¿La economía de Colombia navega hacia la crisis? Esto piensan cuatro exministros
El rumbo de la economía del país fue analizado por los titulares de la cartera económica de gobiernos anteriores, quienes dejaron claras sus preocupaciones en materia de crecimiento, inversión, desempeño fiscal, inflación y tasas de interés.
No es nuevo decir que la economía colombiana transita por un camino de desaceleración. Este es el telón de fondo de las economías en el mundo actualmente. Sin embargo, un contexto nacional de crecimiento bajo, alta inflación, tasas de interés en máximos históricos y deterioro de la inversión, entre otros, llevan a preguntarse qué tan profunda será la caída y si las decisiones que se están tomando ahora propician o lastran mejores tiempos.
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No es nuevo decir que la economía colombiana transita por un camino de desaceleración. Este es el telón de fondo de las economías en el mundo actualmente. Sin embargo, un contexto nacional de crecimiento bajo, alta inflación, tasas de interés en máximos históricos y deterioro de la inversión, entre otros, llevan a preguntarse qué tan profunda será la caída y si las decisiones que se están tomando ahora propician o lastran mejores tiempos.
Esta semana, el informe del Producto Interno Bruto (PIB) del tercer trimestre reflejó una contracción de la economía colombiana del -0,3 %, lo que -como es lógico- terminará pesando en el crecimiento acumulado del 2023. Las últimas perspectivas del Banco de la República, dadas a conocer por Leonardo Villar, gerente del Emisor, hablan de un crecimiento anual del 0,9 %.
Así las cosas, el dato más reciente del PIB confirmó que algo está fallando en el andamiaje. ¿Cuál es el “palo en la rueda”? Son varios y los esfuerzos implican más que apretar algunas tuercas. Este viernes 17 de noviembre, en el marco de la Asamblea ANIF, cuatro exministros de Hacienda y Crédito Público se preguntaron hacia dónde va, qué necesita y que puede hacer el Gobierno de Gustavo Petro por la economía colombiana.
Estos fueron los análisis de Alberto Carrasquilla, Juan Camilo Restrepo, Juan Carlos Echeverry y Mauricio Cárdenas Santamaría.
El contexto “macro”
Lo internacional está pesando en la coyuntura actual que atraviesa la economía colombiana y así lo reconoció Alberto Carrasquilla, ministro de Hacienda durante el Gobierno de Iván Duque.
“La última publicación del Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que la economía global no va a llegar ni siquiera a promedios desde 1980 hasta antes de la pandemia. Este proceso de ajuste de la economía (colombiana) ocurre entre dos normalizaciones: China está volviendo a crecer a tasas anteriores a 1980, lleva desde 2015 ajustando esa tasa de crecimiento y los saltos son violentos; una expansión que implicó un ajuste gigantesco del tamaño del mercado internacional de bienes y servicios”, explicó.
La segunda variable, según Carrasquilla, son las tasas de interés. “En el mundo, hemos tenido 10 años de tasas de interés inusualmente bajas respecto a la historia anterior. Desde la crisis de 2008. Luego vino la pandemia y hasta ahora se normaliza”.
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Así mismo, el exministro se mostró pesimista por el rumbo fiscal del país, pues al tener una tasa de crecimiento económico baja en el largo plazo (que no superará el 3 % en los próximos años) y con la inversión en caída, además de tasas de interés altas que incrementan el costo de la deuda y son superiores al crecimiento económico, Colombia estaría en un “equilibrio fiscal peligroso”.
La inversión preocupa
Una vez aclarado el telón de fondo en el que se encuentra la economía colombiana, el exministro de Hacienda de Iván Duque señaló que sus preocupaciones en el ámbito nacional tienen que ver con la caída de la inversión. En palabras de Carrasquilla, la inversión venía registrando niveles del 20 % del PIB en años anteriores y llegó a ser del 23 % en vigencias puntuales, durante la pandemia cae al 17 % y, actualmente, está en niveles cercanos al 18 %.
“Hacia el futuro, la discusión sobre crecimiento económico de largo plazo es una situación muy colombiana y preocupante. Los factores en contra de la aceleración de la inversión son: temas de incertidumbre, temas tributarios (exenciones) en un contexto de altísima tributación empresarial, hay quienes plantean que es una de las más altas en Latinoamérica, y las tasas de interés. Esos tres factores atentan contra una recuperación de las tasas de crecimiento a largo plazo”, dijo Carrasquilla.
La inversión, tanto de naturaleza o privada, sería la “gasolina” que impulse una reactivación. De ahí que el presidente Gustavo Petro, secundado por su ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, haya señalado esta semana, tras conocerse los resultados del PIB, que es necesario poner en marcha una estrategia contracíclica basada en una mayor inversión.
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“Todos hablan de un programa contracíclico y no se ha hecho nada. Los dos programas que podrían ser pilares de ese plan son la vivienda y las obras públicas. La vivienda está postrada en el tramo VIS, que ha tenido un 50 % de decrecimiento en el último año y no se han hecho fluir recursos de manera idónea para ponerla en marcha. Y en las obras públicas ni se diga: no hay un solo proyecto de concesión durante este Gobierno, ni aeropuertos, ni puertos, ni viaductos, ni carreteras. No ha habido ni uno”, señaló el exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo.
Por su parte, Mauricio Cárdenas calificó como “poco creíbles” las fuentes de financiación del Presupuesto General de 2024, pues sus cálculos se basan en un mayor recaudo de la DIAN y en el cobro de litigios del Estado. “Si eso no se da, el problema fiscal se da. Incluso sin haber cambiado la regla fiscal”, dijo.
Los subsidios
En su intervención, Juan Carlos Restrepo criticó que los anuncios del Gobierno en materia de subsidios, como el congelamiento de precios de peajes, el descuento a la tarifa del SOAT o la eventual compensación a taxistas por los incrementos a la gasolina, carecen de “organización”.
Cabe recordar que el Gobierno contempla volver a ajustar las tarifas de los peajes a partir de 2024, sin embargo, hasta la fecha no se conoce un anuncio oficial. Además, no ha puesto en marcha la anunciada compensación a taxistas, alegando problemas operativos.
Sobre el incremento de precios de la gasolina, como medida para reducir el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), Restrepo aplaudió la posición del Gobierno Petro, pero resaltó que ahora viene el tramo más delicado: el ajuste de las tarifas del diésel, que siguen congeladas.
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Para Restrepo, los ajustes a los peajes y al diésel coincidirían en el primer trimestre de 2024. Esta situación sería, a todas luces, un duro golpe al bolsillo de los colombianos.
“El proyecto que tiene el Mintransporte implica un ajuste del 25 % en dos alzas el próximo trimestre, y si se empieza a incrementar el diésel, van a coincidir estas alzas. No hay que ser profeta, porque tendremos un primer trimestre caliente en materia de paros camioneros”, precisó Juan Camilo Restrepo, ministro de Hacienda del Gobierno de Andrés Pastrana.
Transición energética
En muchos frentes de la política económica del Gobierno de Gustavo Petro se persigue la transición energética. Con miras a este horizonte, Colombia actualmente avanza en la sustitución de los combustibles fósiles, de ahí que se hable de descarbonización de las industrias, un mayor impulso a exportaciones no tradicionales, el fortalecimiento de la generación de energía por vías renovables, la no dependencia a las rentas de los hidrocarburos en las finanzas públicas, entre otros proyectos.
No obstante, Mauricio Cárdenas, quien fungió como el titular de la cartera económica del Gobierno de Juan Manuel Santos, señaló que “no se puede hablar de transición energética si se tienen los combustibles subsidiados”.
Para él, el camino hacia la transición energética está lastrado por tres problemas: metas ambiciosas, como reducir las emisiones en un 51 % al 2030, la alta exposición de Colombia al cambio climático por su posición geográfica y una economía muy dependiente de los combustibles fósiles.
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“¿Cuánto va a costar todo esto si se sacrifica la renta petrolera a mediano y largo plazo? Esas cifras desbordan la capacidad de cualquier Gobierno”, precisó Cárdenas, quien añadió que resulta perjudicial marchitar la industria petrolera si se persigue la transición energética.
“Un barril de petróleo que se deje de producir en Colombia se producirá en cualquier otro país. Esos ingresos nos van a hacer muchísima falta para lo que estamos haciendo, en infraestructura o política social, pero sobre todo pagar la verdadera transición energética: la reducción de las emisiones asociadas a la deforestación.
En la discusión sobre los hidrocarburos, Juan Carlos Echeverry aseveró que a la fecha un 40 % de los taladros está parado, lo cual es nocivo para una empresa como Ecopetrol y, por tanto, para los ingresos de la Nación.
Rutas para enderezar la economía
El panel de exministros organizado por ANIF también incluyó propuestas para la reactivación de la economía. Juan Carlos Echeverry, en primer lugar, aseguró que el Gobierno debe recuperar su gobernabilidad, que no pasa por su mejor momento, y recuperar la confianza de su equipo, del Congreso, las cortes y los inversionistas.
A su turno, Mauricio Cárdenas enfatizó en que Colombia tiene la fórmula para estimular la economía, pero que la “ideología” surge como obstáculo. Los presentes coincidieron en que la relación del Gobierno con el sector privado no es la mejor, lo que le pone trabas a la inversión.
“Hay proyectos que están engavetados en la ANI y lo único que falta es salir a licitación. El capítulo uno de cualquier plan de estímulo de la economía es impulsar subsidios a la vivienda (...). El concepto de que el sector privado gane plata se vuelve obstáculo. Mientras, el país se frena, se caen empleos y entramos en lo que seguramente será una recesión”, aseveró Cárdenas.
Este escenario complejo, en el que el crecimiento económico a largo plazo del país no pinta bien, hace evidente la necesidad de una política de reactivación clara y concreta, que cobije a todos los sectores económicos y responda a una realidad donde sectores claves como construcción, manufacturas y comercio se han deteriorado.
Todo sin perder de vista la regla fiscal que, pese a sus debilidades (como priorizar el pago de deuda, “apretándole el cinturón” a la inversión), lo cierto es que es una herramienta que refleja rigor fiscal, algo especialmente importante para inversionistas extranjeros, cuyo capital se necesita para mover esta economía en desaceleración.
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