Precios de los alimentos: este sería el impacto por aumento del costo en el diésel
El combustible es necesario para el funcionamiento de la maquinaria y el transporte de los productos agropecuarios. ¿Qué tanto pesa el ACPM en los precios de la comida?
Luego de las presiones y negociaciones derivadas del paro camionero de la semana pasada, el precio del diésel subió en Colombia $400 desde el sábado pasado, con un alza del mismo valor programada para el 1 de diciembre de este año.
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Luego de las presiones y negociaciones derivadas del paro camionero de la semana pasada, el precio del diésel subió en Colombia $400 desde el sábado pasado, con un alza del mismo valor programada para el 1 de diciembre de este año.
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Uno de los argumentos en contra del aumento del ACPM que han esgrimido los críticos de la iniciativa (transportadores, en esencia) es el impacto que tendría en la inflación, especialmente en la comida. No solo porque el transporte requiere de dicho insumo, sino también porque es usado por los productores como combustible para las maquinarias.
A todas estas, ¿cuál es el peso real del ACPM en los productos agropecuarios?
El sobrecosto desde la producción
Sin duda, el diésel hace parte de la estructura de costos de los productores agropecuarios, pero el impacto es relativo según el producto y su producción. “A quienes más golpea es al arroz y a la panela por el uso de los trapiches. Pero el sobrecosto no va a pasar del 4 % como máximo”, expresa Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).
El gerente de Fedearroz (Federación Nacional de Arroceros), Rafael Hernández, reconoce que todo tipo de aparato con motor funciona con diésel. Y estima que una hectárea de arroz requiere de entre 24 y 28 galones de combustible, por lo que el costo se eleva en un 4 % que terminaría subiendo para el consumidor, sin contar el precio del flete.
Aunque es un insumo importante, no es el principal. Bedoya resalta que en la estructura de costos de producción del sector lo que más porcentaje representa en los cultivos son las semillas, fertilizantes y mano de obra; y en lo pecuario es el alimento balanceado para los animales.
El sobrecosto en el transporte
Carlos Duarte, miembro del Instituto de Estudios Interculturales de la Universidad Javeriana de Cali, recuerda que los expertos de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA) han mostrado en sus análisis que en la estructura de los costos de transporte, el combustible pesa entre un 30 y 40 %. Por lo que el impacto sería cercano a dichos porcentajes.
Es inevitable que el aumento del diésel propuesto por el Gobierno no termine incidiendo en los precios de los productos transportados y lógicamente en la inflación. Sin embargo, “donde mayores afectaciones se podrían generar sería en los alimentos que deben transitar largas distancias (tanto lo que se exporta como los que se importan)”, agrega Duarte.
El transporte de alimentos no funciona bajo el sistema de fletes, al menos no en su mayoría. A nivel general, existe el Sistema de Información de Costos Eficientes para el Transporte Automotor de Carga (SICE-TAC) que sirve para fijar el precio mínimo de referencia para el cobro.
El sistema funciona con un formulario dentro de la página del Ministerio de Transporte que realiza el cálculo teniendo en cuenta costos predeterminados y unas variables. Hay unos valores ya predeterminados que se suman a las variables que pide la página: tipo de vehículos y de carga, lugar de origen y destino, ruta, tiempo de espera y horas de cargue y descargue.
Finalmente, el SICE-TAC arroja el precio del viaje y desagrega los rubros. Allí el alza del ACPM se hizo de manera automática.
Este modelo cobija a los contenedores importados de alimentos que llegan por los puertos del país hasta las centrales de abastos como Corabastos en Bogotá. Los demás productos de origen nacional tienen otro sistema que no está tan reglamentado y definido.
“Allá todo es anarquía, pero los precios son muy estables. Una bolsa de yuca desde el Llano a Corabastos vale $6.500 y una canasta de tomate de 30 kilos de Boyacá a Bogotá se paga en $3.500 y se cobra así, por bulto, bolsa o canastilla”, detalla Juan Cuan, economista experto en mercados y estudioso de la inseguridad alimentaria nacional.
Y añade que con el paro camionero se dispararon los precios debido a la especulación del mercado. A pesar de que el lunes el abastecimiento fue normal, de 10.000 toneladas, el precio sí se vio afectado. El flete que antes costaba $3.500, llegó a estar en $6.000 y el costo del producto también cambió, pues el incremento promedio de “martes, miércoles y jueves fue del 59 %”.
El reflejo en los alimentos del incremento en el diésel
¿En este momento la comida está más cara por cuenta del alza en el combustible? La respuesta de Duarte es que la variación en el precio y el suministro de los alimentos que se ha experimentado recientemente corresponden directamente con “el paro camionero y las acciones de movilización que impactan en los circuitos largos y regionales de abastecimiento alimentario”.
El Ministerio de Agricultura reportó que, al cierre del miércoles 4 de septiembre, el acopio en los mercados mayoristas del país disminuyó 49,7 % frente al 28 de agosto, es decir, antes del paro camionero. Para la cartera, el impacto negativo de los bloqueos en las vías del país se sintió “con notoriedad” el jueves.
Esta situación prende una alerta por el impacto que puede tener en la inflación. Hay que tener en cuenta que la desaceleración de los precios de los alimentos fue lo que empujó hacia abajo el dato del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en agosto, cuya variación mensual fue del 0 %.
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Los impactos de los bloqueos son innegables. Sin embargo, Jackeline Piraján, economista Scotiabank Colpatria, espera que sea posible que, por la corta duración, este efecto de incremento en los precios pueda revertirse en lo que queda de septiembre y permita que la inflación siga bajando.
Además, si se mira más allá del paro, tampoco es fácil predecir el impacto que tendrá el incremento del diésel en la comida porque los valores fluctúan según el comportamiento de la oferta y la demanda. “Que haya un incremento en los costos por el ACPM no necesariamente se va a traducir en un incremento en la canasta familiar porque va a depender del peso que tenga en la cadena de producción. No es un traslado inmediato”, finaliza el presidente de la SAC.
Lo que suceda con el precio de los alimentos en los próximos días dependerá en gran medida qué tan rápido se repongan los mercados y precios tras el paro camionero. Solo después de esta normalización se podrá conocer con certeza la magnitud del impacto del aumento del diésel en el agro.
Para el Ministerio de Hacienda, las alzas programadas en el diésel (que lo hubieran llevado $6.000 por encima del precio actual) habrían tenido un efecto combinado de no más de 1,4 % en la inflación general del país. Con el acuerdo de $800 hasta diciembre, se estima que este impacto será mucho menor. Sin embargo, Ricardo Bonilla, titular de la cartera, resaltó que los bloqueos en las vías tienen mayor impacto en los precios que las alzas decretadas desde el Gobierno.
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