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Este domingo se cumple el primer plazo para concertar un aumento en el salario mínimo para 2025.
Sin embargo, hasta el momento, no ha habido acuerdo alguno al interior de la Comisión de Concertación de Políticas Salariales, en donde tienen asiento empresarios (a través de gremios de la producción) y trabajadores (representados a través de sindicatos), con mediación del Ministerio de Trabajo.
Aunque se esperaba que el viernes hubiera una reunión de todas las partes, esto no sucedió. Tampoco hubo encuentros sábado ni domingo.
Así las cosas, la negociación se encamina hacia su segundo y último plazo para lograr un aumento concertado (30 de diciembre). De no llegar a un acuerdo, el Gobierno debe decretar el aumento que regirá para 2025 en el salario mínimo.
¿Cómo se encuentra la negociación?
Las posiciones se encuentran, hasta el momento, lejanas. El miércoles de esta semana se esperaba que las dos partes de la discusión presentaran una propuesta unificada de aumento para poder avanzar en las discusiones.
Pero sólo los sindicatos cumplieron con este punto, al poner sobre la mesa un aumento de 12 % para 2025. Por el lado de los gremios, no hubo una propuesta única. Aunque Acopi (que representa a las mipymes) pidió que el incremento del próximo año fuera de 5,2 %, lo que se estima que suba la inflación para 2024.
Entre ambas posturas, como se ve, hay una amplia brecha. No sólo en el porcentaje, sino también conceptualmente.
Típicamente, el mínimo sube por encima de la inflación (usualmente lo hace un punto porcentual) para no sólo compensar a los trabajadores en el poder adquisitivo que se pierde con el incremento en el costo de vida, sino para entregarles un poco más de esto con la idea de estimular el consumo y, en general, la economía.
La propuesta de Acopi echa por tierra ese punto extra (o puntos, dependiendo de las condiciones económicas de cada año).
A su vez, el pedido de los sindicatos excede ampliamente no sólo los horizontes de esta suerte de fórmula, sino que va mucho más allá en un momento en el que la economía experimenta una recuperación que, han advertido analistas, hay que seguir estimulando con un incremento del mínimo que se mantenga por debajo de dos dígitos, cuando menos.
En la última década tan sólo en cuatro años se ha logrado una concertación. En la mayoría de ocasiones, el desacuerdo entre las partes ha obligado al Gobierno de turno a tomar esa decisión.
Los otros elementos de la mesa
El salario mínimo es un tema que le pega a muchos, más allá de si se gana directamente este ingreso. Cobros como los copagos al sistema de salud, el precio de la vivienda de interés social, ciertos trámites administrativos, así como el cálculo para las nuevas tarifas en los sistemas de transporte público dependen de lo que se acuerde en esta mesa.
Como la premisa de la comisión es preservar el poder adquisitivo de los trabajadores, en los últimos años se ha buscado avanzar en desamarrar más cobros del salario mínimo (la famosa desindexación). Hasta la fecha se han desvinculado 188 cobros, y se espera que este año se logre avanzar en otros vinculados al sector de vivienda.
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