¿Qué hay detrás de la caída de la construcción en Colombia?
La construcción quedó en números rojos en el más reciente reporte del PIB: las obras civiles tuvieron la mayor caída desde la pandemia y el desempeño de las edificaciones (renglón que incluye la construcción de vivienda) no convence. Le contamos qué está frenando a un sector clave para el país.
Daniel Felipe Rodríguez Rincón
La desaceleración del aparato económico colombiano ya se siente y así lo corroboró el más reciente informe del Producto Interno Bruto (PIB) del DANE.
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La desaceleración del aparato económico colombiano ya se siente y así lo corroboró el más reciente informe del Producto Interno Bruto (PIB) del DANE.
En el segundo trimestre de 2023, la economía colombiana creció un 0,3 % y, en el escalafón de los 12 sectores que mide el DANE, la construcción se ubicó en el penúltimo lugar, al registrar una caída del 3,7 % en su actividad en comparación con lo conseguido en el segundo trimestre de 2022. Un resultado que llama la atención, teniendo en cuenta que hace un año el PIB del sector arrojaba un crecimiento del 9,4 %.
Que el PIB de la construcción esté en terreno negativo es motivo de preocupación porque se trata de un sector que, históricamente, ha sido un dinamizador de la economía nacional por cuenta de sus encadenamientos productivos, que incluyen cadenas industriales, comercio minorista y micronegocios asociados a este rubro.
“En años recientes, el país ha sido testigo de los efectos positivos que se desprenden de un sector de la infraestructura dinámico: generación de empleo, crecimiento económico, competitividad, desarrollo y bienestar social”, señala Juan Martín Caicedo Ferrer, presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI).
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🚧 Las cifras de la construcción
Para calcular el PIB de la construcción, el DANE toma los resultados de dos grandes actividades: obras civiles y edificaciones.
En el segundo trimestre de 2023, las obras civiles asestaron un duro golpe a la construcción en su conjunto, pues esta actividad registró una caída del 17,9 %. “Un resultado que no se veía desde los años de la pandemia”, indica la CCI.
Por su parte, las edificaciones (residenciales y no residenciales) crecieron un 3,14 %. “Es un crecimiento, pero mucho más bajo que el de hace un año, cuando el PIB de edificaciones creció alrededor del 12 %”, afirmó Guillermo Herrera, presidente de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol).
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📍Las alertas en edificaciones
Pese a estar en terreno positivo, la dinámica reciente de las edificaciones no es un motivo de celebración al interior del sector. De hecho, solo basta con mirar los resultados de hace un año (que hablaban de crecimientos cercanos al 12 %) para darse cuenta de que algo no anda bien en un rubro con una particularidad que es necesario subrayar: al tratarse de una actividad con proyectos a largo plazo (residenciales y no residenciales), las cifras de crecimiento económico son resultado del desempeño de años anteriores.
Precisamente, el presidente de Camacol explica que los recientes resultados del PIB son el “resultado de los proyectos que se lanzaron hace uno, dos años atrás”.
Y es que la actividad constructora del país se ha visto afectada en el último año por factores globales como la espiral inflacionaria que, mes a mes, incrementó el costo de los bienes y servicios en el país hasta máximos históricos. El Banco de la República obró en consecuencia, incrementando las tasas de interés y encareciendo el costo del crédito. No hay que olvidar que desarrolladores (crédito constructor) como compradores (créditos hipotecarios) dependen del financiamiento y, con unos intereses tan altos, las ventas y las iniciaciones de proyectos han resultado golpeadas.
En esto coincide Luis Aurelio Díaz Jiménez, presidente del Grupo Oikos, quien instó a las entidades financieras a reducir las tasas al mercado, “especialmente en los créditos a largo plazo. Sabemos que por parte del Banco de la República no es fácil porque está detrás del control de la inflación”, precisó.
Igualmente, constructores señalan que el encarecimiento de los insumos es otro de los culpables en la caída en el crecimiento anual del PIB de edificaciones.
Así mismo, Díaz explica que en Bogotá y muchos municipios hay Planes de Ordenamiento Territorial (POT) “que hacen que no haya tierra suficiente para poder desarrollar”, por lo que se hace necesario una nueva reglamentación. Estos dos elementos, de acuerdo con el directivo, podrían permitirle al sector una mejor dinámica al sector de la construcción para el segundo semestre del año.
🏡Los problemas en vivienda
Cifras de Camacol indican que las ventas y los lanzamientos de vivienda han caído por encima del 50 % en el último año, y se han presentado caídas consecutivas en los últimos 12 meses. “No es una característica propia de los ciclos de la construcción. Es una condición que se ha venido repitiendo mes a mes durante el último año y que también se reflejan en las cifras del DANE de licenciamiento de áreas para vivienda, que en junio cayeron en un 48,8 %. En vivienda VIS cayeron un 56 % y en vivienda no VIS en 40 %”, precisa el presidente del gremio.
Por otro lado, constructores y gremios insisten en que las decisiones del Gobierno en torno al subsidio Mi Casa Ya han generado incertidumbre en el sector sobre la posibilidad real de acceso a un subsidio por parte de los hogares más pobres.
Cabe recordar que durante 2023 Mi Casa Ya pasó de no tener financiación (el Gobierno Petro ha señalado que la causa es que el Gobierno Duque no dejó asignados los recursos para dicho programa) a ser objeto de una profunda transformación en su operación.
Entre tanto, las asignaciones del subsidio avanzan. Según cifras del Ministerio de Vivienda, a la fecha hay más de 22.000 subsidios sin asignar. La ministra, Catalina Velasco, criticó ayer a través de su cuenta de X (antes Twitter) las “demoras” en la gestión de las constructoras para cobrar dichos subsidios.
Camacol rechazó las afirmaciones de la ministra y recordó, en primer lugar, que la reglamentación nacional vigente indica que los subsidios tienen un plazo de 12 meses para ser asignados. “Además, después de la asignación del subsidio, hay que escriturar las viviendas y después hay que hacer el desembolso y el otorgamiento de las coberturas. Hay todo un proceso detrás que toma tiempo”, indicó el presidente del gremio.
“De los más de 22.000 subsidios que la ministra dice que están sin cobrar, más de 18.000 se asignaron este año y, recordemos, 5.000 fueron asignados el pasado 14 de agosto, hace unos días. Hay un trámite que se debe seguir y eso no puede hacerse de la noche a la mañana, y para poder cobrarlos (los subsidios) primero hay que marcar las coberturas de la tasa de interés y solo en junio volvieron a estar disponibles”, reiteró Guillermo Herrera.
📍 ¿Qué ocurre con las obras civiles?
Detrás del desplome en obras civiles está el comportamiento negativo de grupos de obra como construcciones en minas y plantas industriales (-48,5 %); le siguió el grupo de puertos, canales, presas, sistemas de riego y otras obras hidráulicas (-31,8 %), seguido de instalaciones al aire libre para deportes y esparcimiento y otras obras de ingeniería civil (-22,2 %). Finalmente, carreteras, calles, vías férreas y pistas de aterrizaje, puentes y carreteras elevadas y túneles (-12,9 %).
El único grupo con variación positiva fue tuberías para la conducción de gas a larga distancia, líneas de comunicación y cables de poder, tuberías y cables locales y obras conexas, cuyo PIB presentó un crecimiento del 10,2 %.
Al respecto, el presidente de la CCI manifestó que “el fenómeno se ha convertido en una constante durante los últimos tres trimestres, si se tiene en cuenta que, a finales de 2022, justamente, dicho indicador de obras civiles mostró un saldo en rojo de -12,6 % y a comienzos de este año el resultado fue de -14,9 %”.
Como lo explica Alejandro Useche, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, “hay una reducción del dinamismo de la ejecución de proyectos de infraestructura pública en el país. No creo que signifique que no haya el dinero disponible o la intención política, sino demoras en ejecución”.
A sabiendas de que las obras civiles no están en su mejor momento, el Gobierno ha dado señales de que quiere revertir esta tendencia negativa y, en la segunda mitad del año, el país podría “pisar el acelerador” de cara a la ejecución de obras de construcción civil.
Recientemente, Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, afirmó que la economía del país podría crecer entre un 1,8 % y un 2 % en 2023, impulsada en gran medida por las obras civiles. “Confiemos en que, como lo afirma el ministro, las obras civiles se aceleren, porque ellas tienen un importante efecto multiplicador, porque las inversiones del Estado en materia de infraestructura implican la movilización de muchos sectores involucrados. En general, las obras civiles son un aporte al bienestar, al transporte, a la producción del país”, añade el docente de la Universidad del Rosario.
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