Lo que el puente se llevó: los golpes económicos por el desplome en río La Vieja

De tanto en tanto, las noticias en Colombia parecieran reencarnar, especialmente las malas, con alguna participación de las absurdas: un derrumbe que se lleva por delante una vía, un puente que se agrieta o se cae, un bagre que trae los números ganadores del chance escritos en el costado.

De tanto en tanto, las noticias en Colombia parecieran reencarnar, especialmente las malas, con alguna participación de las absurdas: un derrumbe que se lleva por delante una vía, un puente que se agrieta o se cae, un bagre que trae los números ganadores del chance escritos en el costado.

Esta vez el turno es para la categoría de infraestructura vial que colapsa, con énfasis en puente: el que cruza el río La Vieja, uniendo al Valle del Cauca con Quindío.

Como en otros momentos (no olvidemos el caso de Chirajara), y de forma muy lamentable, hubo personas muertas, en este caso fueron dos policías, otras 15 personas resultaron heridas.

También como en otros momentos, vienen los cálculos de cuánto cuesta este desastre en términos de transporte, carga que no llegará a tiempo, camiones y viajeros que deberán añadir horas a su recorrido. Todas las cosas que no fueron: el inventario de lo que el puente se llevó.

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La caída llega apenas unos meses después de que un derrumbe sepultara la vía Panamericana a la altura de Rosas (Cauca), interrumpiendo el tránsito entre Cauca, Nariño y Valle del Cauca. La solución definitiva (hay una temporal) no ha sido finalizada y los empresarios de la región estiman que las pérdidas pueden ascender a $3 billones.

El puente se encuentra en el corredor Calarcá-La Paila y, a su vez, hace parte de corredor Bogotá-Buenaventura, por el que se mueve el 21 % de la carga del país, lo que ya es una mala noticia en términos de importaciones y exportaciones.

Colfecar, uno de los mayores gremios de transporte de carga, asegura que el colapso del puente afecta la conectividad directa de 12 departamentos del centro y suroccidente del país. Valle del Cauca podría sufrir efectos especialmente agudos.

Edwin Maldonado, director ejecutivo del Comité Intergremial y Empresarial del Valle del Cauca, explica que esta vía tiene una importancia estratégica para el departamento.

Valle del Cauca es uno de los principales productores de azúcar a nivel nacional y este producto encabeza la lista de exportaciones de la región, renglón que creció 37 % en ventas internacionales el año pasado, en comparación con 2021, de acuerdo con cifras del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.

“Se complica la situación del Valle y el intercambio comercial. Ya era difícil traer productos de Nariño y Cauca, ahora también del centro del país. Nos preocupa la incidencia que pueda tener esta problemática en la inflación, nos vimos afectamos en el suministro de productos agrícolas con el cierre en la Panamericana, pero lo reemplazamos con productos de otras zonas, por ejemplo, del Eje Cafetero. El departamento también es un proveedor de productos agrícolas”, dice Maldonado. Vale recordar que la conectividad entre ese departamento y Quindío también se vio afectada por la caída en el puente del río Barragán el año pasado.

El Valle del Cauca produce 20 % de los huevos y 15 % del pollo que se consume en el país, según la Andi. En promedio, cada día se transportan más de 50.000 toneladas de carga hacia el departamento y desde allí entran hacia el centro del país otras 66.000 toneladas, según cifras de Colfecar.

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Maldonado agrega que los problemas de conectividad afectan la dinámica de los sectores productivos y, al final del día, la generación de empleo.

Los impactos también tienen el potencial de golpear al Quindío, uno de los centros de producción de café en el país. Este es el principal producto de exportación del departamento, renglón que creció más de 100 % en sus ventas internacionales entre 2022 y 2021.

En la ecuación de comercio internacional, llegar o salir de Buenaventura juega un papel vital, por decir lo menos. Los golpes también podrían sentirse en las importaciones que llegan a estos dos departamentos.

Más problemas para el transporte de carga

La caída del puente, como dice Henry Cárdenas Cruz, presidente de Fedetranscarga, “no solo perjudica al transporte, sino a todo el país”.

Si bien el escenario con la caída del puente sobre el río La Vieja no es tan crudo como el derrumbe en Rosas, pues hay vías alternas en buenas condiciones, el tiempo extra termina representando más dinero para transportadores y empresarios, por un lado, y menos competitividad en general para regiones y productos clave.

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Todo esto sucede, al igual que con Rosas, en momentos en los que la inflación sigue sin ceder, aunque con un panorama más amable en el rubro de costos de los alimentos, por fortuna.

Las estimaciones del gremio indican que la caída implicará tres horas más de viaje: en promedio serán 16 horas entre Bogotá y Buenaventura, teniendo en cuenta la congestión en la vía alterna Armenia-Pereira-Cartago. Los costos logísticos aumentarán porque, además del combustible extra, el desvío implica que los conductores tendrán que pagar dos peajes (con la vía original solamente pagaban uno). “Calculamos que para las tractomulas los costos en la ruta Bogotá-Buenaventura aumentarán $400.000″.

Llamados al Gobierno

El puente El Alambrado fue construido en 1968 por el entonces Ministerio de Obras Públicas. Hace tan solo un mes Autopistas del Café entregó un estudio de patología que no arrojó ningún resultado negativo. El concesionario asegura que la estructura cuenta con todas las inspecciones rutinarias y mantenimientos.

La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) informó que adelanta investigaciones para establecer las causas del siniestro, así como las responsabilidades civiles y contractuales.

La entidad desde ya tiene varias hipótesis. William Camargo, presidente de la ANI, en una entrevista con Blu Radio dijo que podría deberse a un aumento de cargas en la estructura, falla en el mantenimiento o a un “elemento de afectación provocado por mano humana”. Según el funcionario, “en el momento, no se descarta la hipótesis de atentado”.

Por ahora, Camargo y el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, aseguran que la solución definitiva podría estar lista en 120 días. El concesionario propone reemplazar la estructura por un nuevo puente metálico.

Además de buscar soluciones para que la situación no encarezca el transporte de carga, Cárdenas le pide al Gobierno investigar por qué se cayó el puente y revisar la infraestructura del país para evitar que estas situaciones se sigan presentando. De acuerdo con el ministro Reyes, en el país hay 3.800 kilómetros de puentes, pero cerca de 1.000 kilómetros necesitan “estudios, reparación y mantenimiento”.

El presidente de Fedetranscarga, además, llama la atención sobre la importancia de garantizar que la vía alterna sea segura para los conductores y de prevenir que haya daños en este tramo. “Si llega a ocurrir algún accidente en esta zona, colapsará el transporte”.

Por este corredor, según los datos recopilados por el Comité Intergremial y Empresarial del Valle del Cauca, se mueven 8.000 vehículos diarios. ¿La vía alterna tiene las condiciones para atender este flujo? Esa es una de las grandes preguntas que los gremios le hacen al Gobierno.

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