Tensiones entre el Gobierno y el Banco de la República: ¿cómo leerlas?
Las tasas de interés están en el centro de las diferencias entre Gobierno y el banco central. Hay expectativa por una eventual baja en las tasas.
Para este punto de la historia, el Gobierno lleva meses disparando pedidos, quejas y reclamos al Banco de la República por cuenta de las tasas de interés de la entidad.
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Para este punto de la historia, el Gobierno lleva meses disparando pedidos, quejas y reclamos al Banco de la República por cuenta de las tasas de interés de la entidad.
El más reciente round de tensiones llegó la semana pasada, en un momento ciertamente tensionante: con un resultado preocupante para el PIB del tercer trimestre (-0,3 %) y un fuego cruzado entre declaraciones y reacciones por la posibilidad de no mantener la regla fiscal, el presidente Gustavo Petro volvió a presionar una baja en las tasas.
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Tasas de interés e inflación
Las tasas de interés del Banco de la República hay que leerlas en clave de inflación, pues son una de las principales herramientas que hay para meter en cintura el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que este año tocó un techo histórico para marzo, con un crecimiento anual de 13,34 %.
Para ese momento, el Banco ya llevaba 12 aumentos consecutivos en sus tasas, sin que se viera un resultado palpable en el comportamiento de la inflación.
El cruce entre ambos factores se puede apreciar mejor en las siguientes gráficas:
Ahora bien, el panorama de marzo es ciertamente distinto del que se vive actualmente. En ese entonces, la mayor fuerza que alimentaba la inflación general era el alza en los alimentos, un rubro preocupante, pues les pega a todos los consumidores, pero lo hace con especial violencia en los renglones más vulnerables.
Actualmente, el IPC está comandado por el rubro de transporte, por cuenta de los aumentos en los precios de la gasolina que ha decretado el Gobierno para intentar cerrar el déficit que arrastra el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC).
Después del pico de marzo, la inflación ha ido bajando para ubicarse actualmente en 10,48 %. Y, si bien es un resultado notable, no es tan rápido como se había proyectado (o como se necesita).
Para este punto, las proyecciones dan cuenta que el año cerrará con una inflación apenas por debajo de 10 %, según los analistas consultados en la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo.
La gradualidad en la baja se refleja en la decisión de la junta del Banco, que lleva cinco decisiones consecutivas en las que no modifica sus tasas: ni para arriba, ni para abajo.
Pero esta semana, con los resultados del PIB, la presión en el escenario económico subió considerablemente.
El presidente Petro aseguró en un discurso que “hay que bajar la tasa real de interés en Colombia, y eso no lo hace el Gobierno, antaño lo podía hacer. Y eso tiene que quedar claro en la sociedad colombiana: no es responsabilidad del Gobierno, es responsabilidad de la junta directiva del Banco de la República en el cual el Gobierno sólo ha nombrado en este periodo una persona, todas las demás fueron nombradas por Gobiernos anteriores”.
En entrevista con este diario, Leonardo Villar, gerente del Banco de la República aseguró que “El Gobierno ha expresado, a través del ministro de Hacienda, una preocupación absolutamente legítima. Me atrevo a decir que en la Junta Directiva del Banco de la República hay plena conciencia sobre los beneficios que tendría contar con unas tasas de interés más bajas en la economía colombiana cara a cara que las que hoy estamos observando. El debate reside en identificar cuál es el momento oportuno para iniciar el proceso de reducción de esas tasas y cuáles son las condiciones que permitirían reducirlas de una manera sostenible. En la última sesión de la Junta Directiva del Banco, la mayoría consideró que esa reducción debe darse en la medida en que haya una mayor certeza sobre la senda de convergencia de la inflación hacia su meta. Es importante tener en cuenta que el nivel actual de las tasas de interés reales en Colombia es inferior al de muchos otros países de la región, incluso al de aquellos que ya han podido avanzar en el proceso de reducir sus tasas de interés nominales”.
Y agregó: “Las tasas de interés reales son también inferiores a las que tuvimos en Colombia en 2017 y 2018 o en varios momentos de la primera década del presente siglo, cuando la economía crecía a ritmos satisfactorios. El principal motivo para las altas tasas de interés nominales que tenemos en Colombia es que la inflación se mantiene alta y su proceso de reducción ha ido mucho más lento que en varios de los países con los cuales nos solemos comparar, como Chile, Perú, Brasil o México. El gran reto, por lo tanto, es consolidar la tendencia de la inflación a la baja. Ello nos facilitará tener menores tasas de interés y mayor crecimiento económico”.
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