Los nubarrones en el mercado petrolero global
Grietas en las proyecciones de la demanda global y volatilidad en la producción son tensiones que alterarían los precios del crudo en un mundo que sigue con incertidumbres geopolíticas como Ucrania y Medio Oriente.
El precio del petróleo es, casi por naturaleza, un asunto volátil. Depende de una multitud de factores más allá de las variables clásicas del mercado de oferta y demanda. Y si bien los precios internacionales siguen lejos de momentos de crisis (como el desplome que arrancó en 2014 y llevó a valores de US$30 en 2016), lo cierto es que, después de unos meses de cierto optimismo, las cifras actuales están en niveles de principios de año. En otras palabras, los precios han retrocido unos cuatro meses.
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El precio del petróleo es, casi por naturaleza, un asunto volátil. Depende de una multitud de factores más allá de las variables clásicas del mercado de oferta y demanda. Y si bien los precios internacionales siguen lejos de momentos de crisis (como el desplome que arrancó en 2014 y llevó a valores de US$30 en 2016), lo cierto es que, después de unos meses de cierto optimismo, las cifras actuales están en niveles de principios de año. En otras palabras, los precios han retrocido unos cuatro meses.
A finales de enero, el Brent (crudo de referencia para mercados como el colombiano) acabó por encima de los US$80 (US$81,71, para ser exactos). Y ahora el barril orbita los US$82. En la mitad de este camino quedaron los mejores meses del año en este asunto, con un pico de US$91,17 alcanzado a principios de abril.
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Pero, en medio de todo, las cosas podrían estar peor por cuenta de varios factores de geopolítica global: la guerra entre Israel y Hamás no añadió mayores presiones extra sobre este mercado y, sobre todo, no significó restricciones de circulación por el estrecho de Ormuz, ruta clave para el transporte de crudo desde Medio Oriente al resto del mundo.
A pesar de ataques de milicias hutíes desde Yemen, el flujo de petróleo no se ha detenido y, en general, el impacto de los conflictos en esa zona no se ha vuelto una preocupación petroler global (lo que no implica que sus consecuencias humanitarias no sean lamentables, vale aclarar).
Las presiones del mercado petrolero proceden de la oferta y la demanda. Vamos por partes.
¿Problemas en la demanda?
En su más reciente informe de proyecciones, la Agencia Internacional de Energía (AIE) envió una dura advertencia al mercado: la demanda para el año estará por debajo de lo estimado debido a la debilidad económica y al clima templado en Europa. El recorte de 140.000 barriles diarios de la AIE a su pronóstico de crecimiento refleja una contracción de la demanda en el primer trimestre en los países ricos —una débil actividad industrial y otro invierno templado afectaron el consumo de gasóleo, especialmente en Europa— combinada con una revisión al alza de las estimaciones de 2023.
Según la AIE, la demanda de petróleo para 2024 crecerá en 1,1 millones de barriles diarios, en comparación con 2023. Las proyecciones de la entidad indican que este número se mantendrá casi igual para 2025.
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Si bien ambas son cifras que indican una expansión, lo cierto es que se esperaba que, tanto en 2024 como en 2025, la demanda creciera aún más en la medida en la que las economías globales se sacudían de la ralentización de 2023 y entraban en un ciclo de expansión más estable (luego de los picos inflacionarios y de consumo pospandemia).
Pero lo cierto es que la demanda, aunque crece, pareciera estar moderándose, en la medida en la que el crecimiento económico no está siendo tan fuerte como se anticipaba.
Panorama de la producción
Según los datos de la AIE, el suministro de petróleo debe llegar este año a una cifra récord de 102,7 millones de barriles diarios (un aumento de 580.000 bariles frente a 2023). Sin embargo, la meta se establece en medio de un panorama mezclado: incrementos de producción por parte de los países por fuera de la OPEP y recortes entre los miembros de esta organización petrolera.
La próxima reunión de la OPEP+ se prevé para junio, donde se discutirá el futuro de los recortes de producción por parte de los principales productores de petróleo del mundo.
La OPEP y sus socios han estado limitando la producción en un intento por evitar un superávit y apuntalar los precios del crudo. Se espera que cuando la alianza de 22 países se reúna el 1.° de junio prolongue sus actuales restricciones hasta el segundo semestre del año.
Por ejemplo, Rusia anunció que está preparada para reducir la extracción de petróleo hasta nueve millones de barriles diarios en junio, en el marco de la disminución de la producción aprobada por el grupo petrolero.
Actualmente, el país extrae alrededor de 9,4 millones de barriles diarios, una cifra que era de 9,5 millones en enero de este año.
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Además de la decisión sobre prolongar los recortes, la reunión del grupo intentará resolver la difícil pregunta acerca de cuánto petróleo son capaces de extraer sus miembros, cuestión que pone en peligro los esfuerzos del grupo por estabilizar los mercados mundiales.
Tras un encarnizado debate sobre el tema el año pasado —que acabó con la salida de Angola—, la alianza liderada por Arabia Saudita encargó una revisión externa de las capacidades de producción de sus miembros, que concluirá en junio. Varios de los principales exportadores están tratando de mejorar sus niveles para asegurarse el derecho a extraer más crudo en 2025.
Emiratos Árabes Unidos, Kazajistán, Irak, Kuwait y Argelia son algunos de los países cuyo potencial para suministrar más crudo el año que viene está siendo estudiado, según reportó la agencia Bloomberg citando fuentes que pidieron no ser identificadas porque la información es confidencial.
En este panorama, el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, dijo que en su próxima reunión sobre recortes de producción los países de la OPEP+ no deberían tomar medidas que puedan elevar los precios y, por lo tanto, aumentar la inflación.
“Depende de ellos decidir qué van a hacer, pero en esta situación tan frágil de la economía global, lo que menos necesitan los países —especialmente los países en desarrollo que son importadores de petróleo— son precios altos, los que a su vez harían subir las cifras de inflación”, dijo Birol en una entrevista en París.
Pero la continuación de los recortes pareciera un hecho casi que inevitable, lo que ayudaría a que el precio del crudo quizá vuelva a los niveles de abril.
Vale recordar que, en su más reciente plan financiero, el Gobierno espera que el petróleo se mantenga alrededor de los US$78 para mantener a flote las cuentas del país (que dependen en no poca medida de las ventas de crudo de Ecopetrol, por ejemplo).
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