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Entre las reformas que propone el gobierno de Gustavo Petro, que se discutirán próximamente en el Congreso, está la reforma pensional. De acuerdo con el borrador del proyecto de ley que conocimos esta semana, la reforma pretende implementar un sistema en el que el régimen público (en cabeza de Colpensiones) y el privado (con las AFP) se complementen en vez de competir. Este sistema consta de cuatro pilares, que operarían de esta forma.
Los pilares de la reforma
El primero, el pilar solidario, consiste en una renta básica de $223.000 mensuales que aplicará para 2,5 millones de adultos mayores de 65 años que no tienen una pensión. Esta renta básica será recibida a partir de 2025 y tendrá un costo de $7 billones anuales.
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Cabe resaltar que los beneficiarios del programa Colombia Mayor que no cumplan los requisitos del pilar solidario podrán seguir recibiendo el subsidio de este programa. Quienes sí sean elegibles podrán trasladarse a este nuevo pilar.
El segundo pilar, llamado semicontributivo, otorgará una renta vitalicia a las personas que no se pudieron pensionar pese a tener semanas cotizadas en Colpensiones o en las AFP. Si la persona califica para ser beneficiaria de la renta básica solidaria, a sus aportes a Colpensiones se les reconocerá la inflación.
Si la persona no califica para ser beneficiaria de la renta básica solidaria, a sus aportes a Colpensiones se les reconocerá la inflación más un retorno del 4 % anual. Tal como ocurre ahora, a sus aportes al régimen privado de ahorro se le reconocerán los rendimientos financieros.
En cualquier eventualidad, los saldos no se transferirán en su totalidad de manera inmediata al cotizante (como ocurre ahora), sino que serán transformados en una renta vitalicia.
En tercer lugar, se propone un pilar contributivo en el que los primeros tres salarios mínimos cotizarán obligatoriamente en Colpensiones (Componente de Prima Media), mientras que las AFP (Componente de Ahorro Individual) recibirán las cotizaciones que excedan ese umbral.
Estas dos prestaciones se complementarán para obtener una pensión de vejez a la que se accede con el cumplimiento de los requisitos de edad actuales (57 años para mujeres y 62 años para hombres) y de al menos 1.300 semanas de cotización.
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Esta medida corrige buena parte de la regresividad del sistema actual, pues ningún salario en exceso de tres mínimos recibiría subsidio alguno.
Por último, existirá un pilar de ahorro individual voluntario en donde aquellas personas que tengan capacidad de ahorro y así lo deseen puedan, a través de este mecanismo, acumular capital adicional para obtener una mejor pensión.
Las luces
En la reforma sobresalen dos nuevos beneficios: uno para las mujeres con hijos que coticen en Colpensiones dentro del pilar contributivo. Este consiste en disminuir 50 semanas de las requeridas para pensionarse por cada hijo que tengan hasta un máximo de tres, siempre que cumplan con la edad mínima para acceder a la pensión, pero no cumplan las semanas de cotización.
El otro permite la cotización por semanas en proporción al salario mínimo para trabajadores que laboran por días, lo que posibilitará mayor cobertura del sistema pensional.
Estas modificaciones tendrían un impacto sobre el flujo de cotizaciones que actualmente reciben Colpensiones y los fondos privados administrados por las AFP (ver tabla). Hoy en día, las AFP reciben $30 billones anuales en pesos de 2022. Con la reforma, recibirán menos de $9 billones anuales. Mientras tanto, Colpensiones recibe hoy en día $14 billones anuales. Con la reforma, recibirá $35 billones.
Esto quiere decir que $21 billones en cotizaciones pasan de ser administrados por las AFP a ser administrados por Colpensiones. Sin embargo, Colpensiones tiene que ahorrar el 20 % de las cotizaciones. Por lo tanto, deberá ahorrar $7 billones de los $35 billones que recibirá en cotizaciones con la reforma.
Por otro lado, la reforma permitirá durante los dos primeros años de vigencia el traslado entre regímenes a aquellas personas que tengan más de 1.000 semanas cotizadas y que le falten menos de 10 años para alcanzar la edad de pensión. Este punto es de suma importancia para la sostenibilidad del sistema, pues este flujo de recursos genera un pasivo contingente para el Estado.
Las sombras
Una de las preocupaciones en torno a esta reforma consiste en que el ahorro pensional no se marchite, pues esto tendría implicaciones macroeconómicas negativas y afectaría el mercado de deuda pública.
Por esta razón, la propuesta crea un Fondo de Ahorro del Pilar Contributivo que se alimentará de un porcentaje de las cotizaciones de los afiliados al sistema. Esto parece ser una buena solución. Sin embargo, quedan las siguientes inquietudes: el blindaje de estos recursos debe ser tal que no permita que se usen para otro fin, ni siquiera en situaciones excepcionales. Por otro lado, ¿en qué se van a invertir esos recursos?: ¿únicamente en TES o en un portafolio diversificado que incluya activos en el exterior?
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En este contexto, resaltamos que los cambios podrían mejorar la equidad del sistema pensional. Sin embargo, desde la Red de Trabajo Fiscal consideramos que si el salario mínimo real continúa creciendo por encima de la productividad no habrá recursos que alcancen para garantizar una pensión en el pilar contributivo.
Esto sin mencionar que aún falta una solución para el problema de la informalidad, que claramente afecta la cobertura del estado actual del sistema, así como claridad del efecto neto de la economía sobre el ahorro.
* Miembros de la Red de Trabajo Fiscal.
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