¿Qué nos dice el PIB de 2022 sobre la economía de 2023?
A pesar del complejo panorama, Colombia cerró el año como una de las economías con mayores crecimientos del mundo. ¿Qué podemos esperar en este año en el que se ve venir una importante desaceleración?
Diego Ojeda
La economía Colombiana cerró 2022 con el pie puesto en el acelerador. Así lo reveló el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), al informar que el año pasado el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 7,5 %. Aunque esta cifra es inferior al 11 % que se registró en 2021, el aumento sigue siendo alto si se tiene en cuenta que en la última década, antes de la pandemia, el crecimiento del PIB era del 3,83 %, en promedio.
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La economía Colombiana cerró 2022 con el pie puesto en el acelerador. Así lo reveló el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), al informar que el año pasado el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 7,5 %. Aunque esta cifra es inferior al 11 % que se registró en 2021, el aumento sigue siendo alto si se tiene en cuenta que en la última década, antes de la pandemia, el crecimiento del PIB era del 3,83 %, en promedio.
Para entender mejor este dato hay que tener en cuenta que el mismo es producto del efecto rebote que acompañó a la pandemia, pues en 2020 el PIB del país cayó a un -7,3 %. Es decir, cualquier crecimiento después de una caída tan drástica se muestra elevado.
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A esto se suma que, en medio de la reactivación económica, las tasas de interés en el país alcanzaron mínimos históricos en décadas, lo que fomentó el consumo (algo clave si se quería que las empresas comenzaran a facturar tras meses de cierres, con el agravante de una alta tasa de desempleo). Lo que vemos hoy es casi que lo opuesto, una inflación disparada del 13,25 % (la mayoría cree que se debe a una sobredemanda en el mercado) que ha llevado al Banco de la República a elevar las tasas con la esperanza de ponerle freno a la carestía (cosa que hasta el momento no ha pasado).
En entrevista con El Espectador, el director ejecutivo de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, se suma a las previsiones que indican que en 2023 veríamos una corrección a este fenómeno económico que hemos visto en los últimos años, previendo que el PIB cerrará en diciembre con un aumento del 1,5 %.
Otros analistas, como los del Banco de la República, se muestran un poco más pesimistas y vaticinan que el aumento será de tan solo el 0,2 %. En otras palabras, lo que estiman algunos expertos es que la máquina de la economía colombiana alcanzó el año pasado su capacidad máxima de revoluciones y, antes de que sobrecaliente más, tendrá que desacelerar.
“Esto es necesario, porque el crecimiento del año pasado estuvo liderado por términos de intercambio muy positivos, además de una política monetaria expansiva. Esto genera un exceso de demanda y pone mucha presión a los precios de los bienes y servicios. Es por eso que Colombia, a diferencia de la mayoría de las economías de América Latina, no tuvo un pico de inflación el año anterior, sino que en enero siguió aumentando. Se requiere un enfriamiento de la economía, pues este aumento en la demanda es insostenible”, precisó Mejía.
Al echar un vistazo a las actividades económicas que más aportaron al crecimiento del Producto Interno Bruto en 2022, se encuentra que Comercio, mantenimiento de transporte, almacenamiento, alojamiento y servicios de comida fue la protagónica con una contribución de 2,1 puntos porcentuales.
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Renglones más abajo encontramos las contribuciones que hicieron las industrias manufactureras (1,2 p.p.), así como las actividades artísticas, de entretenimiento y recreación y otras actividades de servicios (1,2 p.p).
Según lo explicado por la directora del DANE, Piedad Urdinola, sectores como el de las apuestas, los deportes (con el mundial de fútbol), y los eventos masivos (como conciertos y otros espectáculos) fueron el motor para que este rubro de la economía registrara tan importantes crecimientos. De hecho, por sí solo fue el que más creció, en un 37,9 % en comparación con 2021.
En contraste, hubo un sector que no registró una variación positiva, el cual es agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca. Este cerró el año con una tasa de crecimiento del -1,9 %, por lo que continúa con la tendencia negativa que ha registrado en los últimos años.
Si se mira el comportamiento de cada trimestre del año pasado, podríamos tener una tendencia que mostraría el comportamiento de ciertos renglones de la economía para el 2023. Uno de estos es la explotación de minas y canteras, que cerró 2022 con un crecimiento negativo del -1,4 %, así como otras variaciones trimestrales del -1,7 % (primer trimestre) y del -0,3 % (segundo trimestre). Solo en el tercer trimestre registró un alza, la cual fue del 1,9 %.
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También está el comercio al por mayor y al por menor, transporte, alojamiento y servicios de comida, que arrancó el año en terreno negativo (-2,2 %), pasando al 2 % y al 2,7 % (en los trimestres siguientes) y cerrando 2022 con una caída del -1,5 %).
Otro fue el panorama para sectores como el de las actividades inmobiliarias, que registraron aumentos tímidos, pero constantes. Este cerró el año con un incremento del 0,4 %. O como se vio en el rubro de la administración pública y defensa, educación y salud, que terminó su último trimestre con un repunte del 0,3 %.
Lo que se viene para 2023
Guardando las proporciones, el PIB de Colombia fue uno de los que registró mayores aumentos el año pasado. Si se pone al lado de otras economías, el 2,9 % de aumento en su cuarto trimestre estuvo por encima de otras como España (2,7 %), Costa Rica (2,3 %), la Zona Euro (1,9 %), la Unión Europea (1,8 %) y Reino Unido (0,4 %), entre otros. Solo fue superado por los aumentos registrados en países como Portugal (3,1 %), México (3,7 %) e Indonesia (4,9 %).
No obstante, como muchos analistas lo prevén, en 2023 la economía colombiana pondrá su pie en el freno. Según la presidente de la Cámara de Comercio Colombo Americana (Amcham), María Claudia Lacouture, el dato del PIB que registró Colombia en 2022 se debe poner al lado del panorama inflacionario, el cual ha estado acompañado de unas altas tasas de interés y una inestabilidad cambiaria (el dólar sigue estando por las nubes).
“También se suman los efectos de la reforma tributaria en vigor y el consecuente aumento en los costos de producción. Además, persiste un grado de incertidumbre por el impacto de las reformas al sistema laboral, a la salud y a las pensiones, porque es muy probable que signifiquen una mayor carga impositiva para el tejido empresarial”, detalla la directiva, al agregar que en estos momentos se requiere un alto grado de sensatez y consenso entre el sector público y privado, para que se mantenga la generación de empleo y se logre, por fin, controlar la inflación.
“La economía se mantendrá estable si se consigue contar con un consumo moderado que satisfaga las necesidades de las familias y permita el desarrollo empresarial”, prevé.
El presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Jaime Alberto Cabal, asegura que en su sector esta tendencia a la baja no solo se ha experimentado en el último trimestre del año pasado, sino que se sigue evidenciando en lo que va de 2023.
Este líder gremial también hace un especial llamado de atención al impacto económico que puedan tener las reformas a la salud, trabajo y pensiones que está promoviendo el Gobierno Nacional, junto con el Plan Nacional de Desarrollo (PND), por lo que solicitó a los congresistas responder con un análisis minucioso a todas estas propuestas de cambio.
Según lo descrito por el profesor de economía, y coordinador del área económica del CESA, Enrique Gilles, gran parte del norte macroeconómico que tome Colombia en 2023 estará determinado por el panorama internacional, pues no hay que olvidar el impacto que ha tenido el conflicto en Ucrania, el fenómeno de la desglobalización y el regreso de las políticas industriales nacionales, como las que ha implementado Estados Unidos.
También hay que tener en cuenta los coletazos que están acompañando al cambio climático, pues en 2022 vimos cómo en Colombia las fuertes lluvias se tradujeron en inundaciones de cosechas, deslizamientos y bloqueos de parte de sus principales vías, lo que terminó por afectar la producción, amén de reforzar el encarecimiento de los productos que hacen parte de la canasta básica familiar.
Parte de este tímido arranque de año que describe Cabal se debe al efecto en el consumo de los hogares que está generando la subida en las tasas de interés. Como lo explica Sergio Olarte, quien es economista principal de Scotiabank Colpatria, dicha desaceleración se ha registrado de una forma más rápida a la esperada, e incluso hay argumentos para esperar que la misma continúe, pues la inflación aún no cede y se espera que este indicador no baje a un solo dígito sino hasta el mes de octubre, por lo que las tasas de interés del Banco de la República tampoco van a bajar.
“Por sectores, lo que vemos es que el comercio se ha venido deteriorando, a la manufactura tampoco le fue bien en el cuarto semestre del año pasado y la agricultura y minería no han podido repuntar. Esto da un mal paso para el empleo, seguramente el empleo como vimos en diciembre siguió y seguirá deteriorándose. Para este año vemos un crecimiento de 1 y 1.5 % con unas tasas de inflación altas y con una inflación que no terminará por debajo del 9 %”, añade el economista.
Para el BBVA Research la economía colombiana también ha mostrado otras señales de desaceleración, como que las exportaciones de bienes se redujeron en el último trimestre (lo que evidencia que este es un fenómeno global), amén de que se presentó una inusual acumulación de inventarios al cierre del año.
“Esto se relaciona a ciclos de moderación económica. Como resultado, los sectores más relacionados con la producción y comercialización de bienes (agropecuario, minería, industria, comercio) y la construcción tuvieron marcadas desaceleraciones al cierre del año. Esperamos un crecimiento del PIB de 0,7%, lo cual significa una notable desaceleración con respecto al resultado del año pasado. Las señales que marcó el resultado de crecimiento de 2022 están en línea con esta estimación. Además, otros datos económicos conocidos recientemente confirman la debilidad de la actividad económica al inicio de 2023″, agregó el BBVA Research.
Parte de esos datos es que la venta de vehículos tuvo una baja en enero, se deterioró la confianza en los hogares, hubo un menor balance en las ventas de los comerciantes, una reducción en las ventas de vivienda nueva y un bajo crecimiento en la demanda de electricidad.
“Asimismo, nuestro indicador en tiempo real para medir el consumo de los hogares, medido a través de técnicas de big data, refleja que se mantiene la debilidad en el consumo de bienes, al tiempo que el gasto en servicios se mantiene en positivo”, concluyó.
Ante este complejo panorama, el presidente de la ANDI, Bruce Mac Máster, cree que en 2023 se debe trabajar desde el Gobierno en la generación de confianza para el tejido empresarial colombiano, pues esa es la clave para cuidarlo y mantenerlo.
“Si las condiciones del país son las adecuadas, en materia de certidumbre jurídica, manteniendo el entorno macroeconómico favorable, el país mantendrá la confianza empresarial y aumentará los niveles de inversión”, precisa Mac Master.
Sin embargo, no hay motivos de peso que argumenten un pánico económico, pues las previsiones siguen indicando que la economía colombiana continuará creciendo en este y los próximos años. Aunque no al mismo ritmo de los años anteriores, por los motivos anteriormente descritos. Además, no hay una alarma que indique un riesgo de recesión, por lo que lo que se experimentaría en 2023 es el cierre de un ciclo, en donde el motor de la economía viene sobrecalentado y ya le ha llegado la hora de comenzar a enfriarse.
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