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La pérdida de confianza en la economía ha comenzado a revertir de su tendencia oscura hacia un enfoque más claro con los resultados de la inflación del mes de abril de 12,82%. Al parecer el Índice de Precios al Consumidor (IPC) tocó techo y comenzó a rebotar.
De todas maneras, el gobierno comienza a ver con otros ojos un camino lleno de brumas. Hasta el entrante ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla se llenó de entusiasmo y sostuvo que se requiere propiciar un mayor uso de la tierra agrícola y que si ese objetivo se alcanza podríamos llegar a ser “la despensa agrícola de América Latina”.
Para Bonilla es claro que la tierra con potencial para producir alimentos está en otros usos. “Estamos utilizando siete millones de hectáreas”, dijo el ministro de Hacienda.
Recordó que los estudios de capacidad contemplan que de los 114 millones de hectáreas que tiene Colombia, 20 millones son de potencial agrícola. Pero de esa cantidad “solo estamos utilizando siete hectáreas”. Sostuvo que la discusión que sobrepasa los 40 años es saber dónde está esa otra área de potencial agrícola y se llega a la conclusión que se encuentra en otros usos.
Ahora la propuesta del gobierno es traer ese potencial de tierra de uso agrícola para integrarlo a la producción de alimentos. El programa ya fue puesto en ejecución con la saliente ministra de Agricultura, Cecilia López.
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Por ello, Ricardo Bonilla es enfático en afirmar que “es importante darle más tierra a la agricultura en Colombia”. Si eso se hace “seremos de verdad la despensa agrícola, no solo nuestra sino de América Latina”, dijo Bonilla.
El incorporar tierra a la producción de alimentos, significa también que la ganadería se modernice. “No puede ser que tengamos un hato ganadero de 25 millones de cabezas en 38 millones de hectáreas; eso es una ganadería extensiva ineficiente y el ganadero no lo sabe”, sostuvo el funcionario. Explicó que este proceso de modernización de la ganadería permitirá incorporar “una tierra útil que puede estar por los 40 millones de hectáreas”.
El pensamiento del ministro de Hacienda es conseguir una mayor producción de alimentos para el consumo interno y para exportación. Teniendo una despensa abundante de alimentos, la presión inflacionaria se hace menos fuerte ya que el rubro de alimentos tiene un peso importante entre los componentes de la canasta básica.
Precisamente, la exministra de Agricultura, Cecilia López, logró un acuerdo con los ganaderos para adquirir tierras en varias zonas del país. En ese sentido, el Ministerio de Agricultura firmó un acuerdo con la
Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegan), para la compra y venta de tres millones de hectáreas de tierra destinadas para la reforma agraria. Con corte al 17 de abril los miembros de Fedegan han ofertado 1.134 predios de las cuales son viables para el proceso de compra unas 88.174 hectáreas, de las cuales 28.586 fueron ofrecidos en la región Caribe y el Magdalena Medio, dice informe del Ministerio de Agricultura.
El clima, factor de cuidado
Según las cifras reportadas por el DANE, en abril de este año los alimentos y bebidas no alcohólicas mostraron una variación negativa de 0.07%. Pero entre enero y abril de 2023, su comportamiento fue de 4,97%. En el último año alimentos y bebidas no alcohólicas registró una variación de 18,47%, muy por encima de la inflación total de 12,82%.
Un análisis del Grupo Bancolombia señala que “el positivo resultado en el rubro de alimentos habría estado explicado por el mejor contexto en costos y el mejor escenario climático”.
Para los analistas del banco, “en los costos la clave fue la caída por decimocuarto mes consecutivo de la variación anual del IPP (Índice de Precios al Productor) de alimentos gracias a que en abril tuvo un fuerte declive mensual de 4,34%, tal que el sector agropecuario fue la actividad más beneficiada por un alivio en la evolución de sus costos (desde estas señales del IPP). Esto producto del descenso de las cotizaciones internacionales de las materias primas, el retorno de los fletes marítimos a niveles de prepandemia, el debilitamiento del dólar a nivel global y la corrección del precio de los fertilizantes”.
Importantes actores de la vida nacional están de acuerdo en que el sector agrícola se debilitó al máximo desde la apertura económica. Sostiene el ministerio de Agricultura que “este sector perdió su importancia relativa dentro de la economía desde la apertura; según datos del Banco Mundial el sector pasó de representar el 17.07% en 1990 a representar el 7.43% en 2021 del PIB, y es el único sector que decreció en la economía colombiana durante el año 2022″.
Con todo este panorama, se estima que una vez comiencen a dar resultados los programas implementados en el sector agrícola el precio de los alimentos tenderá a bajar y con él la inflación se encaminará a la meta del Banco de la República del 3%.
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Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria recuerda que “los alimentos por primera vez desde junio de 2021 tuvieron una variación levemente negativa de 0.07 % y eso hizo que la inflación anual de alimentos bajara a menos del 19 %, sigue siendo muy alta, pero recordemos que el año pasado llegó casi al 28 %, es decir, ha bajado casi 10 puntos porcentuales”.