Informalidad laboral en Colombia: las mujeres y el campo, los más afectados
El empleo informal sigue afectando a más de la mitad de los trabajadores. Mientras el desempleo juvenil aumenta, la informalidad predomina en varias ciudades.
En el trimestre móvil junio-agosto de 2024, la informalidad laboral en Colombia mantuvo niveles similares a los del año anterior, afectando de manera desproporcionada a ciertos grupos y regiones del país.
Según los datos más recientes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), 56 % de las personas ocupadas trabajan de manera informal, una cifra que refleja estabilidad respecto al mismo periodo de 2023.
Sin embargo, el panorama varía significativamente entre zonas urbanas y rurales. En las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas, el nivel de informalidad alcanzó 41,9 %, lo que supone un aumento de cinco puntos porcentuales en comparación con el año anterior. En contraste, la informalidad en las zonas rurales se disparó 84,1 %, evidenciando una profunda brecha entre el campo y la ciudad.
Desigualdad en el mercado laboral informal
Uno de los puntos más críticos del informe es el impacto desigual entre hombres y mujeres. Mientras que a nivel nacional 57,9 % de los hombres y 53,4 % de las mujeres ocupadas lo hacen en el sector informal, las diferencias se acentúan en las zonas urbanas. En las 13 principales ciudades, el porcentaje de mujeres informales aumentó a 42,2 %, 1,2 puntos porcentuales más que el año anterior, mientras que la informalidad entre los hombres se mantuvo en 41,6 %. Estas cifras destacan la persistente vulnerabilidad de las mujeres en el mercado laboral, especialmente en contextos urbanos.
La situación en los centros poblados y áreas rurales es aún más crítica. Allí, 83,5 % de las mujeres trabajan de manera informal, apenas por debajo de 84,4 % de los hombres, lo que evidencia una alta dependencia del trabajo no regulado en estas zonas.
Ahora, la brecha laboral formal por sexo se mantuvo alta, con una tasa de participación de 76 % para los hombres y 52,7 %, una diferencia de 23,9 %. Por su parte, la tasa de ocupación sostuvo una brecha de 24,3 %, y la tasa de desocupación en 4,4 %.
Ciudades con mayor y menor informalidad
La informalidad también presenta grandes variaciones entre ciudades. Según el DANE, las ciudades con mayores niveles de ocupación informal son Sincelejo, Valledupar y Riohacha, donde más del 60 % de la población ocupada labora en condiciones informales. En contraste, Manizales, Bogotá y Medellín registran los niveles más bajos de informalidad, con cifras que oscilan entre 34 % y 37 %.
¿Cómo le fue a los jóvenes?
El análisis del DANE también se extiende al mercado laboral juvenil, donde los retos son igualmente significativos. En el trimestre junio-agosto de 2024, la tasa de participación de los jóvenes entre 15 y 28 años se redujo ligeramente a 55,6 %, y la tasa de ocupación bajó a 46 %, lo que representa una caída de 0,7 puntos porcentuales respecto al año anterior.
A su vez, la tasa de desempleo juvenil aumentó a 17,3 %, un punto porcentual más que en 2023, reflejando una mayor dificultad para los jóvenes de encontrar empleo formal.
Un dato preocupante es el incremento de la población joven que no estudia ni trabaja, que ascendió a 2,54 millones de personas, representando 22,8 % de los jóvenes en edad de trabajar. Esta cifra aumentó en 0,6 % respecto al año anterior, con las mujeres siendo el grupo más afectado.
El sector comercio y reparación de vehículos sigue siendo el principal generador de empleo juvenil, absorbiendo a 18,6 % de los jóvenes ocupados. Le siguen actividades como la agricultura, con 14,8 %, mientras que la construcción, tradicionalmente un sector importante para la ocupación juvenil, presentó la mayor caída en términos de empleo, con una disminución de 1,2 puntos porcentuales.
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En el trimestre móvil junio-agosto de 2024, la informalidad laboral en Colombia mantuvo niveles similares a los del año anterior, afectando de manera desproporcionada a ciertos grupos y regiones del país.
Según los datos más recientes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), 56 % de las personas ocupadas trabajan de manera informal, una cifra que refleja estabilidad respecto al mismo periodo de 2023.
Sin embargo, el panorama varía significativamente entre zonas urbanas y rurales. En las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas, el nivel de informalidad alcanzó 41,9 %, lo que supone un aumento de cinco puntos porcentuales en comparación con el año anterior. En contraste, la informalidad en las zonas rurales se disparó 84,1 %, evidenciando una profunda brecha entre el campo y la ciudad.
Desigualdad en el mercado laboral informal
Uno de los puntos más críticos del informe es el impacto desigual entre hombres y mujeres. Mientras que a nivel nacional 57,9 % de los hombres y 53,4 % de las mujeres ocupadas lo hacen en el sector informal, las diferencias se acentúan en las zonas urbanas. En las 13 principales ciudades, el porcentaje de mujeres informales aumentó a 42,2 %, 1,2 puntos porcentuales más que el año anterior, mientras que la informalidad entre los hombres se mantuvo en 41,6 %. Estas cifras destacan la persistente vulnerabilidad de las mujeres en el mercado laboral, especialmente en contextos urbanos.
La situación en los centros poblados y áreas rurales es aún más crítica. Allí, 83,5 % de las mujeres trabajan de manera informal, apenas por debajo de 84,4 % de los hombres, lo que evidencia una alta dependencia del trabajo no regulado en estas zonas.
Ahora, la brecha laboral formal por sexo se mantuvo alta, con una tasa de participación de 76 % para los hombres y 52,7 %, una diferencia de 23,9 %. Por su parte, la tasa de ocupación sostuvo una brecha de 24,3 %, y la tasa de desocupación en 4,4 %.
Ciudades con mayor y menor informalidad
La informalidad también presenta grandes variaciones entre ciudades. Según el DANE, las ciudades con mayores niveles de ocupación informal son Sincelejo, Valledupar y Riohacha, donde más del 60 % de la población ocupada labora en condiciones informales. En contraste, Manizales, Bogotá y Medellín registran los niveles más bajos de informalidad, con cifras que oscilan entre 34 % y 37 %.
¿Cómo le fue a los jóvenes?
El análisis del DANE también se extiende al mercado laboral juvenil, donde los retos son igualmente significativos. En el trimestre junio-agosto de 2024, la tasa de participación de los jóvenes entre 15 y 28 años se redujo ligeramente a 55,6 %, y la tasa de ocupación bajó a 46 %, lo que representa una caída de 0,7 puntos porcentuales respecto al año anterior.
A su vez, la tasa de desempleo juvenil aumentó a 17,3 %, un punto porcentual más que en 2023, reflejando una mayor dificultad para los jóvenes de encontrar empleo formal.
Un dato preocupante es el incremento de la población joven que no estudia ni trabaja, que ascendió a 2,54 millones de personas, representando 22,8 % de los jóvenes en edad de trabajar. Esta cifra aumentó en 0,6 % respecto al año anterior, con las mujeres siendo el grupo más afectado.
El sector comercio y reparación de vehículos sigue siendo el principal generador de empleo juvenil, absorbiendo a 18,6 % de los jóvenes ocupados. Le siguen actividades como la agricultura, con 14,8 %, mientras que la construcción, tradicionalmente un sector importante para la ocupación juvenil, presentó la mayor caída en términos de empleo, con una disminución de 1,2 puntos porcentuales.
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