¿Qué tanto cambió la reforma laboral luego de su primer debate en el Congreso?
Esta reforma enfrentó una serie de transformaciones en la discusión de la Cámara de Representantes. Hablamos con expertos para saber qué tan conveniente es la propuesta que quedó.
Diego Ojeda
La informalidad y el desempleo hacen parte de los principales malestares que enfrenta el mercado laboral colombiano. La más reciente misión de empleo (que se realizó en el mandato de Iván Duque) concluyó que el problema está tan enraizado que se necesitan varias reformas para corregirlo.
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La informalidad y el desempleo hacen parte de los principales malestares que enfrenta el mercado laboral colombiano. La más reciente misión de empleo (que se realizó en el mandato de Iván Duque) concluyó que el problema está tan enraizado que se necesitan varias reformas para corregirlo.
Desde el Gobierno de Gustavo Petro se ha intentado avanzar en esta tarea con una reforma que ha sido catalogada por la oposición como “inoportuna” e “inconveniente”, pues a su juicio no se atacan estos malestares y, muy por el contrario, provoca más incertidumbre al elevar los costos de contratación en medio de un complejo panorama macroeconómico. Básicamente ese fue el argumento que terminó hundiendo a la reforma en su primera legislatura.
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Sin embargo, el Gobierno volvió a radicar la reforma, logrando esta vez que la iniciativa pasará su primer debate en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes. No obstante, como suele pasar con cualquier proyecto de ley, el documento tuvo que enfrentar una serie de transformaciones para obtener luz verde. ¿Qué tan sustanciales fueron?
De entrada hay que decir que a la ponencia original, de 98 artículos, se le eliminaron 23. El grueso de estos hacían parte del capítulo colectivo, con el que se busca reforzar los derechos sindicales en Colombia y, según lo manifestado por el Ministerio de Trabajo, avanzar en los compromisos adquiridos por el país ante organismos como la OIT, la OEA y la OCDE.
Según lo manifestado a este medio por la coordinadora ponente de la reforma, la representante María Fernanda Carrascal, la salida de estos artículos pone en evidencia la “arraigada cultura antisindical” que tiene el Congreso, pues muchos congresistas hacen ver a las organizaciones sindicales como “enemigos públicos”.
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“Logramos salvar siete artículos de derecho laboral colectivo. En particular destaco la creación de un procedimiento judicial para la protección de derechos sindicales, lo cual es una novedad en la región y permite que las personas que son discriminadas por pertenecer a un sindicato cuenten con un procedimiento judicial rápido para amparar sus derechos (así no tengan fuero sindical). Este procedimiento desincentivará la fragmentación sindical, a su vez, cumple con el Plan de Acción Laboral adscrito al TLC con Canadá.”, señala.
Otro es el concepto que tiene el representante Andrés Forero, para quien lo que buscaba este capítulo era quitarle las reglas de juego a las huelgas, dejando prácticamente indefensos a los empleadores ante este tipo de recursos que ya están amparados por la Constitución.
Para él fue especialmente positivo el hundimiento de los artículos 9 y 10, pues el primero imponía una sanción moratoria equivalente a un día de salario por cada día de retardo en los pagos que quedaran pendientes por parte del empleador, sin que existiera una previa evaluación; mientras que el segundo abría la puerta a que prácticamente cualquier empleado apelara cualquier despido por justa causa señalando motivos de discriminación. El documento delegaba al empleador la tarea de demostrar que la terminación del contrato fue por causas objetivas, lo que para el criterio de Forero es “un imposible jurídico”.
Más allá de esto, Carrascal celebra que en la reforma haya quedado la jornada nocturna desde las siete de la noche (y no desde las nueve, como funciona ahora); que el trabajo en los días de descanso tenga remuneración del 100 % (y no del 75 %); que el contrato de trabajo a término fijo tenga un límite de cuatro años; que la licencia de paternidad suba a seis semanas; que se promueva la formalización en el trabajo doméstico; y que a los estudiantes del Sena les sea reconocido su trabajo en los contratos de aprendizaje.
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Para el profesor investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, Andrés García Suaza, también es positivo que esta reforma apunte a la flexibilidad laboral en trabajadores que realicen labores de cuidado, así como la mencionada licencia de paternidad. Todo esto, argumenta, ha demostrado tener un positivo impacto en la productividad.
Aunque reconoce que el espíritu original de la reforma cambió un poco, especialmente en el componente sindical y de estabilidad laboral reforzada que se buscaba, considera que la misma sigue sin atacar los problemas más estructurales del mercado laboral (desempleo e informalidad).
Por su parte, Carrascal asegura que esta reforma sí ataca dos problemas estructurales, y es los bajos salarios y la informalidad. Sobre esto último considera que se reducirá por la formalización que se busca en el trabajo doméstico, agropecuario y el que realizan los repartidores que laboran mediante una plataforma.
El análisis que hace la profesora investigadora del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana, Juliana Morad, considera que los cambios en la reforma sí fueron sustanciales, en tanto que se eliminaron muchos de los artículos que causaban temor. Desde su expertise considera que, incluso sobre esta discusión, lo más importante en estos momentos es fortalecer la productividad, pues eso hará que el mercado laboral sea robusto y, por ende, pueda financiar al modelo pensional que recientemente fue aprobado.
Teniendo en cuenta también que a la reforma también se le agregaron seis artículos (que abordan temas como el acompañamiento a las micro y medianas empresas, la promoción de rutas de empleabilidad y la formalización de las madres comunitarias sustitutas), se puede decir que el texto sí experimentó cambios sustanciales. Si bien esta no promete ser la solución a todos, o por lo menos gran parte de los principales malestares que tiene el actual mercado laboral, sí propone una actualización y avances en materia de formalidad. La conveniencia de esta iniciativa seguirá debatiéndose en los próximos debates que le deparan en el Congreso.
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