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Mary Luz Macías tuvo un accidente de tránsito hace 14 años que la dejó incapacitada. Al regresar a su trabajo como vendedora, en un local de comida, fue despedida. De aquel hecho le quedó una lesión en la rodilla que le impidió vincularse al mercado laboral convencional.
Según el DANE, el país empezó con aumento en la tasa de desempleo, al fijarse en 12,8 % en enero de este año, un punto por encima de la cifra del mismo mes del año pasado.
“Me desmotivé por no conseguir un empleo. La fácil fue vender por catálogo. Primero le ayudé a una tía, quien me dejaba las ganancias. Después le colaboré a una cuñada, pero me puse a pensar y me pregunté: ¿por qué no lo hago yo misma?”, cuenta Macías, quien es consultora desde hace cinco años de Yanbal, Avon, Ésika y otras marcas.
La mujer, de 51 años, asegura que ahora vive de eso. Sin embargo, dice que ofrecer solo un catálogo de revista no sirve. “Si vendo $1’000.000 me gano $250.000 y con eso, ¿quién va a vivir? Trabajo juiciosa con todas mis revistas, para ganar unos $3’000.000. Las ventas funcionan bien si uno tiene un orden con los clientes en las formas de pago”.
De acuerdo con la Cámara de la Industria Cosmética y de Aseo, de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), el tamaño de este mercado en el país generó US$5.687 millones en 2018. Específicamente, en el mercado de belleza y cuidado personal en Latinoamérica, Colombia ocupó el año pasado el cuarto lugar con US$3.422 millones.
Respecto a los canales de distribución, la venta directa o por internet de productos cosméticos tiene una participación de un 30,9 y un 0,2 %, respectivamente, lo que representa negocios por casi US$1.057 millones. Según cifras de Raddar, que realiza estudios de mercado, “Facebook y Whatsapp son las redes sociales que más utilizan los consumidores de este mercado. Instagram y Youtube son más representativas en las generaciones más jóvenes”.
Una de las empresas de este mercado en la venta directas es Yanbal, que en 2019 cumple 40 años. Actualmente 140.000 mujeres en el país se dedican a vender sus productos por catálogo.
“Hemos crecido en desarrollo empresarial. La compañía es cuna de emprendedoras. Tenemos 4.000 empresarias independientes, que manejan la red de consultoras”, señala el peruano Carlos Gallegos, gerente general de la empresa en Colombia.
Esta compañía fue creada hace 51 años en Perú y luego abrió mercado en otros países. Sus productos se dividen en cinco categorías: tratamiento, maquillaje, bisutería, cuidado personal y fragancia (que es la más vendida). “Tenemos la capacidad de fabricar y distribuir nuestras fragancias en Colombia”, agrega Gallegos.
Y es precisamente el mercado de las fragancias el que domina el sector denominado “otros productos relacionados con cuidado”. Para la firma Raddar, una gran parte del crecimiento obedeció a la venta de perfumes para mujer. No obstante, las lociones para hombres en 2018 tomaron fuerza y aportaron el 33 % de ese incremento.
A pesar de ser una de las marcas de más recordación, en el mercado de ventas por catálogo también ha despertado críticas. Si bien solo el año pasado generó ganancias en el país cercanas a los US$200 millones, como muchas de las empresas que promocionan las ventas directas, no les paga seguridad social a sus consultoras, por no estar vinculadas directamente con la compañía.
Así lo ratifica la consultora Mary Luz Macías, quien señala que, como emprendedora, debe hacer los aportes correspondientes al sistema de seguridad social. Por su parte, Gallegos, quien lleva 19 años en la compañía y un año a cargo de la gerencia de Yanbal Colombia, aclara que, “al ser catalogadas empresarias independientes, deben velar por estar protegidas socialmente. Todos sus costos tienen que tener una concordancia con el trabajo que están haciendo”.
Fuera de que cada una de ellas obtiene ganancias cercanas al 25 % de cada producto, desde la empresa las capacitan en la parte tributaria, legal y comercial. “Dentro de toda la conceptualización de su negocio van encontrando la asignación de los gastos que consideran más relevantes. Sin duda, la seguridad social es un punto importante en el desarrollo del emprendedor”, concluye Gallegos.
Aunque para las consultoras se ha convertido en un reto asumir el pago de su propia seguridad social, este sector también es una salida para muchos desempleados en el país. Mary Luz Macías cree que en dicho negocio encontró una alternativa para subsistir. Su desafío es llegar a nuevos mercados como los millennials o la generación Z, que representa más del 30 % de la población colombiana.