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Este viernes se conoció que el Guillermo Reyes, ministro saliente de Transporte, presentó ante la Fiscalía General de la Nación una denuncia penal contra ocho directivos y miembros de la aerolínea Ultra Air por presunta estafa de más de $48.000 millones.
La denuncia es contra los representantes legales y miembros de la junta directiva de Ultra Air: William Shaw, Oscar Hernán Herrera, Abel de Jesús López; y los miembros principales de la junta: David Bojanini, Ilva Restrepo, Juan Alberto Londoño, Juan Carlos Altmann y Claudia Elena Munera.
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En el documento le piden a Francisco Barbosa, fiscal general de la Nación, y a Eduar Alirio Calderón, director especializado contra la corrupción, investigar lo “más pronto posible” a la junta directiva de Ultra Air por los delitos de estafa en masa, ofrecimiento engañoso de productos y servicios, y perturbación en servicio de transporte público.
De acuerdo con la Supertransporte, entre el 30 de marzo de 2023 y el 28 de febrero de 2024 Ultra Air vendió 327.551 tiquetes. La entidad tendría que establecer por qué la aerolínea vendió esos tiquetes antes de suspender sus operaciones y el papel de los accionistas de la aerolínea.
Así las cosas, en el documento presentado a la Fiscalía se señala que “las personas acá denunciadas en nombre de la sociedad Ultra Air vendieron y ofertaron al público en general los tiquetes y trayectos aéreos teniendo claro que se trataba de un servicio que no podrían cumplir”.
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Vale la pena mencionar que la aerolínea de bajo costo Ultra Air dejó sus aviones en tierra desde la medida noche del jueves. La empresa aseguró que operó “deficitariamente” en los últimos meses debido al aumento en el costo del combustible y a la subida del dólar.
“Lamentamos profundamente informar a todos nuestros clientes, proveedores y autoridades que, a partir de hoy en la noche a las 12:00 a.m., se suspende la operación de la aerolínea Ultra Air en Colombia, por lo cual no volará en ninguna de sus rutas programadas a partir del 30 de marzo”, dijo la empresa en un comunicado.
Ultra Air dejó de volar el 30 de marzo, ad-portas de Semana Santa y 30 días después de que Viva Air, una aerolínea con el mismo modelo de negocio, suspendiera sus operaciones.
De esta manera, más del 20 % del mercado quedó desatendido, pues Viva llegó a tener un 16 % de participación en una década y Ultra, según informó en un comunicado, alcanzó el 8 % en un año. En su momento, ambas atribuyeron la decisión a una crisis económica desatada, entre otros factores, por el precio del combustible y la devaluación del peso frente al dólar.
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