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Ecuador ha vivido una semana de apagones y está sumido en una crisis energética agravada por la sequía, en un país que depende casi exclusivamente de fuentes hidroeléctricas, inclusive provenientes de Colombia. El presidente Daniel Noboa ha pedido la renuncia de su ministra de Energía este martes y declara el estado de emergencia eléctrica. Agregó que se ha abierto una investigación por sabotaje, pero las causas de esta crisis no son tan sencillas.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, volvió a decretar este viernes un nuevo estado de excepción a nivel nacional por 60 días, esta vez por causa de la grave crisis energética que atraviesa el país, con apagones de hasta ocho horas de duración al no poder atender la demanda nacional de electricidad.
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El decreto se da con miras a evitar “ataques terroristas” contra la infraestructura para el suministro de electricidad en medio de la violencia narco.
El mandatario dispuso la movilización de policías y militares “para garantizar la seguridad de las instalaciones críticas de infraestructura energética para prevenir sabotajes, ataques terroristas u otras amenazas que pueden afectar su funcionamiento”, según un decreto presidencial.
Desde el domingo pasado Ecuador sufre apagones diarios en diferentes zonas de hasta ocho horas de duración, al haberse quedado sin el nivel suficiente de agua el embalse de Mazar, el segundo más grande del país, que permite operar un complejo de tres centrales hidroeléctricas con una potencia 1.757 megavatios, equivalente a alrededor de un tercio de la demanda nacional.
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Ecuador ha vivido una semana de apagones y está sumido en una crisis energética agravada por la sequía, en un país que depende casi exclusivamente de fuentes hidroeléctricas, inclusive provenientes de Colombia. El presidente Daniel Noboa ha pedido la renuncia de su ministra de Energía este martes y declara el estado de emergencia eléctrica. Agregó que se ha abierto una investigación por sabotaje, pero las causas de esta crisis no son tan sencillas.
Casi el 80 % de la electricidad que consume Ecuador es de origen hidroeléctrico y no solo de represas ecuatorianas, sino también colombianas. Ambos países atraviesan una intensa sequía y esta semana Bogotá le anunció a Quito que dejará de exportar la energía.
“Primero experimentan una periodo relativamente seco de bajas precipitaciones durante enero, febrero y marzo, que coincide con el fenómeno del niño, que lo que hace es intensificar la sequía. Quizás son los niveles más bajos que tenemos de reservas hídricas en los embalses en los últimos 40 años”, explica Erasmo Rodríguez, hidrólogo de la Universidad Nacional de Colombia.
Los embalses colombianos funcionan en un 29 % de su capacidad, Cerca del nivel “crítico” que es del 27 %. Para no llegar a los apagones, ya hay racionamiento de agua, por lo menos en Bogotá, capital con 10 millones de habitantes.
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Según Marco Acuña, presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos de Quito, los apagones y el racionamiento en Ecuador no tienen como simple causa el fenómeno de El Niño, considera que el sector eléctrico en Ecuador ha sido descuidado, al no tomarse las medidas necesarias para que funcione correctamente, sin la construcción de nuevas centrales hidroeléctricas. En 2018, la generación de energía hidroeléctrica alcanzó el porcentaje más alto en Ecuador.
“Por otro lado, se contaba con la energía desde Colombia, se estaba pagando más o menos 20 millones de dólares semanales, por eso es que también nosotros hemos reclamado que el Ministerio de Energía debe volver a ser un ministerio independiente y tomar las medidas que deben tomarse”, concluye Acuña.
En un comunicado, el Colegio de Ingenieros Eléctricos denuncia cierta opacidad sobre los recursos que Ecuador ha gastado comprando energía a Colombia, al detrimento de fuentes renovables que solo representan el 2 % de su producción.