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Desde su creación en 2007, el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) le ha permitido a los colombianos acceder (a un precio estable) a combustibles como la gasolina.
Aunque pueda sonar técnico, el funcionamiento de este fondo es sencillo. Los precios de los combustibles cambian constantemente, principalmente por las variaciones que registran en oferta y demanda. Esto sucede tanto en el plano nacional (porque Colombia extrae su propio crudo y gas) como en el internacional. Cuando ese vaivén de precios registra grandes alzas, el fondo las absorbe pagándole a los productores e importadores dichas diferencias, evitando así que los colombianos las asuman directamente.
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Sin embargo, en el último tiempo este fondo ha ido acumulando unos déficit considerables (mismos que se han ido pagando con el presupuesto del estado, pero también con parte de las utilidades de Ecopetrol), lo que ha puesto en riesgo su continuidad.
Según el Ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, se espera que el FEPC cierre 2022 con un déficit de $37 billones. En su intervención durante el debate de control político en la Comisión Tercera del Senado, explicó que de estos $6,4 billones ya fueron pagados por el gobierno, $19 billone los dejaron incluidos en el presupuesto del año entrante y casi $12 billones adicionales se estarían generando por los precios nacionales e internacionales vigentes.
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Las estimaciones de Ocampo le dan para pensar que en 2023 el déficit del FEPC cerraría en $28 billones, cifra que sigue siendo considerable si se compara con los $25 billones de recaudo que planea la propuesta de reforma tributaria en su primer año.
Es así como el ministro de Hacienda cree que, en el corto plazo, el Gobierno nacional tiene un reto importante a la hora de cerrar los diferenciales de compensación para aliviar futuras presiones de gasto que pueda generar el fondo.
También dice ser consciente que un incremento súbito y repentino en los precios de los combustibles líquidos, impactaría de manera negativa el poder adquisitivo de los hogares y la estructura de costos del aparato productivo del país. Es decir, eliminar el fondo no sería una opción viable.
¿Cómo mitigar este déficit?
De momento, el pago por los excedentes en el precio de los combustibles asumidos por el FEPC han salido de la caja del Estado (Ministerio de Hacienda) y Ecopetrol. Sin embargo, y como lo advierte Ocampo, el déficit está alcanzando niveles insostenibles, lo que se traduce en una sustancial amenaza de presión fiscal para la Nación.
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La alternativa que propone Ocampo es aumentar “fuertemente” el precio de los combustibles. Esto, evidentemente, aliviaría la presión deficitaria que actualmente presenta el fondo, pero también incrementaría el costo de vida de los hogares en el país (más inflación), además de aumentar los costos de producción de las empresas (lo que obstaculizara la meta de mitigar el desempleo).
“Este es un tema complejo”, reconoce Ocampo. Aunque no dio mayores detalles, de su exposición en la Comisión Tercera se puede interpretar que la apuesta que tendría el Gobierno nacional es la de reducir una parte del costo fiscal que está asumiendo la nación para mantener estable el precio de los combustibles y permitir que los colombianos asuman de manera directa (porque ya lo han venido vía impuestos) los aumentos que se registren en este mercado.
¿Qué tan sustancial puede ser? esa es la pregunta.
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