Los retos que quedan para que siga bajando el desempleo en Colombia

En octubre, más de 476.000 colombianos encontraron trabajo. Ese es el gran resumen del informe que presentó este jueves el DANE sobre el desempleo, al precisar que la tasa se ubicó en 9,2 %. Esto se traduce en una disminución de 0,5 puntos porcentuales frente al mismo periodo del año pasado. En otras palabras, unas 87.000 personas salieron de la desocupación.

En octubre, más de 476.000 colombianos encontraron trabajo. Ese es el gran resumen del informe que presentó este jueves el DANE sobre el desempleo, al precisar que la tasa se ubicó en 9,2 %. Esto se traduce en una disminución de 0,5 puntos porcentuales frente al mismo periodo del año pasado. En otras palabras, unas 87.000 personas salieron de la desocupación.

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Esta es una cifra positiva, pues el país completa cinco meses consecutivos permaneciendo en tasas de desempleo de un dígito, siendo octubre el periodo que ha registrado la más baja. Con esto se consolida la premisa de que el mercado laboral colombiano ha logrado recuperarse de los estragos que generó el confinamiento de la pandemia, si se recuerda que en 2020 el desempleo trepó hasta 22 %.

Como lo explicó la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, el desafío que enfrenta el mercado laboral colombiano no es solo el de mantener la tasa de desempleo en un dígito, sino hacer que siga disminuyendo, pues aún hay 2,34 millones de personas que no logran conseguir empleo.

Otra de las noticias positivas que dio el DANE es que la informalidad también continúa cuesta abajo, aunque, al igual que el desempleo, su caída no ha ido al ritmo que se quisiera.

Puntualmente, en octubre la informalidad llegó a 55,2 %, lo que se traduce en 2,4 puntos porcentuales menos que en el mismo mes del año pasado. Si se quiere leer de otra manera, de los 23 millones de trabajadores que hay en Colombia, 12,73 son informales (288.000 menos que en el periodo de referencia anterior).

Hay que recordar que la informalidad es una condición en la que los trabajadores realizan sus actividades sin tener garantías de acceso a salud, pensión, caja de compensación familiar, vacaciones y aseguradora de riesgos laborales.

Es más, el grueso de estos ni siquiera alcanza a devengar un salario mínimo, pues las cifras que maneja el DANE también dan cuenta de que 45,42 % de los ocupados en el país (unas 10,3 millones de personas) gana menos del mínimo.

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Para el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Fabio Arias, gran parte de este problema está en los empresarios “que siguen negándose a formalizar sus trabajadores”, especialmente en las microempresas, pues allí se consolida una informalidad del 84,5 %.

Dentro de lo que se ha hecho bien, y ha ayudado a que el desempleo continúe bajando en el país, se encuentran los sectores que más están impulsando este comportamiento. Se destaca el de alojamiento y servicios de comida, que en octubre generó más de 268.000 puestos de trabajo; seguido de administración pública y defensa, educación y atención de la salud humana, que aportó otros 191.000; así como actividades inmobiliarias, que creó 83.000.

Sin embargo, cumplir con la meta de que se siga generando más puestos de trabajo en el país es un camino que está minado con muchas dificultades, pues este no ha sido un año sencillo para la economía nacional (el PIB del país se contrajo 0,3 % durante el tercer trimestre del año), y se espera que la recuperación en forma se dé en 2024, alcanzando en 2025 hitos como volver a la meta de inflación del Banco de la República (3 %).

¿Hacia dónde enfocar los esfuerzos?

La ministra de Trabajo reiteró el llamado que, juntamente con los empresarios y centrales obreras, le ha hecho al Banco de la República para que reduzca las tasas de interés, pues ese 13,25 % en que se han mantenido ha afectado la capacidad de gasto de los hogares en el país, así como la posibilidad de que las empresas generen inversiones y con estas la demanda de nueva mano de obra.

“Estamos unificados en la propuesta de que el Banco de la República baje las tasas de interés, porque están teniendo un impacto directo en los créditos de los colombianos y desde luego impactan el consumo. Si bajamos las tasas de interés empezaremos a trabajar en una reactivación de la economía, que es lo que estamos buscando”, manifestó tras su participación en la subcomisión de productividad, que hace parte de la mesa de trabajo con la que se busca definir el incremento que tendrá el salario mínimo en 2024.

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No obstante, hay que recordar que precisamente lo que ha buscado la junta directiva del Banco de la República ha sido disminuir el consumo para hacer que la inflación (causada por la sobredemanda) ceda en el país. La apuesta, que ha sido implementada por prácticamente todos los bancos centrales en el mundo, es ir bajando las tasas en la medida en que caiga la inflación. Si bien el IPC ha ido cediendo, no lo ha hecho tan rápido como se necesita. Y esto es lo que ha mantenido las tasas en su techo de 13,25 %.

Sin embargo, según las proyecciones de la OCDE para el país, en 2024 ya se podría ver un repunte en la economía, en la medida en que vayan bajando las tasas y se recupere la economía en general. Sobre esto no conoceremos noticias sino hasta el 19 de diciembre, día en que se reunirá nuevamente la junta directiva del Banco de la República para abordar este asunto.

Recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores es otro blanco al que, según los expertos, se le debe atinar para seguir disminuyendo el desempleo. Así lo sostiene el presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT), Percy Oyola, al argumentar que elevar considerablemente los ingresos de los trabajadores dinamizará la economía; y muestra de eso, añade, es que con el aumento del 16 % que se le dio al mínimo el año pasado no se perdieron puestos de trabajo, como sí lo advertían los empresarios.

Este dato del desempleo, ahora que se está concertando el salario mínimo para el próximo año también será de importancia. Por un lado porque servirá de argumento para que las centrales obreras, como ya lo menciona Oyola, pidan varios puntos porcentuales más allá del dato de la inflación; además de evaluar estrategias, desde la mesa de concertación, para que el próximo año continúe el desempleo en esta senda de caída.

También está la atención a los sectores poblacionales que más les cuesta conseguir trabajo. Según lo explicado por la directora del DANE, Piedad Urdinola, estos son los jóvenes, las mujeres y los grupos étnico-raciales.

Muestra de esto es que en el trimestre comprendido entre agosto y octubre el desempleo en las personas de 15 a 28 años fue del 15,8 %, es decir, 6,6 puntos porcentuales más que la tasa promedio registrada para el país.

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Entre ellos la crudeza del desempleo se ve más en las mujeres, pues casi dos de cada 10 jóvenes en el país está desempleada, mientras que la proporción para los hombres es de 1,3 de cada 10.

La ciudad en donde se concentra la mayor cantidad de desempleo juvenil es Quibdó, con una tasa de 30,6 %, seguida de Montería (25,1 %), Cúcuta (22,3 %), Neiva (20,2 %) y Riohacha (20 %).

Sobre esto los observatorios laborales presentes en las universidades del país aseguran que seguir apostando a programas de primeros empleos para jóvenes, además de incentivos extendidos al empresariado para la contratación de esta población, es una estrategia acertada para la mitigación de estas disparadas cifras.

En las poblaciones negras, afrodescendientes, raizales y palenqueras la tasa de desempleo fue del 13,9 % en octubre, situándose así 4,7 puntos porcentuales por encima de la media nacional.

En suma, el desempleo continúa enfrentando serios desafíos en el país, siendo la informalidad y las facilidades para encontrar trabajo (especialmente en los grupos poblacionales más castigados por esta realidad) parte de los más importantes.

De momento el país consolida su senda de reducción de esta tasa, pero el débil crecimiento que ha tenido en los últimos meses aumenta las probabilidades de que en realidad esté tocando fondo y se avecine un repunte para las próximas fechas que incluso podrían llevarlo de nuevo a los dos dígitos.

Ese no es el escenario que se quisiera, y para evitarlo la tarea que tiene el Gobierno, juntamente con el empresariado y demás instituciones inmersas en el mercado laboral (como la academia) sigue siendo grande.

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