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El Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), en palabras sencillas, es un fondo al que el Gobierno añade recursos para subsidiar los precios de los combustibles en Colombia. O sea, es un mecanismo mediante el cual, con el dinero público, se abarata artificialmente la gasolina y el diésel en el país, por debajo de los precios que estos combustibles registran en el mercado internacional.
Vale la pena aclarar que, aunque Colombia aún tiene autosuficiencia petrolera, el país debe importar alrededor de un tercio de la demanda de gasolina diaria (de 150.000 galones, se compran en el mercado internacional unos 50.000, según datos de Ecopetrol).
Para que los precios internacionales no le peguen a los locales, el Gobierno pone la diferencia a través del FEPC. Y de ahí es que nace el déficit monstruoso que acumuló el Fondo hasta que la administración Petro comenzó a ajustar esas clavijas.
Según el estudio revelado esta semana y realizado por la Dirección de Estudios Sectoriales de la Contraloría Delegada de Minas y Energía, el déficit del FEPC ha ocasionado que se hayan dejado de focalizar esos recursos en inversión por parte de los gobiernos de turno, “destinándose a subsidiar los combustibles, lo que no era la finalidad del Fondo”.
Los déficits importantes que ha presentado el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) son resultado de un mal diseño de este mecanismo, que le ha costado a la Nación aproximadamente $100 billones a precios constantes de 2023 desde su puesta en funcionamiento, reveló el estudio de la Contraloría General de la República.
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El costo fiscal ha sido, explica el estudio, “escasamente compensado” por $1 billón generado en épocas de superávit y que ha tenido que solventar la Nación por otros medios, “especialmente endeudamiento (pagarés-TES), dividendos y otras fuentes del Presupuesto General de la Nación”.
Los aumentos en el precio de la gasolina que planea el Gobierno le permitirían cerrar 2023 con un déficit de $26 billones y, de acuerdo con las cifras del Marco Fiscal de Mediano Plazo (la hoja de ruta económica de la administración Petro), el déficit se debería extinguir en 2024.
¿Por qué la Contraloría recomienda liquidarlo?
Vale la pena mencionar que el Marco deja claro que no se va a desmontar el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), por lo menos en el corto plazo, “pero si se espera rediseñar su funcionamiento y se le dará prioridad a la extinción de déficits para que su acumulación no sea tan onerosa”, dice la entidad.
El documento de la Contraloría asegura que hasta que el Gobierno no establezca la nueva metodología general de cálculo para la fijación de precios de los combustibles y comiencen a ser aplicadas, “la situación de acumulación de déficit del FEPC no se revertirá”.
El estudio afirma que, por ahora, “el aumento gradual y constante del precio interno para equipararlo al de referencia internacional es consecuente con la eliminación del déficit y los problemas que este acarrea, pero los cambios al funcionamiento del FEPC y del precio interno de los combustibles fósiles deben ser, en el largo plazo, consecuencia de la aplicación de una política constante y no coyuntural”.
El documento concluye que el saneamiento fiscal del FEPC es viable si en el mediano plazo se reestructura el mecanismo haciéndolo sostenible y fiscalmente neutro o eliminándolo, permitiendo las volatilidades connaturales del mercado. “La CGR queda a la espera del nuevo esquema que defina el gobierno para analizarlo en su momento”.
Según el Minhacienda, lo ideal sería que el precio de la gasolina alcanzara los $16.000 por galón para, así, ajustar las cuentas del FEPC.
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