Avanza su trámite en el Congreso la iniciativa del Gobierno de Gustavo Petro con la que se busca mejorar las condiciones de los trabajadores en el país, con medidas como la estabilidad laboral, la formalización de ciertos sectores de la economía, regulaciones en favor de los trabajadores migrantes y unas reglas claras para la transición de las industrias hacia la automatización.
Hoy se aprobó el informe de ponencia, con 14 votos a favor y siete en contra. El documento avalado para su debate en las próximas sesiones incluye 98 artículos, entre los que figuran sus vigencias y derogatorias. Además, se aprobó un primer bloque de 14 artículos, que son los 2, 3, 11, 21, 23, 30, 33, 37, 42, 45, 56, 57, 58 y el 59.
Entre estos artículos se encuentran elementos como el territorio en donde se aplicarán las medidas, las relaciones que serán reguladas y la jornada de trabajo, entre otras.
De los que sí tienen proposiciones se han aprobado los artículos 15 y 19. El primero se refiere a la jornada diurna y nocturna, estableciendo que esta última empezará desde las 7 de la noche; mientras que el segundo aborda la remuneración del trabajo suplementario.
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En el debate del miércoles, los representantes a la cámara de la Comisión Séptima, que rechazan la aprobación de esta iniciativa, presentaron sus argumentos. Entre estos figura lo que sería un estímulo a la informalidad y el desempleo, pues lo que pretende la reforma es brindar mayores beneficios a los trabajadores que, a la larga, se traduce en mayores costos de contratación.
Encuentre aquí los principales argumentos de quienes rechazan esta reforma.
Hoy el turno es para quienes la apoyan que, según lo descrito por la representante María Fernanda Carrascal, es el grueso de los ponentes, con tres que participaron de su radicación en noviembre, y cuatro más que se adhirieron y estuvieron en la construcción de la ponencia positiva.
Según lo manifestado por el Gobierno, si bien esta no es una reforma que le apunte directamente a la generación de empleos, sí busca reforzar los beneficios de los trabajadores, mediante medidas como que la jornada nocturna empiece desde las siete de la noche, que los recargos en días festivos vuelvan a ser del 100 %, así como la formalización de trabajadores de oficios del hogar, repartidores de plataformas, jornaleros y estudiantes.
Según lo manifestado por la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, juega a favor de la reforma las reuniones que se adelantaron para su construcción, en donde se consultó a diversos sectores de la sociedad, entre los que figuran centrales obreras, ciudadanía y empresarios (aunque estos últimos consideran que sus aportes no fueron tenidos en cuenta y, por tanto, no se sienten representados en la iniciativa.
Para la jefe de esta cartera, el momento que atraviesa el país hace necesario que se transite “hacia los derechos, pero sobre todo, a la estabilidad laboral, que es lo que da esta reforma y que defiende los estándares tanto nacionales como internacionales”.
De los puntos que más ha resaltado el gobierno en torno a esta reforma está la figura del contrato a término indefinido, pues deja en el pasado grises que actualmente son aprovechados para emplear otras figuras, como la de los contratos por prestación de servicios y los de término fijo para adelantar labores que son permanentes en las compañías.
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En la ponencia de este jueves, la representante Carrascal expuso los motivos por los que la comisión debería votar a favor de la aprobación de esta reforma.
Para ella, lo que se pretende es enterrar el modelo actual de la ley 789) que rige las relaciones entre empleadores y empleados, el cual está basado en los bajos índices de productividad, que desde hace más de 20 años se han buscado atacar reduciendo “la pereza de los trabajadores”, mediante medidas como el recorte de los días de descaso, el aumento de las horas laborales y el, referencia, “trabajar, trabajar y trabajar…” que en su momento impuso el expresidente Álvaro Uribe.
“La ley 789, vigente, es una ley que recortó los derechos a los trabajadores. Les quitó la posibilidad de recibir dominicales y festivos al 100 % y pasó al 75 %, les quitó la posibilidad de recibir su jornada nocturna completa y les quitó unas horas; también la estabilidad laboral. Cuando esto pasa es que lanzamos a las familias a la informalidad, a la precariedad y a los gota gota, quienes se convierten en inseguridad”, argumenta.
Añade que ese modelo que buscaba erradicar “la pereza” del mercado laboral, haciendo a los trabajadores más productivos, fracasó, ya que actualmente Colombia es el país menos productivo de la OCDE. “Porque sin derechos, sin bienestar y sin condiciones nadie puede ser productivo”, señala.
Carrascal considera, y eso es lo que se buscaría con la reforma, que la fórmula para maximizar la productividad es mediante el conocimiento, la implementación de tecnología, el acceso a créditos y servicios financieros en general, además de que el capital se distribuya de mejor manera entre los dueños de ese capital, las empresas y las familias de los trabajadores.
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Sobre las críticas que se han generado en torno a que esta es una reforma que no genera empleo, la representante asegura que el artículo 15 del documento califica que el Gobierno implementará programas dirigidos a la generación y protección de los empleos; que el 24 se refiere a la destinación de recursos para incentivar la contratación; que el 41 habla de programas para el acceso a créditos a micronegocios y que el 57 incluye lineamientos para el fomento de empleos que contribuyen a la justicia social, el trabajo decente y la reducción de la pobreza.
Refiriéndose a quienes describen que la reforma aumentará la informalidad (por elevar los costos de contratación), la representante explica que con la promoción a la formalización de jornaleros, trabajadores del hogar y aprendices se logrará formalizar 1,4 millones de empleos (a octubre el número de informales en el país superó las 12,7 millones de personas).
Otro de los puntos a favor de la reforma se concentra en la garantía de seguridad social a los trabajadores de plataformas de domicilio, así como unos lineamientos para impedir que los procesos de automatización afecten en sobremedida la empleabilidad.
“El corazón de la reforma está en la estabilidad laboral y los derechos laborales colectivos”, explica Carrascal.
La representante también se refirió a quienes argumentan que la reforma sobreprotege a las centrales obreras, al permitir que se adelanten huelgas en sectores que prestan servicios públicos esenciales. “Permitir la libertad sindical no se traduce en obligar a todos a sindicalizarse. La huelga en servicios públicos esenciales no contempla la interrupción de los mismos, con mecanismos como preavisos a los empleadores, debe ser pacífica. Queremos mitigar la conflictividad laboral con reglas claras”, concluyó.
Sumado a estos argumentos, el representante Camilo Ávila también quiso enviar un mensaje a los empresarios, diciéndoles que se buscarán garantías para que no vean en la implementación de esta reforma una amenaza para el desarrollo de sus compañías.
“Damos la tranquilidad a los empresarios de que vamos a generar las garantías necesarias para que sus empresas puedan crecer. Creo en el empresario, creo que quien hace empresa es una persona valiente. A veces los satanizamos y decimos que son esclavizadores. No, hay que respetarlos y reconocer su papel en Colombia”, dijo.
Siga aquí la transmisión en vivo del debate:
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