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El sector de la construcción va ajustando el impacto de la desaceleración económica que está prevista para este año. De acuerdo con cifras de Camacol, gremio de los constructores, entre enero y mayo de este año se han vendido unas 64.00 viviendas menos que en el mismo periodo de 2022. La caída se ha sentido, principalmente en el sector de vivienda de interés social (VIS).
Los datos van en línea con las cifras que ya había reportado el DANE sobre el PIB para el primer trimestre, las cuales hablan de una desaceleración general de la economía colombiana, con sectores como edificaciones residenciales y no residenciales cuyo crecimiento se redujo ostensiblemente (pasó de 11,2 % en el primer trimestre de 2022 a 2,9 % en el mismo periodo de 2023).
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Así mismo, el reporte del PIB del DANE indicó que todo el sector de la construcción se contrajo debido a las cifras negativas que se dieron en la construcción de obras civiles.
De acuerdo con los datos de Camacol, tanto las iniciaciones, como las ventas se han reducido en este año. Y desde marzo, el promedio de ventas está por debajo del de iniciaciones. Esto, según el gremio, significa que “al sector se le acaba el combustible para la generación de nuevos empleos”.
Las caídas en las ventas de vivienda, como muchas otras cosas, no suceden en un vacío: están conectadas a otros fenómenos. En este caso, se trata, como ya se dijo, de una desaceleración general de la economía (que va en línea con una ralentización económica global). A esto se le suma la subida en las tasas de interés del Banco de la República, lo que ha encarecido el crédito para todos los consumidores (y esto se siente con especial dureza en el renglón hipotecario).
También habría que contar acá el encarecimiento de insumos claves en la construcción, como el acero, así como la escalada en la inflación, que termina por ponerle más presiones a los consumidores en todo tipo de bienes (lo que a su vez puede coartar decisiones de gasto fuerte y a largo plazo en bienes como vivienda).
Las caídas en el renglón VIS, que son las más agudas, están relacioadas con las modificaciones al programa Mi Casa Ya, de acuerdo con los constructores. Algunos analistas han anotado que este impacto también se siente por la dependencia del sector de los subsidios que entrega el Gobierno a través de esta iniciativa.
Para dinamizar la construcción, en especial del renglón VIS, Camacol propone alcanzar los 90.000 subsidios este año (la meta del Gobierno es llegar a 75.000, incluyendo los recursos extra que estarían disponibles si el Congreso aprueba el proyecto de adición presupuestal, que ya superó su primer debate legislativo).
De acuerdo con el gremio se necesita “apropiar los recursos presupuestales para el 2024 con el fin de respaldar más de 100 mil VIS que ya tienen más del 70 % comercializado y un año de preventa”.
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