¿Qué implica que la Reserva Federal suba nuevamente sus tasas de interés?
Este miércoles se espera un nuevo aumento en las tasas de la Reserva Federal, la segunda subida desde marzo de 2018. El banco central de EE.UU. camina la fina línea entre frenar la inflación o socavar el crecimiento de la principal economía global. Las consecuencias de su decisión se sienten en todo el mundo. En países como Colombia, pueden expresarse en subidas del dólar.
Casi con toda seguridad, la Reserva Federal (Fed) incrementará este martes sus tasas de interés. Esta será la segunda vez que el banco central de Estados Unidos tome esta decisión después del gran paquete de estímulos desplegado durante la pandemia para intentar sobreaguar las peores consecuencias de la crisis económica introducida por el covid-19.
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Casi con toda seguridad, la Reserva Federal (Fed) incrementará este martes sus tasas de interés. Esta será la segunda vez que el banco central de Estados Unidos tome esta decisión después del gran paquete de estímulos desplegado durante la pandemia para intentar sobreaguar las peores consecuencias de la crisis económica introducida por el covid-19.
Las expectativas de los analistas es que la Fed suba las tasas en medio punto para llevarlas a un rango entre 0,75 % y 1 %. En la reunión de marzo del banco central, el aumento fue de 0,25 %, lo que puede parecer tímido de entrada, hasta que se tiene en cuenta que fue el primer incremento desde marzo de 2018.
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Por esto, un incremento de medio punto pareciera, en este escenario, agresivo y, para algunos, quizá demasiado apresurado. Sin embargo, bajo la visión de otros, las medidas de la Fed son demasiado cautelosas.
Esta disparidad de visiones se explica bajo el argumento que las decisiones de la Reserva en esta materia caminan una línea fina y delicada: contener la inflación, pero a la vez no ahogar la principal economía global y conducirla hacia una recesión, un fenómeno que bajo la visión de algunos parece cada vez más inevitable.
Sólo para establecer un punto de referencia, no una comparación, en Colombia el Banco de la República lleva seis aumentos consecutivos en sus tasas y los últimos tres han sido de 1 %. Su evolución se puede ver en el siguiente gráfico.
La inflación, EL problema
En general, los aumentos en los precios son uno de los mayores dolores de cabeza a nivel global. Prácticamente todos los mercados han experimentado, en mayor o menor medida, incrementos en los bienes y servicios que se consumen localmente.
Esto se debe a una serie de factores con matices y manifestaciones locales que, sin embargo, tienen raíces globales: la escasez de contenedores ha agravado los cuellos de botella en la logística y el transporte mundial, los precios de los insumos agrícolas han subido sostenidamente desde 2021 y la guerra en Ucrania terminó por añadirle volatilidad a este último escenario, así como exacerbar las subidas y bajas del petróleo (que termina pegándole al costo de los combustibles en muchos países, como EE.UU., por ejemplo).
Para marzo, la inflación en Estados Unidos registró su crecimiento más alto desde comienzos de los años 80 al llegar a 8,5 % en un año; los precios subieron 0,6 % entre febrero y el mes pasado.
Además de las tasas de interés, que son el mayor instrumento de política monetaria que tiene la entidad, la Fed también seguirá moderando su compra de bonos, lo que implica ponerle mayor presión al gasto público en EE.UU., como una medida que busca, también, atajar los incrementos en los precios al consumidor.
De fondo, las medidas del banco central buscan inducir una cierta escasez de dinero y financiamiento, con la esperanza de que el mercado regule por esta vía la demanda, lo que a su vez debería ejercer una presión a la baja en los precios a los consumidores.
El punto es que una presión demasiado fuerte, o demasiado rápido, puede terminar por desestimular el crecimiento de la economía y por ese camino es que se va hacia una recesión. Por otra parte, si no se ataca la inflación, los elevados precios terminan por deprimir el consumo, lo que a su vez abriría una trocha hacia una posible contracción en la economía.
El desafío de la Fed es moderar la demanda sin que se frene completamente, toda vez que el consumo es el motor principal del crecimiento estadounidense, cuyo PIB se contrajo 1,4% en el primer trimestre en proyección anual (la cifra estimada en 12 meses si se mantuvieran las condiciones al momento de la medición).
Ahora, la recesión no es una posibilidad segura, vale la pena aclarar. Es, apenas, una de las cartas en la baraja. Todo depende un poco de cómo se juegue la mano.
De acuerdo con Gregory Daco, economista jefe de EY Parthenon, la subida de tasas de la Fed no tendría por qué impactar el consumo, pues la demanda doméstica se mantiene fuerte y saludable.
“Los estadounidenses viajan, aunque los pasajes sean caros. Van al cine, al teatro, los restaurantes están llenos”, le dijo Daco a la agencia AFP. Al igual que otros analistas, espera que la Fed incremente sus tasas en medio punto este miércoles y que añada otra subida igual en la reunión de junio del banco central.
“El trabajo de la Fed es extremadamente complejo, no solo por condiciones económicas domésticas que son difíciles de interpretar, sino por un contexto de reactivación económica mundial desincronizado”, agregó Daco.
Los impactos globales de la Fed
En Colombia, por ejemplo, uno de los principales determinantes que han vuelto a disparar en dólar tiene que ver con las alzas de la Fed, justamente.
Y, aunque desde mediados de 2021 se esperaba el endurecimiento de la política monetaria de Estados Unidos, el problema es que este fenómeno coincide con otros que tienen consecuencias globales.
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“El alza de las tasas de la Reserva Federal, sumado a otros factores como la guerra en Ucrania, el retroceso de las materias primas y el diferencial de tasas de interés (entre Colombia y EE.UU.) están aumentando los temores de menor crecimiento económico en Colombia y en el mundo. Incluso se habla de una posible recesión global en el segundo semestre de 2022. Todo esto, está debilitando las monedas de las economías emergentes, entre ellas, el peso colombiano”, explica Juan David Ballén, director de análisis y estrategia de Casa de Bolsa.
En general, para las economías emergentes y en desarrollo, una subida muy rápida de la Fed pone más presión sobre el costo de los créditos internacionales, que se toman usualmente en dólares. Esto, a su vez, puede poner en aprietos la recuperación y financiación de estos países, según alertas que han emitido tanto el Fondo Monetario Internacional, como el Banco Mundial.
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