Matemático que duplicó deuda, favorito en las presidenciales
En cuatro años como gobernador del departamento de Antioquia, Sergio Fajardo duplicó con creces la carga de su deuda y aumentó su dependencia de los préstamos en moneda extranjera.
Bloomberg News
A medida que los candidatos presidenciales en Colombia intentan superarse uno al otro con promesas de reducir los impuestos, Sergio Fajardo se ha mantenido al margen de lo que él llama "la feria de la política".
"En este momento, no puedo prometer bajar ningún impuesto", dijo el mes pasado en TV Fajardo, un exprofesor de matemáticas que actualmente lidera las encuestas presidenciales. "Sería irresponsable decirle a Colombia que voy a bajar unos impuestos en la condición en que estamos".
Los llamados a la prudencia de Fajardo lo hacen parecer como el único conservador fiscal con una posibilidad decente de convertirse en el próximo presidente de Colombia. Sin embargo, una mirada a su historial cuenta otra historia. En cuatro años como gobernador del departamento de Antioquia, una región importante económicamente de Colombia, Fajardo duplicó con creces la carga de su deuda y aumentó su dependencia de los préstamos en moneda extranjera.
Cuando dejó el cargo en 2015, la deuda de Antioquia se había disparado a 1,4 billones de pesos (aproximadamente US$490 millones al tipo de cambio actual) de 640.000 millones de pesos cuando asumió el cargo, y sus indicadores fiscales estaban en rojo. Unos meses más tarde Fitch Ratings puso al departamento en perspectiva negativa por primera vez en su historia, mientras que el Departamento Nacional de Planeación recortó su clasificación de "sostenibilidad fiscal".
El rival más cercano de Fajardo en las últimas encuestas es el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro, un izquierdista temido por inversionistas extranjeros, quienes sospechan que con él se podría reproducir en Colombia el desastre económico de Venezuela. Sin embargo, mientras Fajardo duplicaba la deuda de Antioquia, Petro reducía la de Bogotá.
En respuesta a preguntas enviadas por correo electrónico, la oficina de prensa de Fajardo dijo que su gobierno se endeudó para financiar su plan "Antioquia la más educada", bajo el cual varios cientos de colegios y universidades mejoraron su infraestructura, se abrieron nuevas sucursales de la Universidad de Antioquia, miles de docentes recibieron capacitación y se inauguraron decenas de "parques educativos".
El gobierno departamental de Fajardo también construyó 20.000 viviendas y llevó electricidad a 100.000 casas en zonas rurales mientras asumía la deuda de manera "responsable", dijo su oficina.
Riesgo cambiario
Las cuestiones fiscales juegan un papel central en los debates antes de las elecciones presidenciales de mayo, después de que S&P Global Ratings rebajara la calificación del país por primera vez en 15 años a un nivel por encima del nivel basura. Para mantenerse dentro de la "regla fiscal", o ley de sostenibilidad fiscal, el próximo gobierno debe reducir el déficit fiscal a 1,1 % del Producto Interno Bruto para 2022, desde un estimado de 3,6 % el año pasado.
Fajardo necesitaba endeudarse para financiar una acumulación de inversiones atrasadas en la región, según Fitch. En 2013, cuando un dólar valía menos de 2.000 pesos, tomó un préstamo de US$77 millones que, aunque fue con un banco local, estaba denominado en la moneda estadounidense. Esto aprovechó las menores tasas de interés sobre la deuda en dólares, pero aumentó la exposición de Antioquia al riesgo cambiario.
También pidió prestado el año siguiente US$70 millones de la agencia de desarrollo de Francia, justo cuando el peso comenzaba a depreciarse. Esas decisiones volvieron a afectarlo cuando la divisa perdió más de un tercio de su valor en medio de la caída del precio del petróleo en 2014-2015, lo que provocó que el costo del servicio de la deuda se elevara en términos de moneda local.
"Creo que hizo unas inversiones necesarias en el departamento, hizo unas inversiones importantes en mejorar la educación, el acceso a la educación superior", dijo Carlos Ramírez, analista de Fitch Ratings en Bogotá. "Las manchas fueron el tomar un crédito en moneda extranjera beneficiándose a largo plazo, y el otro debe ser que iba creciendo el endeudamiento de una forma más rápida hasta que llegó un techo" permitido a los departamentos.
Fitch citó los niveles de deuda denominada en dólares y la ausencia de mecanismos de cobertura cambiaria como las principales debilidades de las finanzas del departamento, cuando puso a Antioquia en perspectiva negativa en 2016. Las perspectivas se volvieron estables el año pasado, después de que la región emprendió un "plan para restablecer la salud fiscal y financiera".
Otros candidatos importantes en la carrera presidencial incluyen al exvicepresidente Germán Vargas Lleras y al aliado del expresidente Álvaro Uribe, Iván Duque. Ambos se han comprometido a recortar los impuestos corporativos, que según ellos asfixian a las empresas, y apostar a una ofensiva contra la evasión para equilibrar las finanzas.
Fajardo, quien estudió en la Universidad de Wisconsin-Madison, dice que una ofensiva contra la evasión debe ser primero, y debe demostrarse que funciona antes de que se puedan reducir los impuestos con seguridad.
Colombia celebrará la primera vuelta de las elecciones presidenciales en mayo, con una segunda vuelta en junio. El nuevo presidente asumirá el cargo en agosto.
A medida que los candidatos presidenciales en Colombia intentan superarse uno al otro con promesas de reducir los impuestos, Sergio Fajardo se ha mantenido al margen de lo que él llama "la feria de la política".
"En este momento, no puedo prometer bajar ningún impuesto", dijo el mes pasado en TV Fajardo, un exprofesor de matemáticas que actualmente lidera las encuestas presidenciales. "Sería irresponsable decirle a Colombia que voy a bajar unos impuestos en la condición en que estamos".
Los llamados a la prudencia de Fajardo lo hacen parecer como el único conservador fiscal con una posibilidad decente de convertirse en el próximo presidente de Colombia. Sin embargo, una mirada a su historial cuenta otra historia. En cuatro años como gobernador del departamento de Antioquia, una región importante económicamente de Colombia, Fajardo duplicó con creces la carga de su deuda y aumentó su dependencia de los préstamos en moneda extranjera.
Cuando dejó el cargo en 2015, la deuda de Antioquia se había disparado a 1,4 billones de pesos (aproximadamente US$490 millones al tipo de cambio actual) de 640.000 millones de pesos cuando asumió el cargo, y sus indicadores fiscales estaban en rojo. Unos meses más tarde Fitch Ratings puso al departamento en perspectiva negativa por primera vez en su historia, mientras que el Departamento Nacional de Planeación recortó su clasificación de "sostenibilidad fiscal".
El rival más cercano de Fajardo en las últimas encuestas es el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro, un izquierdista temido por inversionistas extranjeros, quienes sospechan que con él se podría reproducir en Colombia el desastre económico de Venezuela. Sin embargo, mientras Fajardo duplicaba la deuda de Antioquia, Petro reducía la de Bogotá.
En respuesta a preguntas enviadas por correo electrónico, la oficina de prensa de Fajardo dijo que su gobierno se endeudó para financiar su plan "Antioquia la más educada", bajo el cual varios cientos de colegios y universidades mejoraron su infraestructura, se abrieron nuevas sucursales de la Universidad de Antioquia, miles de docentes recibieron capacitación y se inauguraron decenas de "parques educativos".
El gobierno departamental de Fajardo también construyó 20.000 viviendas y llevó electricidad a 100.000 casas en zonas rurales mientras asumía la deuda de manera "responsable", dijo su oficina.
Riesgo cambiario
Las cuestiones fiscales juegan un papel central en los debates antes de las elecciones presidenciales de mayo, después de que S&P Global Ratings rebajara la calificación del país por primera vez en 15 años a un nivel por encima del nivel basura. Para mantenerse dentro de la "regla fiscal", o ley de sostenibilidad fiscal, el próximo gobierno debe reducir el déficit fiscal a 1,1 % del Producto Interno Bruto para 2022, desde un estimado de 3,6 % el año pasado.
Fajardo necesitaba endeudarse para financiar una acumulación de inversiones atrasadas en la región, según Fitch. En 2013, cuando un dólar valía menos de 2.000 pesos, tomó un préstamo de US$77 millones que, aunque fue con un banco local, estaba denominado en la moneda estadounidense. Esto aprovechó las menores tasas de interés sobre la deuda en dólares, pero aumentó la exposición de Antioquia al riesgo cambiario.
También pidió prestado el año siguiente US$70 millones de la agencia de desarrollo de Francia, justo cuando el peso comenzaba a depreciarse. Esas decisiones volvieron a afectarlo cuando la divisa perdió más de un tercio de su valor en medio de la caída del precio del petróleo en 2014-2015, lo que provocó que el costo del servicio de la deuda se elevara en términos de moneda local.
"Creo que hizo unas inversiones necesarias en el departamento, hizo unas inversiones importantes en mejorar la educación, el acceso a la educación superior", dijo Carlos Ramírez, analista de Fitch Ratings en Bogotá. "Las manchas fueron el tomar un crédito en moneda extranjera beneficiándose a largo plazo, y el otro debe ser que iba creciendo el endeudamiento de una forma más rápida hasta que llegó un techo" permitido a los departamentos.
Fitch citó los niveles de deuda denominada en dólares y la ausencia de mecanismos de cobertura cambiaria como las principales debilidades de las finanzas del departamento, cuando puso a Antioquia en perspectiva negativa en 2016. Las perspectivas se volvieron estables el año pasado, después de que la región emprendió un "plan para restablecer la salud fiscal y financiera".
Otros candidatos importantes en la carrera presidencial incluyen al exvicepresidente Germán Vargas Lleras y al aliado del expresidente Álvaro Uribe, Iván Duque. Ambos se han comprometido a recortar los impuestos corporativos, que según ellos asfixian a las empresas, y apostar a una ofensiva contra la evasión para equilibrar las finanzas.
Fajardo, quien estudió en la Universidad de Wisconsin-Madison, dice que una ofensiva contra la evasión debe ser primero, y debe demostrarse que funciona antes de que se puedan reducir los impuestos con seguridad.
Colombia celebrará la primera vuelta de las elecciones presidenciales en mayo, con una segunda vuelta en junio. El nuevo presidente asumirá el cargo en agosto.