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Varios países y bloques económicos están intentado negociar exenciones a los aranceles que impuso Trump. Hasta el momento, los únicos dos socios comerciales que no deben pagar los impuestos, de 25 % sobre el acero y 10 % sobre el aluminio, son Canadá y México (el primer y tercer proveedor de acero en EE.UU., respectivamente). Se rumora que Australia también podría ser beneficiada con la exención.
Este es un panorama de cómo se encuentran las tensiones diplomáticas y comerciales después de la imposición de los aranceles.
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Unión Europea (UE)
Hasta el momento, ha emitido la respuesta más fuerte frente a la medida de Trump. El día anterior a que se hiciera oficial la imposición de aranceles de Trump, el bloque económico diseñó una lista de productos que tendrán que pagar extra por entrar al mercado común, como whisky, jugo de naranja, mantequilla de maní, jeans y motos, entre otros artículos.
La retaliación de la Unión Europea tiene mucho sentido, si se considera que, como bloque, representa el quinto productor de acero del mundo y Estados Unidos es el principal importador de esta materia prima a nivel global.
A pesar de que nadie, excepto Trump, quiere una guerra comercial, Benoît Coeuré, codirector del Banco Central Europeo (BCE), aseguró este lunes que “el riesgo de una guerra comercial es el principal riesgo (...) pero es una ocasión para Europa de demostrar su unidad”, añadió, asegurando que no se trata de "enfrentarse al pueblo estadounidense ni a la economía estadounidense" sino de rechazar el "lenguaje guerrero”.
Durante un evento público este sábado, Trump exigió la retirada de los aranceles contra productos de su país.
Corea del Sur
El ministro de Finanzas surcoreano, Kim Dong-yeon, dijo que su país usará "todos los medios” disponibles para responder a los aranceles impuestos por Trump. Este país es el cuarto proveedor de acero en el mercado estadounidense, con 3,6 millones de toneladas exportadas a este país durante 2017.
El funcionario también enunció la posibilidad de que su país se una al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés), algo que debería definirse en el primer semestre de este año.
China
China es, quizá, la gran incógnita en esta ecuación, pues buena parte de la motivación detrás de los aranceles de Trump es detener el avance chino en el sector del acero, principalmente. Cabe recordar que el país asiático responde por casi 50 % de la producción mundial de acero. Pero también vale la pena tener en cuenta que apenas 2 % de las compras de acero en EE.UU. se hacen a empresas chinas; éstas le venden, principalmente, a mercados asiáticos, como Corea del Sur, Vietnam y Filipinas.
China continuará conversando con Estados Unidos para evitar una guerra comercial, según Zhong Shan, ministro de comercio chino: "Puedo decirles que continuaremos con nuestras conversaciones sobre esos temas [...] pues nadie quiere una guerra comercial. No sólo hablamos, sino que las dos partes acordaron seguir haciéndolo”. Y agregó: “Somos capaces de resistir a cualquier desafío y de defender firmemente los intereses del país y del pueblo”.
Japón
Yoshihide Suga, portavoz del gobierno japonés, advirtió que esta medida puede amenazar la estabilidad de la economía mundial y agregó que Tokio pedirá a Estados Unidos que lo excluya de la decisión. Antes, el ministro de Relaciones Exteriores, Taro Kono, calificó la decisión de Trump como "lamentable" y aseguró que "la medida podría tener un grave impacto en la relación económica entre Japón y de Estados Unidos (...) y también en la economía global".
Brasil
Este es uno de los países más perjudicados por la medida, pues es el segundo proveedor de acero en Estados Unidos. A través de un comunicado, el gobierno brasileño aseguró que "recurrirá a todas las acciones necesarias" para preservar sus derechos. El texto expresa "la gran preocupación" ante la medida, que "causará graves perjuicios a las exportaciones brasileñas y tendrá un significativo impacto negativo en los flujos del comercio bilateral (...) y en las relaciones comerciales y de inversiones entre ambos países”.
La industria del acero en Brasil concentra unos 100.000 trabajadores y aún se encuentra en pleno camino de recuperación económica luego de una de las peores recesiones en su historia.
Colombia
En materia de comercio internacional, el país está más enfocado en este momento en asegurar su entrada a la OCDE, que depende en buena medida de la aprobación de Estados Unidos. Se espera que esto se logre a finales de mayo. Sin embargo, según cálculos de la Andi, Colombia perderá unos US$226 millones anualmente por cuenta de la imposición del arancel. El país también se encuentra haciendo lobby para ser eximido de los aranceles y, en caso de que esto no funcione, no se descarta denunciar un presunto incumplimiento del TLC firmado con EE.UU.