La inflación pesa en el gasto de los hogares de Estados Unidos
El ritmo de gasto de los hogares estadounidenses se ralentizó en mayo por efecto de la elevada inflación e ingresos insuficientes para compensar el alza de precios, lo que podría complacer a la Reserva Federal (Fed) que ha estado incrementando las tasas de interés.
En mayo los gastos subieron un 0,2 % contra 0,6 % de abril y los ingresos aumentaron 0,5 %, según datos divulgados el jueves por el Departamento de Comercio.
En paralelo, la inflación de mayo fue de 0,6 % contra 0,2 % en abril. A 12 meses, la inflación se estabilizó en 6,3 %, según el índice PCE, el indicador preferido por la Fed.
Otro índice de inflación, el IPC, publicado por el departamento de Trabajo y utilizado especialmente para calcular las pensiones, tuvo un alza anualizada mayor: 8,6 %.
Ambos indicadores son calculados a partir de diferentes canastas de bienes lo cual explica la diferencia.
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La inflación que corroe el poder adquisitivo y abochorna al presidente Joe Biden amenaza el crecimiento económico y el consumo; pulmón de la mayor economía mundial.
Ya en el primer trimestre, el PIB estadounidense se contrajo algo más de lo previsto inicialmente, cayendo un 1,6 % en base anualizada, debido a una revisión a la baja de los gastos de consumo personal.
“En términos reales”, es decir, ajustados por inflación, “el consumo cayó un 0,4 %”, dijo Rubeela Farooqi, economista jefe de High Frequency Economics en una nota. Y “el ingreso disponible de los hogares, se debilitó”, añadió.
También lea: ¿Por qué los precios de la gasolina en Estados Unidos están tan elevados?
“Alarma”
“El debilitamiento del PCE corregido por la inflación en mayo es una señal de alarma sobre la futura trayectoria del crecimiento”, dijo.
“Si en junio los gastos se mantienen en el nivel de mayo, el consumo se moderará en el segundo trimestre a sólo un 0,9 % anualizado, contra 1,8 % del primer trimestre y 2,5 % del cuarto” de 2021.
Esa ralentización podría complacer a la Fed, que viene subiendo agresivamente los tipos de interés desde marzo, para moderar la demanda y, por lo tanto, la presión sobre los precios.
Su presidente Jerome Powell ha dicho que la institución tiene la intención de subir aún más estos tipos de aquí a finales de año.
Durante la pandemia, los estadounidenses ahorraron mucho, gracias a las ayudas del gobierno y a la imposibilidad de consumir debido a las medidas de confinamiento y a las restricciones de actividad.
Puede leer: Fed de Nueva York espera desaceleración, pero no recesión en Estados Unidos.
Luego, la fuerte recuperación de la demanda, combinada con los problemas en las cadenas de suministro, alimentó la alta inflación, que se vio exacerbada por el aumento de los precios de la energía provocado por la invasión rusa de Ucrania a finales de febrero.
La inflación subyacente, la que excluye los volátiles precios de los alimentos y la energía, la inflación fue de 0,3 % en mayo; la misma de abril.
Ian Shepherdson, economista jefe de Pantheon Macroeconomics, señala que el aumento medio de tres meses ha caído al ritmo más lento desde noviembre, y observa que se trata de “un fuerte descenso desde el pico del 5,7 % de febrero”.
“Una combinación de ralentización de los aumentos salariales, una más débil inflación de los márgenes y un dólar más fuerte está empezando a provocar una marcada desaceleración de la inflación subyacente”, dijo, aunque “todavía queda mucho por hacer”.
Brian Deese, principal consejero económico de la Casa Blanca, se congratuló por la “moderación” inflación subyacente en los últimos tres meses.
Lea: ¿Está preparada la economía de Estados Unidos para una recesión?
Aunque no puede influir en los precios de la energía, el gobierno está “especialmente focalizado” en sectores en los que hay concentración de empresas y precios “inusualmente altos”.
La meta de la Fed es mantener la inflación en torno a 2 % que considera óptima para la economía-
Algunos economistas estiman que un enlentecimiento de la inflación podría ser acompañado de una breve recesión. De momento, la Fed cree poder evitarla.
Y, según Rubeela Farooqi, no es probable que los datos publicados de este jueves cambien su rumbo.
“Con la amenaza de una inflación sostenida en primer plano, es poco probable que estos datos alteren la trayectoria de las tasas de interés, que se mantienen firmemente orientadas al alza”, dijo Farooqi en un análisis.
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En mayo los gastos subieron un 0,2 % contra 0,6 % de abril y los ingresos aumentaron 0,5 %, según datos divulgados el jueves por el Departamento de Comercio.
En paralelo, la inflación de mayo fue de 0,6 % contra 0,2 % en abril. A 12 meses, la inflación se estabilizó en 6,3 %, según el índice PCE, el indicador preferido por la Fed.
Otro índice de inflación, el IPC, publicado por el departamento de Trabajo y utilizado especialmente para calcular las pensiones, tuvo un alza anualizada mayor: 8,6 %.
Ambos indicadores son calculados a partir de diferentes canastas de bienes lo cual explica la diferencia.
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Ya en el primer trimestre, el PIB estadounidense se contrajo algo más de lo previsto inicialmente, cayendo un 1,6 % en base anualizada, debido a una revisión a la baja de los gastos de consumo personal.
“En términos reales”, es decir, ajustados por inflación, “el consumo cayó un 0,4 %”, dijo Rubeela Farooqi, economista jefe de High Frequency Economics en una nota. Y “el ingreso disponible de los hogares, se debilitó”, añadió.
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“Alarma”
“El debilitamiento del PCE corregido por la inflación en mayo es una señal de alarma sobre la futura trayectoria del crecimiento”, dijo.
“Si en junio los gastos se mantienen en el nivel de mayo, el consumo se moderará en el segundo trimestre a sólo un 0,9 % anualizado, contra 1,8 % del primer trimestre y 2,5 % del cuarto” de 2021.
Esa ralentización podría complacer a la Fed, que viene subiendo agresivamente los tipos de interés desde marzo, para moderar la demanda y, por lo tanto, la presión sobre los precios.
Su presidente Jerome Powell ha dicho que la institución tiene la intención de subir aún más estos tipos de aquí a finales de año.
Durante la pandemia, los estadounidenses ahorraron mucho, gracias a las ayudas del gobierno y a la imposibilidad de consumir debido a las medidas de confinamiento y a las restricciones de actividad.
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Luego, la fuerte recuperación de la demanda, combinada con los problemas en las cadenas de suministro, alimentó la alta inflación, que se vio exacerbada por el aumento de los precios de la energía provocado por la invasión rusa de Ucrania a finales de febrero.
La inflación subyacente, la que excluye los volátiles precios de los alimentos y la energía, la inflación fue de 0,3 % en mayo; la misma de abril.
Ian Shepherdson, economista jefe de Pantheon Macroeconomics, señala que el aumento medio de tres meses ha caído al ritmo más lento desde noviembre, y observa que se trata de “un fuerte descenso desde el pico del 5,7 % de febrero”.
“Una combinación de ralentización de los aumentos salariales, una más débil inflación de los márgenes y un dólar más fuerte está empezando a provocar una marcada desaceleración de la inflación subyacente”, dijo, aunque “todavía queda mucho por hacer”.
Brian Deese, principal consejero económico de la Casa Blanca, se congratuló por la “moderación” inflación subyacente en los últimos tres meses.
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Aunque no puede influir en los precios de la energía, el gobierno está “especialmente focalizado” en sectores en los que hay concentración de empresas y precios “inusualmente altos”.
La meta de la Fed es mantener la inflación en torno a 2 % que considera óptima para la economía-
Algunos economistas estiman que un enlentecimiento de la inflación podría ser acompañado de una breve recesión. De momento, la Fed cree poder evitarla.
Y, según Rubeela Farooqi, no es probable que los datos publicados de este jueves cambien su rumbo.
“Con la amenaza de una inflación sostenida en primer plano, es poco probable que estos datos alteren la trayectoria de las tasas de interés, que se mantienen firmemente orientadas al alza”, dijo Farooqi en un análisis.
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