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La economía global puede enfrentar el próximo año una recesión causada por una agresiva ola de ajustes de política monetaria que aún podrían resultar inadecuados para moderar la inflación, señaló el Banco Mundial (BM) en un nuevo informe.
Encargados de la política monetaria de todo el mundo están retirando las medidas de apoyo monetario y fiscal a un nivel de sincronización que no se había visto en medio siglo, según el estudio publicado este jueves en Washington. Eso desencadena impactos mayores a los previstos en la debilitación de las condiciones financieras y el empeoramiento de la desaceleración del crecimiento global, señaló el BM.
Los inversionistas esperan que los bancos centrales eleven las tasas de política monetaria a nivel mundial a casi un 4 % el próximo año, el doble del promedio en 2021, solo para mantener la inflación básica en un nivel de 5 %. Las tasas podrían alcanzar el 6 % si los bancos centrales buscan controlar la inflación dentro de sus bandas objetivo, según el modelo del informe.
El estudio del Banco Mundial estima que el crecimiento del producto interno bruto global para 2023 se desacelerará a 0,5 % y se contraerá 0,4 % en términos per cápita, lo que cumpliría con la definición técnica de una recesión global. Después de una expansión récord en 2021, esto interrumpiría la recuperación mucho antes de que la actividad económica haya vuelto a su tendencia anterior a la pandemia.
“Los encargados de política monetaria podrían cambiar su enfoque de reducir el consumo a impulsar la producción”, dijo el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass. “Las políticas deberían apuntar a generar inversiones adicionales y mejorar la productividad y la asignación de capital, que son fundamentales para el crecimiento y la reducción de la pobreza”.
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El estudio de los economistas del Banco Mundial Justin-Damien Guenette, M. Ayhan Kose y Naotaka Sugawara ve una forma de que los bancos centrales continúen con sus esfuerzos para controlar la inflación sin desencadenar una recesión mundial y describe un plan de acción para los encargados de política monetaria:
Por ejemplo, los bancos centrales deben comunicar claramente las decisiones de política monetaria para ayudar a anclar las expectativas inflacionarias y reducir el nivel de ajuste necesario.
Además, los bancos centrales de las economías avanzadas deben tener en cuenta los efectos transfronterizos indirectos del endurecimiento, mientras que las autoridades de los mercados emergentes deben fortalecer las regulaciones macroprudenciales y aumentar sus reservas de divisas.
Las autoridades fiscales, según el estudio, deben graduar cuidadosamente el retiro de las medidas de apoyo al tiempo que garantizan la coherencia con los objetivos de política monetaria.
Se espera que el número de países que ajusten sus políticas fiscales el próximo año alcance su nivel más alto desde principios de la década de 1990, amplificando los efectos de la política monetaria sobre el crecimiento. “Los encargados de esta política deben implementar planes fiscales creíbles a mediano plazo y brindar ayuda específica a los hogares vulnerables”, agrega.
Otros encargados de política económica deben unirse a la lucha contra la inflación tomando medidas enérgicas para impulsar el suministro mundial.