¿Hasta cuándo subirá la gasolina en Colombia?: responde el ministro de Hacienda

El precio de la gasolina ha subido en los últimos meses y seguirá haciéndolo, por lo menos, en los próximos tres. Así lo informó el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, en el congreso que organiza la Andi en Cartagena.

Lea también: Las opciones para modificar el precio de los combustibles en Colombia

En su presentación, Bonilla recordó la razón por la que se decidió mantener en una escalada abrupta (que ha sido de $600 mensuales) el precio de este combustible y es el déficit que presenta el Fondo de Estabilización de los Precios del Combustible.

Para quienes no están familiarizados con esto, dicho fondo pertenece a un programa adoptado por el Gobierno, mediante la Ley 1151 de 2007, con el que se buscó mitigar los impactos que generan las variaciones del combustible en los colombianos. En suma, esto permitió congelar los precios para el consumidor final, mientras que esas alzas fueron asumidas por con los recursos de la nación.

Más de una década después se encontró que dicho fondo era insostenible (no se podía pagar sin que se generara un hueco en las finanzas del estado). Muestra de esto es que ese déficit cerró el año pasado en $37 billones.

Subir el precio de la gasolina no es una idea (o desacierto como algunos lo califican) del presidente Gustavo Petro. De hecho, al final del mandato de Iván Duque se habló de la necesidad de implementar estos ajustes para aliviar la presión financiera que está generando el fondo en el presupuesto de la nación.

Las alzas comenzaron por el orden de los $200 mensuales y desde hace algunos meses llevan un ritmo de $600 pesos al mes, acercando el precio del galón de gasolina a los $14.000 (al inicio estaba en poco más de $7.000).

Lea también: El largo (y nada fácil) camino de Petro si va a renegociar el TLC con EE.UU.

Si se suman tres meses más el precio final quedaría rondando los $16.000. De ahí en adelante, si se busca acabar con el fondo, las variaciones se fijarán con base en los precios internacionales.

Con estos ajustes, señala Bonilla, el fondo cerraría 2023 con un déficit de $17 billones. Una deuda considerable, pero inferior a la que se consolidó al cierre de 2023.

Bonilla también recordó que una vez se termine el ajuste al precio de la gasolina se empezará con el diesel, que aún se mantiene congelado.

Esto último es relevante, pues hay que recordar que el grueso de la logística en el país se abastece con diesel, por lo que subir el precio se traduce en un amenaza para el precio de los alimentos y demás bienes que componen la canasta básica de los colombianos. Algo cuanto menos preocupante si se tiene en cuenta que la inflación en el país continúa sobre los dos dígitos.

Las cuentas del Ministerio de Hacienda es que en 2026 se pondría fin a esa deuda que, si se tiene en cuenta lo que se ha pagado más la deuda generada antes de comenzar con el plan de mitigación de la brecha, en total se habrían pagado unos $80 billones, es decir, unas cuatro reformas tributarias.

“Eso es lo que pasa por haber congelado el precio de los combustibles y haber abandonado una práctica de 30 años de ajuste mensual”, concluyó.

Según lo expresado por el presidente Petro, se busca que esos recursos que hoy se van en subsidiar el combustible se destinen en otros programas gubernamentales. También hay que recordar que este Gobierno le ha apostado a la transición energética, por lo que se espera que en este tipo de ayudas e impulsos se destinen en energías más limpias.

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El precio de la gasolina ha subido en los últimos meses y seguirá haciéndolo, por lo menos, en los próximos tres. Así lo informó el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, en el congreso que organiza la Andi en Cartagena.

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En su presentación, Bonilla recordó la razón por la que se decidió mantener en una escalada abrupta (que ha sido de $600 mensuales) el precio de este combustible y es el déficit que presenta el Fondo de Estabilización de los Precios del Combustible.

Para quienes no están familiarizados con esto, dicho fondo pertenece a un programa adoptado por el Gobierno, mediante la Ley 1151 de 2007, con el que se buscó mitigar los impactos que generan las variaciones del combustible en los colombianos. En suma, esto permitió congelar los precios para el consumidor final, mientras que esas alzas fueron asumidas por con los recursos de la nación.

Más de una década después se encontró que dicho fondo era insostenible (no se podía pagar sin que se generara un hueco en las finanzas del estado). Muestra de esto es que ese déficit cerró el año pasado en $37 billones.

Subir el precio de la gasolina no es una idea (o desacierto como algunos lo califican) del presidente Gustavo Petro. De hecho, al final del mandato de Iván Duque se habló de la necesidad de implementar estos ajustes para aliviar la presión financiera que está generando el fondo en el presupuesto de la nación.

Las alzas comenzaron por el orden de los $200 mensuales y desde hace algunos meses llevan un ritmo de $600 pesos al mes, acercando el precio del galón de gasolina a los $14.000 (al inicio estaba en poco más de $7.000).

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Si se suman tres meses más el precio final quedaría rondando los $16.000. De ahí en adelante, si se busca acabar con el fondo, las variaciones se fijarán con base en los precios internacionales.

Con estos ajustes, señala Bonilla, el fondo cerraría 2023 con un déficit de $17 billones. Una deuda considerable, pero inferior a la que se consolidó al cierre de 2023.

Bonilla también recordó que una vez se termine el ajuste al precio de la gasolina se empezará con el diesel, que aún se mantiene congelado.

Esto último es relevante, pues hay que recordar que el grueso de la logística en el país se abastece con diesel, por lo que subir el precio se traduce en un amenaza para el precio de los alimentos y demás bienes que componen la canasta básica de los colombianos. Algo cuanto menos preocupante si se tiene en cuenta que la inflación en el país continúa sobre los dos dígitos.

Las cuentas del Ministerio de Hacienda es que en 2026 se pondría fin a esa deuda que, si se tiene en cuenta lo que se ha pagado más la deuda generada antes de comenzar con el plan de mitigación de la brecha, en total se habrían pagado unos $80 billones, es decir, unas cuatro reformas tributarias.

“Eso es lo que pasa por haber congelado el precio de los combustibles y haber abandonado una práctica de 30 años de ajuste mensual”, concluyó.

Según lo expresado por el presidente Petro, se busca que esos recursos que hoy se van en subsidiar el combustible se destinen en otros programas gubernamentales. También hay que recordar que este Gobierno le ha apostado a la transición energética, por lo que se espera que en este tipo de ayudas e impulsos se destinen en energías más limpias.

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