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FotoEn el marco del Congreso Anual de Acolgen, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, reveló que desde su cartera se tiene una nueva estimación para el crecimiento de la economía en 2024, la cual pasa del 1,7 % al 2 %.
Este repunte es significativo si se tiene en cuenta que entidades como el Banco de la República iniciaron el año con una estimación de apenas el 0,9 %. El favorable comportamiento de la inflación (la cual continúa en su senda de desaceleración), sumado a la reducción de las tasas de interés estarían empujando el dinamismo de la economía.
Aunque es un buen avance (uno muy bueno), esta cifra sigue siendo tímida de cara a los crecimientos en el Producto Interno Bruto (PIB) que venía consolidando Colombia años atrás.
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Sin embargo, hay que tener en cuenta que no han sido años favorables para la macroeconomía nacional, principalmente por el impacto que significó la pandemia, la cual aceleró el denominado ciclo económico, lo que terminó elevando la inflación y con esta las tasas de interés. En un entorno así, la economía se enfría y los resultados se dejan ver en las variaciones del PIB (en el tercer trimestre del año pasado decreció 0,3 %).
Las apuestas del Ministerio de Hacienda también apuntan a que las tasas de interés cierren el año en 8,5 % (hoy están al 10,75%, con una inflación que en agosto registró una variación anual del 6,12 %). Para esto, en las tres reuniones que le restan a la junta directiva del Banco de la República se necesitaría una tendencia de recortes de 0,75 puntos porcentuales.
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Aún así, el panorama macroeconómico sigue siendo desafiante para el país, pues la meta de la inflación no se alcanzaría sino hasta el próximo año. Lo cierto es que, por como van las cosas, la senda de la recuperación económica de Colombia continúa avanzando y su velocidad dependerá en gran medida de las políticas que se implementen en los próximos meses.
Sectores empresariales han hecho un llamado para que se impulsen medidas que favorezcan la reactivación de la economía. Entre sus peticiones está que se acelere la ejecución del presupuesto (pues es algo que genera empleo y, a la larga, aumenta el gasto).
Sobre el impacto en el paro camionero, Bonilla no dio muchos detalles. Considera que el coletazo no fue tan protagónico y que el efecto inflacionario que generó muy probablemente fue absorbido en septiembre, por lo poco que duraron los bloqueos.
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