¿Qué esperar de APEC? El foro económico que reunirá a Asia y América Latina
Los miembros de la alianza Asia-Pacífico, que agrupa a 21 economías, se verán las caras nuevamente para promover el libre comercio en un contexto marcado por el auge de algunos proteccionismos.
A principios de la semana pasada, el mundo estaba a la expectativa del resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, las cuales decantaron en la victoria de Donald Trump y, con ello, en el triunfo de una visión más proteccionista para ese país. Tras los resultados electorales en EE. UU., la agenda internacional tendrá dos importantes reuniones multilaterales en las que se promoverá el libre comercio y la cooperación, en medio de la incertidumbre propia que genera un nuevo timonel en la primera economía global.
El próximo jueves, 14 de noviembre, comenzará en Lima, Perú, el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC); la reunión anual de esta alianza creada en 1989 y compuesta por 21 economías (el 60 % del PIB global). Así mismo, el próximo 18 y 19 de noviembre se llevará a cabo la reunión del G20 en Río de Janeiro, Brasil.
“Estos mecanismos brindan una oportunidad y sirven de plataforma para promover la cooperación económica y, al mismo tiempo, mejorar la comunicación entre los miembros”, explicó Gao Lei, profesora asociada e investigadora en el Centro de Colaboración para Teorías y Prácticas de la Economía Abierta.
Así las cosas, los 21 miembros de la alianza Asia-Pacífico (Australia, Brunéi, Canadá, Corea, Chile, China, Estados Unidos, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Perú, Rusia, Singapur, Taiwán, Tailandia y Vietnam) volverán a verse las caras en otra demostración de la creciente influencia asiática en América Latina.
Particularmente, Perú -como anfitrión de APEC- es un aliado estratégico de China, bajo el paraguas de un tratado de libre comercio. La mandataria peruana, Dina Boluarte, se encontrará con su homólogo chino, Xi Jinping, para inaugurar el megapuerto de Chancay, financiado por Pekín, que será una escala fundamental en la nueva ruta de la seda en Suramérica.
Colombia, a pesar de contar con acceso al mar Pacífico y terminales como el puerto de Buenaventura sobre esta costa, no forma parte del bloque APEC.
Cooperación Vs. Proteccionismo
De fondo, en los últimos años las voces que proponen medidas más estrictas para el comercio exterior han resonado en Europa o Estados Unidos, mientras que países como China siguen llevando la bandera de la cooperación y el libre comercio. Frente a diversos desafíos mundiales, ha habido, por un lado, una creciente urgencia de que los países se unan y colaboren para superar las dificultades, mientras que, por otro lado, algunos países siguen por el camino del unilateralismo.
Y es que la presencia de China no pasa desapercibida en este tipo de encuentros. Como la segunda economía más grande del mundo, China continúa manteniendo una alta tasa de crecimiento económico, proporcionando un fuerte impulso para el desarrollo económico global. ¿Qué se puede esperar de una nación cuyo crecimiento redefine continuamente los contornos de la economía mundial?
“En la era de la compleja dinámica global, las contribuciones constantes de China y su participación activa en los foros multilaterales han sido fundamentales para dar forma a un nuevo tipo de relaciones internacionales basadas en la cooperación y los beneficios mutuos”, señala Xia Lu, profesor asociado de la Escuela de Estudios Marxistas e investigador de la Academia Nacional de Desarrollo y Estrategias de la Universidad Renmin de China.
Un punto de partida para entender las formas que tiene China para relacionarse con países de América Latina son los discursos del presidente Xi Jinping en la apertura de foros como APEC o muchos otros. El mandatario pronuncia de manera recurrente palabras como “apertura”, “inclusión”, “desarrollo de alta calidad”, “conectividad”, “cooperación de beneficio mutuo” o “mejora de la gobernanza”.
Ante el auge de proteccionismos en Estados Unidos y Europa, vale la pena preguntarse por qué las economías deben adoptar lo dicho por Xi Jinping y qué se necesita para sostener los principios de cooperación y libre comercio en las próximas décadas.
Como lo explican Gao Lei y Xia Lu, con los continuos cambios en la estructura internacional, el orden mundial pasará inevitablemente de estar dominado por las superpotencias a un marco multipolar. En este contexto, los encadenamientos podría ser la vía para crear economías de escala y conseguir el beneficio mutuo, como se pregona desde China.
Los expertos ponen el ejemplo de Oriente Medio y sus abundantes reservas de petróleo, las cuales podrían complementarse con los vastos recursos laborales y sólidas bases manufactureras de China, y con las ventajas tecnológicas en materia de investigación, desarrollo y capital de economías desarrolladas como Estados Unidos. “Algunos miembros de APEC pueden integrar sus recursos naturales con la tecnología y el capital de otros miembros para desarrollar productos e industrias valiosos”, afirman los académicos chinos.
Así mismo, los países desarrollados pueden aprovechar sus ventajas tecnológicas avanzadas para ayudar a los países en desarrollo a lograr una transición verde. Por su parte, los países en desarrollo pueden participar activamente en las acciones para abordar conjuntamente los desafíos provocados por el cambio climático.
Tanto Gao como Xia coinciden en que, poniendo en práctica la cooperación internacional, la mayoría de los miembros de la comunidad internacional pueden lograr una asignación óptima de recursos a escala mundial, mejorar la eficiencia de la producción y promover el desarrollo común de las economías.
Además, se hace necesario acelerar la modernización industrial, promover la innovación de productos, gestión y modelos de negocio a través de avances científicos y tecnológicos, entre otras lecciones que Asia podría darle al Pacífico.
“Las economías con ventajas en materia de innovación deben compartir activamente prácticas y experiencias y transferir tecnología de manera proactiva, mientras que otras economías deben centrarse en crear un entorno propicio para la exploración y el progreso”, opinan Gao Lei y Xia Lu.
Las cadenas de suministro actuales son un ejemplo práctico de cooperación Asia-Pacífico: la enorme demanda del mercado chino absorbe bienes y servicios de muchos países. “La demanda de China de importación de productos derivados ha llevado al desarrollo de industrias relacionadas en Australia, Nueva Zelandia y otros países (...). La demanda de componentes electrónicos ha promovido la industria de procesamiento y fabricación de productos electrónicos en los países del sudeste asiático, lo que contribuye a un crecimiento económico regional estable”, añade Xia Lu.
China también ha participado activamente en la negociación e implementación de Tratados de Libre Comercio (TLC) en Asia-Pacífico, como la Asociación Económica Integral Regional (RCEP). Estos acuerdos han profundizado aún más la integración económica regional en el marco del APEC.
APEC, un foro entre tensiones
Entre tanto, las promesas electorales de Trump de proteger a la industria estadounidense e imponer altos aranceles a China y México, asoman como un desafío para la región Asia-Pacífico.
“Definitivamente, la victoria de Trump impactará en la cumbre APEC debido a que tiene una narrativa bastante proteccionista”, dijo a AFP Óscar Vidarte, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Católica de Perú.
Perú recibirá del 14 al 16 de noviembre a ministros, empresarios y ejecutivos de los países que integran la APEC, foro creado en 1989.
Bajo el lema ‘Empoderar, Incluir, Crecer’, la APEC 2024 de Lima tiene previsto tratar sobre comercio e inversión, innovación y digitalización y crecimiento sostenible.
Entre los líderes que confirmaron su asistencia figuran el mandatario saliente de Estados Unidos, Joe Biden; su homólogo chino, Xi Jinping; el presidente de Chile, Gabriel Boric; el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol; el primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba; el presidente de Indonesia Prabowo Subianto; el primer ministro de Singapur, Lawrence Wong; el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, y el presidente de Vietnam, Luong Cuong.
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A principios de la semana pasada, el mundo estaba a la expectativa del resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, las cuales decantaron en la victoria de Donald Trump y, con ello, en el triunfo de una visión más proteccionista para ese país. Tras los resultados electorales en EE. UU., la agenda internacional tendrá dos importantes reuniones multilaterales en las que se promoverá el libre comercio y la cooperación, en medio de la incertidumbre propia que genera un nuevo timonel en la primera economía global.
El próximo jueves, 14 de noviembre, comenzará en Lima, Perú, el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC); la reunión anual de esta alianza creada en 1989 y compuesta por 21 economías (el 60 % del PIB global). Así mismo, el próximo 18 y 19 de noviembre se llevará a cabo la reunión del G20 en Río de Janeiro, Brasil.
“Estos mecanismos brindan una oportunidad y sirven de plataforma para promover la cooperación económica y, al mismo tiempo, mejorar la comunicación entre los miembros”, explicó Gao Lei, profesora asociada e investigadora en el Centro de Colaboración para Teorías y Prácticas de la Economía Abierta.
Así las cosas, los 21 miembros de la alianza Asia-Pacífico (Australia, Brunéi, Canadá, Corea, Chile, China, Estados Unidos, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Perú, Rusia, Singapur, Taiwán, Tailandia y Vietnam) volverán a verse las caras en otra demostración de la creciente influencia asiática en América Latina.
Particularmente, Perú -como anfitrión de APEC- es un aliado estratégico de China, bajo el paraguas de un tratado de libre comercio. La mandataria peruana, Dina Boluarte, se encontrará con su homólogo chino, Xi Jinping, para inaugurar el megapuerto de Chancay, financiado por Pekín, que será una escala fundamental en la nueva ruta de la seda en Suramérica.
Colombia, a pesar de contar con acceso al mar Pacífico y terminales como el puerto de Buenaventura sobre esta costa, no forma parte del bloque APEC.
Cooperación Vs. Proteccionismo
De fondo, en los últimos años las voces que proponen medidas más estrictas para el comercio exterior han resonado en Europa o Estados Unidos, mientras que países como China siguen llevando la bandera de la cooperación y el libre comercio. Frente a diversos desafíos mundiales, ha habido, por un lado, una creciente urgencia de que los países se unan y colaboren para superar las dificultades, mientras que, por otro lado, algunos países siguen por el camino del unilateralismo.
Y es que la presencia de China no pasa desapercibida en este tipo de encuentros. Como la segunda economía más grande del mundo, China continúa manteniendo una alta tasa de crecimiento económico, proporcionando un fuerte impulso para el desarrollo económico global. ¿Qué se puede esperar de una nación cuyo crecimiento redefine continuamente los contornos de la economía mundial?
“En la era de la compleja dinámica global, las contribuciones constantes de China y su participación activa en los foros multilaterales han sido fundamentales para dar forma a un nuevo tipo de relaciones internacionales basadas en la cooperación y los beneficios mutuos”, señala Xia Lu, profesor asociado de la Escuela de Estudios Marxistas e investigador de la Academia Nacional de Desarrollo y Estrategias de la Universidad Renmin de China.
Un punto de partida para entender las formas que tiene China para relacionarse con países de América Latina son los discursos del presidente Xi Jinping en la apertura de foros como APEC o muchos otros. El mandatario pronuncia de manera recurrente palabras como “apertura”, “inclusión”, “desarrollo de alta calidad”, “conectividad”, “cooperación de beneficio mutuo” o “mejora de la gobernanza”.
Ante el auge de proteccionismos en Estados Unidos y Europa, vale la pena preguntarse por qué las economías deben adoptar lo dicho por Xi Jinping y qué se necesita para sostener los principios de cooperación y libre comercio en las próximas décadas.
Como lo explican Gao Lei y Xia Lu, con los continuos cambios en la estructura internacional, el orden mundial pasará inevitablemente de estar dominado por las superpotencias a un marco multipolar. En este contexto, los encadenamientos podría ser la vía para crear economías de escala y conseguir el beneficio mutuo, como se pregona desde China.
Los expertos ponen el ejemplo de Oriente Medio y sus abundantes reservas de petróleo, las cuales podrían complementarse con los vastos recursos laborales y sólidas bases manufactureras de China, y con las ventajas tecnológicas en materia de investigación, desarrollo y capital de economías desarrolladas como Estados Unidos. “Algunos miembros de APEC pueden integrar sus recursos naturales con la tecnología y el capital de otros miembros para desarrollar productos e industrias valiosos”, afirman los académicos chinos.
Así mismo, los países desarrollados pueden aprovechar sus ventajas tecnológicas avanzadas para ayudar a los países en desarrollo a lograr una transición verde. Por su parte, los países en desarrollo pueden participar activamente en las acciones para abordar conjuntamente los desafíos provocados por el cambio climático.
Tanto Gao como Xia coinciden en que, poniendo en práctica la cooperación internacional, la mayoría de los miembros de la comunidad internacional pueden lograr una asignación óptima de recursos a escala mundial, mejorar la eficiencia de la producción y promover el desarrollo común de las economías.
Además, se hace necesario acelerar la modernización industrial, promover la innovación de productos, gestión y modelos de negocio a través de avances científicos y tecnológicos, entre otras lecciones que Asia podría darle al Pacífico.
“Las economías con ventajas en materia de innovación deben compartir activamente prácticas y experiencias y transferir tecnología de manera proactiva, mientras que otras economías deben centrarse en crear un entorno propicio para la exploración y el progreso”, opinan Gao Lei y Xia Lu.
Las cadenas de suministro actuales son un ejemplo práctico de cooperación Asia-Pacífico: la enorme demanda del mercado chino absorbe bienes y servicios de muchos países. “La demanda de China de importación de productos derivados ha llevado al desarrollo de industrias relacionadas en Australia, Nueva Zelandia y otros países (...). La demanda de componentes electrónicos ha promovido la industria de procesamiento y fabricación de productos electrónicos en los países del sudeste asiático, lo que contribuye a un crecimiento económico regional estable”, añade Xia Lu.
China también ha participado activamente en la negociación e implementación de Tratados de Libre Comercio (TLC) en Asia-Pacífico, como la Asociación Económica Integral Regional (RCEP). Estos acuerdos han profundizado aún más la integración económica regional en el marco del APEC.
APEC, un foro entre tensiones
Entre tanto, las promesas electorales de Trump de proteger a la industria estadounidense e imponer altos aranceles a China y México, asoman como un desafío para la región Asia-Pacífico.
“Definitivamente, la victoria de Trump impactará en la cumbre APEC debido a que tiene una narrativa bastante proteccionista”, dijo a AFP Óscar Vidarte, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Católica de Perú.
Perú recibirá del 14 al 16 de noviembre a ministros, empresarios y ejecutivos de los países que integran la APEC, foro creado en 1989.
Bajo el lema ‘Empoderar, Incluir, Crecer’, la APEC 2024 de Lima tiene previsto tratar sobre comercio e inversión, innovación y digitalización y crecimiento sostenible.
Entre los líderes que confirmaron su asistencia figuran el mandatario saliente de Estados Unidos, Joe Biden; su homólogo chino, Xi Jinping; el presidente de Chile, Gabriel Boric; el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol; el primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba; el presidente de Indonesia Prabowo Subianto; el primer ministro de Singapur, Lawrence Wong; el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, y el presidente de Vietnam, Luong Cuong.
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