Las luces y sombras en los datos del PIB para el segundo trimestre
El crecimiento del segundo trimestre (2,1 %) superó varias estimaciones. Hay buenas noticias, pero, según señalan algunos analistas, aún queda camino por recorrer para hablar de una recuperación sostenida y, sobre todo, más homogénea.
Los datos del PIB del segundo trimestre podrían asemejarse al momento en el que una bocanada de aire sale por fin después de un tiempo de estarla aguantando: un instante de cierta liberación y alivio, si se quiere.
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Los datos del PIB del segundo trimestre podrían asemejarse al momento en el que una bocanada de aire sale por fin después de un tiempo de estarla aguantando: un instante de cierta liberación y alivio, si se quiere.
La información que presentó el DANE este jueves permite ver una reactivación de la economía, con un crecimiento de 2,1 % para el segundo trimestre de este año, que contrasta con la cifra para el mismo periodo del año pasado (0,8 %) y, en general, con las de los últimos cuatro trimestres.
El resultado estuvo por encima de varias proyecciones de analistas, que ubicaban el crecimiento del trimestre cercano a 2 %, pero aún por debajo de ese umbral. Y si bien el dato final está apenas por encima de estos cálculos, sigue siendo una noticia bienvenida que los números superen las expectativas de una buena porción de observadores y expertos.
“La variación del PIB es una noticia indiscutiblemente positiva, al reflejar una leve recuperación de la economía. Sin embargo, los indicadores continúan mostrando un comportamiento insuficiente para cumplir con los objetivos nacionales”, comentó Bruce Mac Master, presidente de la ANDI (gremio de los industriales).
Aunque los números son positivos, tampoco llevan a un optimismo desmedido a algunos analistas, que describen el momento en términos de “recuperación gradual”, como lo menciona Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria.
Cuando se mira por renglones de actividades económicas, el panorama se ve, a grandes rasgos, de esta forma. El gran protagonista fueron las actividades artísticas, con una expansión de 11,1 % (aunque en el primer trimestre del año pasado había registrado 11,3 %). “Se destacaron las actividades de entretenimiento, conciertos y las apuestas en línea porque son las que están generando las tasas de crecimiento”, explicó Piedad Urdinola, directora del DANE.
El rol de las apuestas en este sector es clave, pues en el trimestre hubo una intensa actividad deportiva, que terminó por arrastrarlo hacia resultados sobresalientes, aunque levemente más bajos que hace un año, como ya se dijo.
La otra gran sorpresa fue el agro, que con una expansión de 10,2 % mostró un crecimiento notable frente a las cifras del mismo periodo del año pasado, cuando se registró una contracción de 1,9 %.
El desempeño del agro fue tan notable en el trimestre, que explica al menos la mitad del valor agregado que se creó en este periodo.
Los subsectores para destacar en estos resultados son el cultivo permanente de café (que creció 25,8 %), seguido de la ganadería (con una expansión de 6,5 %). Olarte, sin embargo, menciona que los resultados de estos renglones “no parecen ser sostenibles en el tiempo debido a factores climáticos”.
Para Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad Colombiana de Agricultores (SAC), “hay que tener presente que la dinámica de la producción del sector siempre estará explicada por factores como clima, costos de insumos y productividad tanto en pecuario como en agrícola”.
De acuerdo con el dirigente gremial, los resultados del sector se pueden entender al ver “las programaciones de mediano plazo de procesos de producción como en pollo, huevo, cerdo y cultivos permanentes”, pero también las caídas en fertilizantes y alimento para animales que se han venido registrando.
Sin embargo, Bedoya ve el vaso medio vacío: “Y pues si bien crece el sector preocupa lo que ocurre con sectores que representan millones de consumidores. Que en IPC vayan cayendo la mayoría de las proteínas y de algunos cultivos da cuenta de, no solo la mayor oferta, sino una posible pérdida de consumo”.
Justamente hablando de consumo, el panorama de este rubro se puede antojar positivo, aunque también con algunos bemoles. Hubo un crecimiento en la demanda final interna de 1,6 %, que contrasta con la contracción de 2,6 % que se vio en el primer trimestre de este año. Y en ese rubro destaca el crecimiento del gasto de los hogares, con una expansión de 1,5 % (frente al 0,6 % del primer trimestre de 2024).
“En cuanto a la demanda, el consumo sigue siendo defensivo. Los bienes no durables y los servicios mantienen el consumo en general, mientras que los bienes durables y semidurables, como automóviles y textiles, continúan estancados y a niveles significativamente bajos”, opina Olarte.
A su vez, Andrés Felipe Medina, de BBVA Research, asegura que “el consumo de servicios también continuó creciendo (1,4 %), aunque se empiezan a notar señales de desaceleración. Con este resultado, se empiezan a observar las primeras señales de dinamización del consumo privado en la economía, impulsado por el consumo de alimentos”.
En general, en el consumo de los hogares Camilo Herrera, presidente de Raddar (firma especializada en analizar este rubro) destaca que estas cifras plantean el fin del ajuste que ha tenido el renglón después de las distorsiones introducidas por la pandemia (2020), la posterior reactivación (2021 y 2022) y la normalización económica (2023). Sin embargo, Herrera señaló que “lo clave es que el gasto sigue creciendo por debajo del PIB”.
Entre las buenas noticias que deja el PIB se cuenta un repunte en los números de la inversión, que representó uno de los debates más críticos del año pasado, al sostener varias caídas consecutivas y resultados históricamente negativos.
La inversión, vista desde la formación bruta de capital fijo, registró un crecimiento de 4,3 %, que rompe una tendencia de contracciones consecutivas en cinco trimestres. Y, aunque el resultado pone el indicador en terreno positivo, “no puede desconocerse el efecto estadístico, ya que estamos comparando este periodo con un segundo trimestre de 2023 en el que este indicador se redujo en -25,5 %”, señalan desde la ANDI.
Sin embargo, según el Ministerio de Hacienda, la tasa de inversión fija en el país se encuentra en niveles similares a los registrados desde hace cuatro años, llegando a 17,7 % del PIB en 2023, cuando en 2020 se ubicó en 17,9 %.
“En detalle, el dinamismo de la inversión se explicó por edificios y estructuras (15 % anual)”, comenta Medina, de BBVA Research, a la vez que anota: “No obstante, el rubro de vivienda continuó rezagado, con una caída del 1,4% que acumula cinco trimestres consecutivos de decrecimiento”.
En general, el rubro de construcción creció 2,4 % en el segundo trimestre del año, mientras que en el mismo periodo de 2023 registró una contracción de 3,1 %. Los números positivos del sector estuvieron apalancados en el desempeño de las obras civiles, de acuerdo con la directora del DANE. Sin embargo, para Olarte, las obras civiles “siguen muy por debajo de sus niveles históricos, al igual que la construcción de viviendas”.
Con estos resultados, el crecimiento en lo que va del año se ubica en 1,5 %. Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, espera que el año se ubique por encima de este porcentaje, en todo caso. “Si este año cerramos en 1,8 %, nos va bien”, dijo en una entrevista reciente con este diario.
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