Salario Mínimo 2025: la influencia de la cifra del desempleo en la concertación
El comportamiento del desempleo suele ser una carta que usan empresarios y sindicatos al momento de argumentar sus propuestas de incremento. ¿Cuál sería la jugada de cada una de las partes?
Diego Ojeda
El desempleo en Colombia continúa en un dígito. Esa fue la noticia que dio el DANE al reportar que, en octubre, la desocupación retrocedió ligeramente y se ubicó en el 9,1 %. Si bien no es la cifra más baja que se ha registrado para el mencionado mes en la última década, sí se apega a la tendencia que se veía en los tiempos anteriores a la pandemia.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
El desempleo en Colombia continúa en un dígito. Esa fue la noticia que dio el DANE al reportar que, en octubre, la desocupación retrocedió ligeramente y se ubicó en el 9,1 %. Si bien no es la cifra más baja que se ha registrado para el mencionado mes en la última década, sí se apega a la tendencia que se veía en los tiempos anteriores a la pandemia.
Quienes ven el vaso medio lleno celebran, pues esta cifra representa una continua mejora para el mercado laboral colombiano; mientras que quienes lo ven medio vacío señalan que sigue siendo alto el que 2,3 millones de personas estén desempleadas, y que la informalidad sea una realidad para más de la mitad de los trabajadores en Colombia.
Más allá de estos análisis, llama la atención que esta es la última cifra en la materia que se conoce previo al inicio de la concertación del salario mínimo, en donde la desocupación tiene un peso importante.
Según lo explicado por expertos y analistas a El Espectador, la influencia del desempleo en la concertación tiene un componente económico y otro político.
Lea también: El desempleo en Colombia fue del 9,1 % en octubre
La directora del Departamento y del Observatorio laboral de la Universidad Javeriana, Juliana Morad, explica que el impacto económico se debe a que, si el incremento del salario mínimo es desproporcionado, se afectaría la capacidad de generación de empleo en el tejido empresarial, lo que, a su vez, generaría un aumento en la desocupación o llevaría a que muchas empresas migren a la informalidad.
Otras voces, como las de las centrales obreras, señalan que el escenario contrario (es decir, que el incremento sea muy bajo), también es perjudicial, porque se castiga el poder adquisitivo de los trabajadores, lo que también generaría una caída en la demanda y, por ende, en las ventas de los bienes y servicios de las empresas. De allí que el cálculo que se le hace al incremento del salario muchas veces es milimétrico. Ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre.
El componente político lo explica el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Fabio Arias, para quien el hecho de que la tasa de desempleo se mantenga en un dígito, es argumento suficiente para demostrar en la mesa de concertación que mayores incrementos al salario mínimo no necesariamente se traducen altas cifras de desempleo.
Aún con lo anterior, el eventual incremento salarial también tiene un eco en quienes no devengan un salario mínimo. De hecho, según cifras del DANE, cerca del 47 % de los trabajadores devengan menos de un salario mínimo en el país, mientras que quienes sí lo hacen son apenas el 11 % de los trabajadores.
Le puede interesar: Las barreras de los jóvenes para conseguir empleo en Colombia
Según lo explicado por el decano encargado de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, Andrés García Suaza, quienes devengan más de un salario mínimo han experimentado una pérdida en su poder adquisitivo en los últimos años, pues sus ingresos no se ajustan al mismo ritmo. Sobre esto hay que recordar que existen elementos que se encuentran indexados al mencionado salario, como los aportes a la seguridad social (aunque hoy son menos, gracias a los avances que la comisión de concertación ha logrado en esta materia).
“En los últimos tres años el salario mínimo pudo haber aumentado cerca de un 30 %. Aquellas personas que ganan más de un salario mínimo no han tenido ese ajuste salarial. Se ha hecho que las cosas aumenten de precio, lo que se traduce en una pérdida en su poder adquisitivo”, concluye.
Pero el golpe también es para quienes devengan menos de un salario mínimo, pues en diversos estudios (como el realizado por la más reciente misión de empleo) se ha encontrado que este ingreso representa una barrera para quienes quieren entrar en la formalidad. El mismo ministro de Comercio, Industria y Turismo del gobierno Petro, Luis Carlos Reyes, coincide con esta postura. Algunos proponen que se sea más flexible, y que en ciertos casos las cotizaciones a la seguridad social se puedan hacer por menos de un salario mínimo.
Así las cosas, la desocupación tiene una influencia en el salario mínimo, y viceversa.
Decir que el desempleo se acabará con un ajuste preciso del salario mínimo (sea porque se sube al nivel que piden las centrales obreras, o a los márgenes cercanos a la inflación que proponen los empresarios) es una ilusión. El problema que tiene el mercado laboral colombiano es más profundo, con elementos como la formación para el trabajo, la regulación de ciertas actividades, la desigualdad que persiste en las regiones, los altos costos para el emprendimiento y el propio dinamismo de la economía, entre un largo etcétera…
Aún así, el impacto económico que tiene el salario mínimo en la generación de empleo es importante. Los sindicatos insisten en que sí es posible lograr grandes incrementos sin que se castigue la capacidad de contratación; pero los recursos de las empresas no son infinitos, por lo que el cálculo sí se debe sustentar en variables importantes, como la inflación. La mesa ya tiene por lo menos ya tiene una para incluir en la discusión la de la desocupación.
💰📈💱 ¿Ya te enteraste de las últimas noticias económicas? Te invitamos a verlas en El Espectador.