Así se ve el camino de la inflación en Colombia
Todo parece indicar que el país sumaría este viernes un año de descensos consecutivos en el IPC. Más allá de la mejoría general, hay aspectos que aún preocupan, como los precios de la electricidad.
Este viernes el DANE publica la información acerca de cómo se comportaron los precios al consumidor en Colombia para marzo de este año.
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Este viernes el DANE publica la información acerca de cómo se comportaron los precios al consumidor en Colombia para marzo de este año.
Los datos llegan en un momento que tiene una mezcla de optimismo y, a la vez, de precaución.
De entrada, las proyecciones de los analistas indican que la medición de marzo mostrará una reducción frente a la información de febrero. Si esta noticia se materializa, esto significaría que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) sumaría un año de bajas consecutivas, lo que ya es buena noticia por derecho propio.
Y sería aún más representativo (al menos en el terreno simbólico), pues marzo de 2023 marcó la cima de la cresta inflacionaria en la que entró Colombia (con buena parte del resto del mundo) después de la pandemia. En ese momento el IPC alcanzó un escalofriante 13,34 %.
Pero harta agua ha corrido debajo de ese puente desde ese entonces, por fortuna. Y, a la vez, otros problemas se han ido manifestando en el horizonte.
Lo que ha cambiado en el panorama de inflación en Colombia
Cuando la inflación llegó a su pico, el gran motor detrás del incremento en los precios eran los alimentos, que crecían de la mano de una dura subida en los costos de los insumos agrícolas (asociados a problemas en las cadenas logísticas globales y a la invasión de Rusia a Ucrania, principalmente).
Ese panorama ha cambiado drásticamente. De acuerdo con la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), entre enero de 2023 y 2024 los precios de los insumos agrícolas registraron una contracción del 31,74 %. Este resultado contrasta notablemente con la información de 2021 y 2022, cuando estos productos crecieron a doble dígito.
Este descenso es clave si se tiene que en cuenta que, según el Ministerio de Agricultura, para el pico de inflación pospandemia los aumentos en los precios de la comida respondieron en 50 % al alza en los insumos agrícolas (especialmente los que son importados).
La baja en los precios de los alimentos es tan notable, que, en esencia, explicaron el retroceso de toda la inflación de 2023 frente a 2022, según el DANE.
De acuerdo con la información de esta entidad, para diciembre de 2022 este rubro tuvo una participación de casi el 5 % en el resultado general del IPC en ese momento (del 13,12 %, recordemos). Para 2023, la participación estuvo por debajo del 1 %.
En otras palabras, los cerca de cuatro puntos de diferencia entre los resultados de IPC entre 2022 y 2023 se le pueden atribuir a la categoría de alimentos.
Con los alimentos en una senda más tranquilizadora, los datos de marzo también ayudarán a entender otras tendencias, como el comportamiento de los precios de la electricidad.
Si bien los embalses aún están por encima del punto de no retorno fijado por la CREG, la situación ha elevado el nivel de alerta ante un posible desabastecimiento de energía por cuenta de los impactos de El Niño en la generación hidráulica, que es la columna vertebral del sistema eléctrico en Colombia.
La presión alrededor de la electricidad (con una mayor generación de las plantas térmicas) ha llevado a que los precios de este energético suban constantemente en el país. Por ejemplo, con excepción de unos picos a finales de 2022 y principios de 2023, el crecimiento de la electricidad en la inflación anual se encuentra en su punto más alto desde 2016, según el DANE.
Para febrero, en su variación anual, la electricidad representó un crecimiento del 21,36 %, una de las mayores expansiones entre la canasta de energéticos, después del combustible para vehículos, que subió 43,86 % en el mismo período (aunque el alza en el precio de este producto nada tiene que ver con El Niño, vale la pena aclarar).
Para este punto las proyecciones indican que para marzo se registrará una baja en la inflación, que se ve amplia si se compara con marzo del año pasado, pero algo más leve frente a los resultados de febrero. De acuerdo con la mayoría de los analistas consultados en la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo, el IPC se ubicará en 7,34 %. Para finales de año los datos de este sondeo ubican el indicador en 5,51 %, en línea con los datos de la encuesta del Banco de la República (en un rango entre 5,5 y 6 %).
Una inflación del 7,34 % sería un resultado notable, si se tiene en cuenta que marzo incluye los gastos de Semana Santa, que suelen inflar el IPC del mes en el que cae esta celebración, en la que se elevan los precios en comidas fuera del hogar, servicios turísticos, transporte, entre otros rubros.
Ahora bien, toda esta información no solo ayuda a entender un poco hacia dónde irá la inflación en general, sino también cuáles podrían ser las siguientes acciones del Banco de la República alrededor de sus tasas.
El Banco ha efectuado tres bajas consecutivas en sus tasas de interés. La última de ellas fue de 50 puntos básicos y, hasta el momento, ha sido la más drástica de las tres.
Si bien la inflación se encuentra aún lejos de la meta del Banco (3 %), en las dos últimas reuniones de su junta directiva se ha confirmado que el indicador debe regresar a este nivel para el primer semestre del próximo año.
Esto pareciera confirmar la confianza del Emisor, en que el IPC está en una senda de descenso controlado, a pesar de los efectos de El Niño sobre asuntos como la electricidad y los alimentos.
Sin embargo, las minutas de la última reunión del Banco permiten ver que las preocupaciones de los codirectores están más centradas en lo que pasa en el terreno político del país. Cinco de los siete miembros de la junta que votaron a favor de la pasada reducción expresaron reservas por la posibilidad de que el Gobierno se vuele la regla fiscal, así como por los anuncios de la administración central, que están agitando algunos mercados financieros.
Estas consideraciones son anteriores a las recientes decisiones de intervenir las dos principales EPS del país, Sanitas y Nueva EPS, vale la pena aclarar.
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