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Una serie de ejercicios dan cuenta de que una vez se activen los sistemas de transporte férreo y fluvial y se conecten con el sistema carretero, los costos de transporte de mercancías desde el centro del país hacia los puertos y viceversa podrían reducirse incluso a la mitad.
De acuerdo con el Plan Maestro de Transporte Intermodal (PMTI), que se proyectó a 20 años, se han identificado oportunidades de navegación en al menos siete ríos (Meta, Guaviare, Vaupés, Putumayo, Caquetá, Atrato y Magdalena) y de operación en nueve de las 17 líneas férreas con las que cuenta del país (Atlántico, Pacífico, Corredor Central, Barrancabermeja, Bogotá-Belencito, Cerrejón, Paz del Río y Caldas-Buenaventura), algunas de las cuales llevan décadas fuera de servicio.
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El Departamento Nacional de Planeación (DNP), en el marco de la Misión de Logística y Comercio Exterior, que se desarrolló entre 2016 y 2018, analizó el costo de exportación de un contenedor de 20 pies (unidad de medida estandarizada conocida como TEU, por su sigla en inglés). “Para esto se tuvieron en cuenta diversos escenarios que combinan la ejecución de acciones de provisión de infraestructura de transporte y medidas de facilitación de comercio”, explicó la entidad a El Espectador.
En el ejercicio encontró que mover un contenedor entre Bogotá y la Costa Caribe costaba en 2018 alrededor de US$2.450. Sin embargo, este valor podría bajar hasta 15,3 % (US$2.076) una vez entren en servicio las concesiones de cuarta generación (4G) que hoy apenas se están reactivando. Esto dado que los proyectos están planteados para lograr ahorros en tiempos de viaje y costos.
El DNP aseguró que llegó al primer valor teniendo en cuenta las condiciones de infraestructura del país en 2017 y los valores del Sistema de Información de Costos Eficientes para el Transporte Automotor de Carga (SICE-TAC) del Ministerio de Transporte. Y al segundo, sumando la reducción de costos prometida de cada proyecto concesionado.
Además, con el fin de ir más allá de la infraestructura y abordar también la optimización de servicios, se incluyó el costo de trámites documentales y cumplimiento fronterizo, así como la información del Doing Business del año pasado, el cual concluyó que en Colombia estos procesos valen 3,6 veces más que en el promedio de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).
Lo anterior se contrastó con una proyección de la reducción de 14,3 % en costos comerciales, estimada por la Organización Mundial del Comercio en 2015, una vez Colombia cumpla las disposiciones del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio que adoptó por ley en enero de 2018 y se implementen mecanismos como la ventanilla única de comercio exterior.
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Sin embargo, el costo cae más de 26 % (US$1.809) si el ejercicio comienza desde Bogotá hasta Caldas en carretera y se proyecta utilizando las líneas férreas entre La Dorada-Chiriguaná (522 kilómetros) y Chiriguaná-Santa Marta (264 kilómetros). Y si se hiciera trasbordo en Girardot al modo fluvial a través del río Magdalena para llegar a Barranquilla, el ahorro superaría el 50 % (US$1.209) con todo y que los tiempos de viaje son mayores porque se deben cruzar unos 900 kilómetros.
“A estos dos modos -hoy rezagados- les queremos dar un gran impulso porque al final hay una reducción potencial de costos que beneficia al ciudadano de a pie”, dijo un funcionario técnico del DNP que también explicó que para estos cálculos se basaron en las estimaciones de beneficios de utilización de estos modos de transporte, presentadas en el estudio Hidrovías para el desarrollo y la integración Suramericana del Banco de Desarrollo de América Latina en 2016.
La ruta Bogotá-Costa Caribe es ideal para el análisis no solo porque permite comparar los tres modos de transporte sino porque es un corredor estratégico para el país que movió, tan solo el pasado mes de junio, más de 17.400 toneladas de carga por carretera desde Santa Marta en 734 viajes y otras 3.241 toneladas desde Bogotá en 304 viajes cuyo valor supera los $2.900 millones, según estudios económicos de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar).
Otras rutas multimodales
En un ejercicio similar, la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena) calculó el costo de mover 1.000 toneladas de palanquilla de acero de Barranquilla a Tocancipá (Cundinamarca). En transporte terrestre hoy se pagarían unos $115.000 por tonelada solo en fletes por un trayecto de 980 kilómetros. Conectando el transporte intermodal se puede hacer un trayecto fluvial de la capital del Atlántico hasta Puerto Capulco en Gamarra (Cesar), un trayecto férreo de este punto hasta La Dorada y otro carretero hasta la Sabana de Bogotá, logrando un ahorro de 10,4 % ($103.000 por tonelada).
Según el ejercicio, el modo más competitivo por tiempo y valor es el tren, con un flete de $35.000 por tonelada (40 % por debajo del carretero, que es de $60.000 por tonelada). Además, de acuerdo con la entidad, la línea de La Dorada-Chiriguaná es valiosa porque “conduce la carga hasta nodos de transferencia ubicados a menos de 200 kilómetros de los principales centros de consumo/producción del país”.
Sin embargo, Cormagdalena destacó que el transporte fluvial es fundamental no solo porque permite aumentar la capacidad de carga a movilizar y ahorrarse dinero en fletes, sino porque es hasta nueve veces menos contaminante que el transporte por carretera, con emisiones de carbono de 0,56 gramos por cada kilómetro recorrido y tonelada transportada.
Lo propio sucedería si desde la Costa Caribe se lleva mercancía a los Santanderes. En un viaje netamente terrestre se deben pagar $95.000 de fletes por tonelada, mientras que aprovechando la navegación del Magdalena, el costo se reduce a $85.000 por tonelada.
Otro importante corredor de comercio exterior es Bogotá-Buenaventura. En este caso, la movilización de mercancías por tren desde La Felisa (Caldas) hasta el distrito especial del Valle del Cauca garantiza una importante reducción de costos, a pesar de que no se cuenta con otra opción de intermodalidad, como un río, que mejore el valor.
Para darle un impulso a estos escenarios que aún no llegan a ser una realidad, este mes Planeación Nacional presentará una nueva política nacional logística que busca reducir tiempos y costos en todos los modos de transporte. En los últimos meses el documento se ha compartido con el sector público y privado para que la política esté actualizada a las necesidades de la cadena.