Riesgos globales y ajustes económicos: ¿qué esperar en 2024 y 2025?
Las proyecciones del FMI para los próximos dos años revelan un panorama incierto de crecimiento y riesgos inflacionarios. ¿Cómo afectarán estos factores a las economías avanzadas y emergentes?
Alejandro Rodríguez Torres
El crecimiento económico global se proyecta estable para 2024 y 2025, con una tasa de 3,2 %, según las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que publicó este martes su más reciente informe sobre el estado de la economía global.
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El crecimiento económico global se proyecta estable para 2024 y 2025, con una tasa de 3,2 %, según las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que publicó este martes su más reciente informe sobre el estado de la economía global.
Esta cifra apenas ha variado respecto a las previsiones de informes anteriores, tanto en julio como en abril de 2024, un periodo señalado como “tasas decepcionantes”, según la entidad.
El panorama detrás de este promedio revela ajustes, como las revisiones al alza para Estados Unidos, lo que compensa el crecimiento en otras economías avanzadas, especialmente en Europa, donde los mayores países han enfrentado proyecciones de crecimiento más débiles.
A pesar de estas compensaciones regionales, el crecimiento global a cinco años se mantiene en un modesto 3,1 %, por debajo del promedio anterior a la pandemia (3,6 %). El envejecimiento poblacional y la baja productividad siguen limitando el potencial de muchas economías, mientras que los desequilibrios cíclicos se han reducido, lo que ha permitido una mayor alineación entre la actividad económica y el producto potencial.
¿Qué hay detrás de las proyecciones?
En Asia emergente, el crecimiento ha sido impulsado por la creciente demanda de semiconductores y productos tecnológicos, reforzada por la inversión en inteligencia artificial. En contraste, en las economías emergentes y en desarrollo, los pronósticos han cambiado por las perturbaciones en la producción de materias primas, los conflictos civiles y los fenómenos climáticos extremos, que han llevado a revisiones a la baja en regiones como Oriente Medio, Asia Central y África subsahariana.
Pierre-Oliver Gourinchas, consejero económico del FMI, señaló que en la mayoría de países la inflación está cerca de los rangos de los bancos centrales. “El descenso de la inflación sin recesión mundial es un gran logro”, subrayó.
Año | Crecimiento económico global | Economías avanzadas | Economías emergentes | Estados Unidos | Zona Euro | Economías emergentes (Asia) | Oriente Medio y Asia Central | América Latina y el Caribe | África Subsahariana |
2023 | 3,3 % | 1,7 % | 4,4 % | 2,9 % | 0,4 % | 5,7 % | 2,1 % | 2,2 % | 3,6 % |
2024 | 3,2 % | 1,8 % | 4,2 % | 2,8 % | 0,8 % | 5,3 % | 2,4 % | 2,1 % | 3,6 % |
2025 | 3,2 % | 1, 8 % | 4,2 % | 2,2 % | 1,2 % | 5 % | 3,9 % | 2,5 % | 4,2 % |
Perspectivas inflacionarias y ajustes monetarios
Según el FMI, se prevé una caída en la inflación general de 6,7 % en 2023, a 5,8 % en 2024 y 4,3 % en 2025. Las economías avanzadas podrían alcanzar sus metas de inflación antes que los mercados emergentes, pero la estabilidad de precios aún enfrenta riesgos. Los precios de los bienes se han estabilizado, aunque la inflación en los servicios sigue elevada en varias regiones, lo que subraya la necesidad de que las políticas monetarias consideren las dinámicas sectoriales.
Se proyecta que para finales de 2025, la inflación se sitúe en 3,5 %, por debajo del promedio histórico, aunque algunas economías aún enfrentan presiones inflacionarias, especialmente en los sectores de servicios y alimentos. Los países emergentes podrían ver una desaceleración en la inflación importada, gracias a la revalorización de sus monedas frente al dólar.
“Hemos entrado en el mundo dominado por choques de ofertas, desde el clima, la salud y las tensiones políticas. Y esto dificulta el trabajo de los bancos centrales”, dijo Gourinchas.
Los riesgos
A pesar del mejor comportamiento en inflación, aún hay riesgos globales que bien podrían lastrar el crecimiento en general, pero ejercer presiones particulares en temas como energía y producción de alimentos.
El Fondo habla en su informe de factores como la volatilidad financiera, las tensiones geopolíticas y los repuntes en los precios de las materias primas pueden obstaculizar la relajación de la política monetaria, mientras que un mayor deterioro en el sector inmobiliario de China o el aumento de políticas proteccionistas pueden agravar las tensiones comerciales y desestabilizar la recuperación económica.
Además, la escalada de los conflictos regionales, especialmente en Oriente Medio, podría entrañar graves riesgos para los mercados de materias primas. “La creciente fragmentación geoeconómica, las tensiones comerciales entre países, están ensuciando el comercio, perturbando la inversión transfronteriza”, afirmó el consejero.
Esto conlleva dos caminos: el aumento de los aranceles e interrupciones en el comercio, y, por otro lado, la incertidumbre que aumenta con la futura política comercial, lo que probablemente deprimirá la inversión, la actividad económica y el consumo. “Cuando juntamos todo esto, encontramos un impacto en la producción mundial del orden de 0,5 % de los niveles de producción en 2026″, dijo el economista.
Ajustes necesarios, según el FMI
Los próximos años requerirán un triple ajuste en las políticas económicas.
Primero, el giro en la política monetaria, ya iniciado por varios bancos centrales, que han comenzado a reducir sus tasas de interés, alivianando la presión sobre los mercados laborales y financieros. Según el FMI, esto apoyará la actividad en un momento en el que los mercados laborales muestran signos de enfriamiento con el aumento de las tasas de empleo, que se está dando de forma gradual.
Segundo, la política fiscal deberá consolidarse para estabilizar la deuda pública y recomponer reservas fiscales, especialmente ante las tasas de interés reales que siguen siendo altas en comparación con niveles prepandémicos. El panorama es ambiguo, aseguró Gourinchas durante la presentación del informe: por un lado, retrasar estas políticas fiscales aumenta el riesgo de ajustes desordenados; por el otro, un giro “brusco hacia el endurecimiento podría perjudicar la actividad económica”. Así, sugirió un ajuste fiscal plurianual “sostenido y creíble”.
Finalmente, se necesita un esfuerzo estructural para elevar la productividad y enfrentar desafíos como el envejecimiento poblacional, la transición verde y las desigualdades. El FMI sugirió “reformas internas ambiciosas que impulsen la innovación y aumenten la competencia del capital humano”.
Para esto, subrayó, sería crucial la confianza “entre el gobierno y los ciudadanos y la inclusión de medidas de compensación adecuadas”.
“Fomentar la confianza es una lección importante que también debería resonar a la hora de pensar en formas de seguir mejorando la cooperación internacional e intensificar nuestros esfuerzos multilaterales para dar respuesta a los desafíos comunes”, concluyó Gourinchas.
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