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El contralor General de la República, Carlos Hernán Rodríguez Becerra, reconoció que la eliminación del subsidio a la gasolina puede contribuir al aumento de los precios en el corto plazo, pero que es una medida esencial para garantizar la sostenibilidad fiscal y evitar distorsiones económicas a largo plazo.
“Pareciera haber consenso en que es sano cerrar la brecha de déficit en el fondo de subsidio a los combustibles, que no era bueno mantener congelados los precios de los peajes y que se requiere una mayor dinámica en la ejecución de la inversión pública y privada”, indicó.
Al respecto, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, defendió que si el aumento del precio del diésel se hubiese hecho con la inflación, el galón tendría un valor de $13.200 en las estaciones de servicio. También recordó que el valor del ACPM está congelado desde el 1 de enero de 2020 y dijo que significó perder la práctica de hacer esta modificación mes a mes.
El ministro rechazó el argumento de que Colombia enfrentaría una hiperinflación si se llega a aumentar dicho rubro. “Hay una inflación imaginaria que solo se puede resolver con el mundo real y el mundo real es: tendremos que ajustar el precio del diésel y será la próxima medida impopular que tiene que tomar este gobierno. Y de paso estoy anunciando que hay que tomarla y que no va a haber acuerdo”, precisó.
El contralor apuntó que es primordial abordar el problema de la inflación con medidas innovadoras y efectivas para garantizar el bienestar de toda la población.
La expectativa de inflación para final de año apunta a 5,5 %. Mientras quedan tres reuniones de la Junta Directiva del Banco de la República para mover la tasa de interés, que el mercado espera termine en 8,5 %, de acuerdo con Bonilla.
El codirector del Banco de la República, Mauricio Villamizar, sostuvo que el principal objetivo de la política monetaria es lograr el mayor crecimiento durante el mayor tiempo posible y esto es consistente en tener tasas de interés bajas sostenibles en el tiempo. “Lo saludable no es retroceder en el proceso de reducción de tasas de interés”.
La inflación es un impuesto costoso
Para el contralor Carlos Hernán Rodríguez Becerra, “la inflación es como un impuesto, y por cierto uno de los más costosos, pues deprime la capacidad de compra de los ciudadanos que no pueden transferirle a otros agentes ese mayor costo que pagan por bienes y servicios”.
La lectura de Rodríguez apunta a que los conflictos geopolíticos como el de Ucrania, la fractura de las cadenas logísticas y la pugna comercial entre las potencias con su guerra de aranceles, sin duda han alimentado el alza mundial de los precios. Ello ha llevado a algunos analistas a preguntarse si un alza de precios con una evidente causalidad en el exterior puede enfrentarse eficazmente con medidas monetarias internas.
Desde diversos sectores se sugiere que las alzas de salarios realizadas por encima del índice de inflación, el nivel de la tasa de interés activa para la colocación de créditos y la eliminación del subsidio a la gasolina, están en el origen de nuestra situación inflacionaria, subrayó igualmente el jefe del organismo de control. El debate está centrado en definir las causas que han generado el actual proceso inflacionario y discutir la eficacia de las estrategias adoptadas para reducir los precios, y a ese propósito hay diversas hipótesis, enfatizó el contralor.
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