Tras décadas de negociaciones, acuerdo comercial UE-Mercosur toma forma
El acuerdo es una oportunidad para que la UE y la unión aduanera sudamericana fundada por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay aprovechen nuevos mercados para sus productos.
La Unión Europea y el bloque sudamericano Mercosur cerraron un esperado acuerdo comercial pese a las vehementes objeciones de Francia, que se ha comprometido a encabezar una campaña para obstruir su ratificación.
Las partes acordaron en principio los términos del pacto comercial el viernes, después de que la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen viajara a Uruguay para asistir a la cumbre del Mercosur que se celebra esta semana, a pesar de que un enfurecido presidente francés, Emmanuel Macron, le dijo que los términos eran “inaceptables”.
Tras más de dos décadas de negociaciones, el acuerdo es una oportunidad para que la UE y la unión aduanera sudamericana fundada por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay aprovechen nuevos mercados para sus productos en medio de la feroz competencia de China y las amenazas arancelarias de Donald Trump. Se trataría del mayor acuerdo comercial jamás celebrado por ninguno de los dos bloques.
La ratificación será una lucha larga y difícil en la UE. Si se aprueba, el acuerdo crearía un mercado integrado de 780 millones de consumidores, lo que daría un impulso para el asediado sector manufacturero de la UE y la vasta industria agrícola del Mercosur. También reforzaría la presencia de la UE en una región en la que China se ha convertido en un importante proveedor industrial y en el principal comprador de materias primas, al tiempo que ayudaría a aislar a ambos bloques de una posible guerra comercial de Trump.
Los exportadores de automóviles de la UE, en particular, se beneficiarán de la eliminación gradual de los actuales aranceles del 35%. También se suprimirán los elevados gravámenes sobre productos industriales como piezas de automóviles, maquinaria, productos químicos, prendas de vestir y textiles.
Pero varios países europeos, sobre todo Francia y Polonia, se oponen rotundamente, principalmente por el impacto que tendrá en el sector agrícola. Los agricultores europeos temen que la entrada de productos procedentes de América Latina, producidos con normas menos estrictas, los coloque en una situación de desventaja injusta.
Macron se ha enfrentado a la indignación de los agricultores que se oponen al acuerdo, y actualmente está haciendo frente al colapso de su gobierno. Funcionarios franceses cercanos a Macron se han mostrado críticos con Von der Leyen, insistiendo en que el acuerdo podría ser rechazado por los Estados miembros incluso después de que ella lo firme.
Dado el amplio consenso existente en Francia en contra del acuerdo, es probable que Macron continúe la lucha, ya que se enfrenta a una serie de retos políticos cada vez mayores en su país.
Las dos partes llegaron a un acuerdo preliminar similar en 2019, pero nunca lo firmaron debido en gran parte al proteccionismo europeo y la hostilidad hacia las políticas ambientales del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro.
Pero el actual líder de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha sido uno de los más firmes defensores del acuerdo desde que asumió el cargo en 2023. El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, también ha presionado mucho para que se concrete.
Alemania, que representa alrededor de una quinta parte de la población de la UE, es un firme partidario del acuerdo, al igual que España.
Próximos pasos
El acuerdo entre la Comisión y el Mercosur aún no es jurídicamente vinculante. Para que entre en vigencia, se deben cumplir los siguientes pasos:
- Los Estados miembros deben votar el texto del acuerdo. La aprobación requiere el apoyo de al menos 15 países de la UE que representen el 65% de la población. Para bloquearlo, se necesitan al menos cuatro países con al menos el 35% de la población del bloque.
- El Parlamento Europeo también necesita aprobar el texto.
- Los acuerdos que van más allá del ámbito de las instituciones de la UE requieren la ratificación de cada Estado miembro, así como de algunos parlamentos nacionales y regionales.
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La Unión Europea y el bloque sudamericano Mercosur cerraron un esperado acuerdo comercial pese a las vehementes objeciones de Francia, que se ha comprometido a encabezar una campaña para obstruir su ratificación.
Las partes acordaron en principio los términos del pacto comercial el viernes, después de que la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen viajara a Uruguay para asistir a la cumbre del Mercosur que se celebra esta semana, a pesar de que un enfurecido presidente francés, Emmanuel Macron, le dijo que los términos eran “inaceptables”.
Tras más de dos décadas de negociaciones, el acuerdo es una oportunidad para que la UE y la unión aduanera sudamericana fundada por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay aprovechen nuevos mercados para sus productos en medio de la feroz competencia de China y las amenazas arancelarias de Donald Trump. Se trataría del mayor acuerdo comercial jamás celebrado por ninguno de los dos bloques.
La ratificación será una lucha larga y difícil en la UE. Si se aprueba, el acuerdo crearía un mercado integrado de 780 millones de consumidores, lo que daría un impulso para el asediado sector manufacturero de la UE y la vasta industria agrícola del Mercosur. También reforzaría la presencia de la UE en una región en la que China se ha convertido en un importante proveedor industrial y en el principal comprador de materias primas, al tiempo que ayudaría a aislar a ambos bloques de una posible guerra comercial de Trump.
Los exportadores de automóviles de la UE, en particular, se beneficiarán de la eliminación gradual de los actuales aranceles del 35%. También se suprimirán los elevados gravámenes sobre productos industriales como piezas de automóviles, maquinaria, productos químicos, prendas de vestir y textiles.
Pero varios países europeos, sobre todo Francia y Polonia, se oponen rotundamente, principalmente por el impacto que tendrá en el sector agrícola. Los agricultores europeos temen que la entrada de productos procedentes de América Latina, producidos con normas menos estrictas, los coloque en una situación de desventaja injusta.
Macron se ha enfrentado a la indignación de los agricultores que se oponen al acuerdo, y actualmente está haciendo frente al colapso de su gobierno. Funcionarios franceses cercanos a Macron se han mostrado críticos con Von der Leyen, insistiendo en que el acuerdo podría ser rechazado por los Estados miembros incluso después de que ella lo firme.
Dado el amplio consenso existente en Francia en contra del acuerdo, es probable que Macron continúe la lucha, ya que se enfrenta a una serie de retos políticos cada vez mayores en su país.
Las dos partes llegaron a un acuerdo preliminar similar en 2019, pero nunca lo firmaron debido en gran parte al proteccionismo europeo y la hostilidad hacia las políticas ambientales del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro.
Pero el actual líder de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha sido uno de los más firmes defensores del acuerdo desde que asumió el cargo en 2023. El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, también ha presionado mucho para que se concrete.
Alemania, que representa alrededor de una quinta parte de la población de la UE, es un firme partidario del acuerdo, al igual que España.
Próximos pasos
El acuerdo entre la Comisión y el Mercosur aún no es jurídicamente vinculante. Para que entre en vigencia, se deben cumplir los siguientes pasos:
- Los Estados miembros deben votar el texto del acuerdo. La aprobación requiere el apoyo de al menos 15 países de la UE que representen el 65% de la población. Para bloquearlo, se necesitan al menos cuatro países con al menos el 35% de la población del bloque.
- El Parlamento Europeo también necesita aprobar el texto.
- Los acuerdos que van más allá del ámbito de las instituciones de la UE requieren la ratificación de cada Estado miembro, así como de algunos parlamentos nacionales y regionales.
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