por la que atraviesa la nación, lo que se ha visto reflejado en una reducción de ingresos.
Gran parte de esto se debe al enfriamiento de la economía, pues si sectores tan importantes para el recaudo, como el tejido empresarial, venden menos, pues los mismos tributan menos y al final el presupuesto de la nación recibe ese golpe.
Según lo manifestado por el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, “la calificadora de riesgo ha puesto un voto de confianza en el país, resaltando la resiliencia y la historia de responsabilidad macroeconómica y fiscal, destacando las decisiones de recorte de gasto con el fin de mantener la sostenibilidad fiscal”.
Aún con todo esto, la calificación también demuestra que el panorama fiscal y económico del país no pasa por su mejor momento y, a decir verdad, el grueso de las naciones también enfrenta problemas similares. La previsión apunta a que en la medida en que vaya bajando la inflación también lo hagan las tasas de interés, lo que brindará oxígeno a la producción, pues aumentaría la capacidad de gasto.
Sin embargo, los expertos también señalan la importancia de que el país desarrolle mecanismos contracíclicos que le permitan un mayor repunte en su recuperación, como lo podría ser la denominada “reindustrialización”, así como la diversificación de las principales fuentes de ingresos.
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