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La variante ómicron del coronavirus pesará sobre el crecimiento económico de Estados Unidos en los próximos meses, pero no lo descarrilará, aseguró el miércoles la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, durante una reunión en Washington con alcaldes de la nación.
“Sí, ómicron ha presentado un desafío y probablemente afectará algunos de los datos en los próximos meses, pero estoy segura de que no descarrilará lo que ha sido uno de los períodos más fuertes de crecimiento económico en un siglo”, dijo Yellen.
“Nada de esto estaba garantizado. Creo que es importante que lo reconozcamos” agregó al comparecer ante la Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos.
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Según la secretaria del Tesoro del gobierno de Joe Biden, existe “una idea errónea de que ómicron ha hecho descarrilar nuestra recuperación; un escenario en el que la nueva variante ha devuelto nuestra economía al estado en el que estaba el día de la toma de posesión” del presidente, en enero de 2021.
La variante ómicron ha provocado un aumento en las infecciones y los casos de cuarentena, impidiendo a los estadounidenses trabajar. Las aerolíneas, por ejemplo, han cancelado miles de vuelos desde Navidad debido a la escasez de personal.
Como resultado del aumento de casos de covid-19, el crecimiento económico se desacelerará en el primer trimestre de 2022, pronostican los economistas.
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Pero Yellen insistió en que el Plan de Rescate Estadounidense (ARP, por sus siglas en inglés), aprobado por el Congreso en marzo de 2021 a instancias de Biden, apenas unas semanas después de llegar a la Casa Blanca, “actuó como una vacuna para la economía estadounidense, protegiendo nuestra recuperación de la posibilidad de nuevas variantes”.
“La protección no fue completa, pero fue muy fuerte, y evitó que las comunidades sufrieran los efectos económicos más severos de ómicron y (la anterior variante de preocupación) delta”, dijo, y señaló que se canalizaron 350.000 millones de dólares en fondos de emergencia a los gobiernos locales.
En efecto, el primer año de la pandemia “diezmó los presupuestos gubernamentales” y forzó despidos masivos y la suspensión colectiva de alrededor de 1,3 millones de trabajadores, incluidos maestros y trabajadores de la salud considerados personal esencial, reconoció Yellen.
Pero, según ella, la financiación de emergencia permitió a las comunidades prepararse mejor contra ómicron y combatirlo cuando comenzó a propagarse, agregó.