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Bibiana Taboada llegó a la Junta del Banco de la República en medio de una fuerte polémica, pues su experiencia con la política monetaria y cambiaria es limitada, aunque tiene preparación para el manejo de los temas económicos.
En respuestas escritas a El Espectador sostuvo que el emisor implementó mecanismos de intervención en el mercado cambiario para ampliar liquidez sin afectar las reservas internacionales.
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¿Cómo ve el manejo de la economía?
El año 2020 fue muy difícil para la economía colombiana. No hay duda de que la recuperación de un choque de estas proporciones será compleja. Sin embargo, la naturaleza misma del choque —originado por una epidemia de salud pública y no por factores económicos o financieros— podría permitir una recuperación más rápida de la que se observó en momentos de crisis en el pasado. Que esto ocurra dependerá, principalmente, de la evolución misma de la pandemia: de que se contengan posibles rebrotes y se minimicen nuevas restricciones a la movilidad, así como de que se avance en los procesos de vacunación.
¿Le parece que las estimaciones del Banco sobre la expansión del PIB para 2021 están aterrizadas o hay necesidad de revisarlas?
En este momento hay mucha incertidumbre en relación con la evolución de la pandemia. No sabemos con certeza si habrá nuevos brotes y de qué magnitud, tampoco tenemos claridad sobre los tiempos en los que lograremos inmunidad gracias a la aplicación de las vacunas. En este contexto, las estimaciones que hace el Banco, tanto del PIB como de otros indicadores, tienen rangos de confiabilidad bastante amplios, y tienen que ser revisadas y ajustadas constantemente. Actualmente, el pronóstico del Banco sobre el crecimiento económico en 2021 es de 4,5 %, en un rango entre 2 % y 6 %. Esta estimación asume que no serán necesarias grandes restricciones a la movilidad que impidan significativamente la realización de actividades económicas.
¿Qué ha hecho bien el Banco para ayudar a sacar la economía de la crisis en esta pandemia?
El Banco ha tenido un rol muy activo durante la crisis. No solo bajó de manera contundente la tasa de interés de política, sino que además intervino en el mercado financiero proveyendo altos niveles de liquidez. La caída en la tasa de interés ha sido clave en mantener la oferta de crédito a empresas y hogares y en estimular la actividad económica. La oferta de liquidez adicional ha permitido mantener la estabilidad de los mercados financieros y garantizar la continuidad en el funcionamiento del sistema de pagos. Aquí vale la pena destacar, además de los montos, los mecanismos utilizados por el Banco para tal fin. El Banco adoptó medidas innovadoras para ampliar sus operaciones de mercado, lo que permitió que más actores participaran en ellas y con mayor facilidad. También implementó nuevos mecanismos de intervención en el mercado cambiario para ampliar liquidez sin afectar las reservas internacionales.
¿Qué le ha faltado al Banco para dar más apoyo?
Las acciones del Banco han constituido un buen complemento a las del Gobierno en el apoyo a hogares y empresas a enfrentar la crisis. Hay un reto muy grande relacionado con el deterioro del mercado laboral en el país. En 2020, no solo se incrementó la tasa de desempleo, sino que cayó la participación laboral y la tasa de ocupación. En todo esto, la población femenina ha sido la más afectada, lo que ha incrementado la brecha de género considerablemente. En enero de este año la tasa de desempleo total a nivel nacional llegó a 17,3 %, pero se ubicó en 22,7 % para mujeres y en 13,4 % para hombres, una diferencia de cerca del 70 %. Esto obedece, en buena medida, a un aumento mayor, mes a mes, desde el inicio de la pandemia, del desempleo femenino comparado con el masculino. Una tendencia similar se observa en términos de la tasa global de participación y de la tasa de ocupación, lo que refleja que muchas mujeres, además, salieron del mercado laboral. En un contexto como este, la recuperación del mercado laboral debe ser prioridad para todos los actores del Estado, incluyendo el Banco.
¿Qué opina de las críticas que señalan que usted llegó al Banco no por méritos, sino por padrinazgo?
Conozco al presidente Duque hace más de quince años. El presidente fue de las primeras personas que conocí cuando llegué a trabajar al Banco Interamericano de Desarrollo en Washington. Desde entonces, ha seguido mi carrera. Fue testigo de mi trabajo en el BID durante muchos años y, más recientemente, me invitó a hacer parte de su gobierno y conoció de primera mano mi trabajo como subdirectora del Departamento de Prosperidad Social, en donde estuve hasta julio del año pasado. He tenido una carrera técnica en el área de desarrollo social y reducción de pobreza. Recientemente, también me he involucrado en temas de inclusión financiera que se relacionan con la política pública de los sistemas de pago.
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¿Tiene el Banco más munición para seguir respondiendo a la crisis ante posibles nuevos rebrotes del COVID-19?
El Banco continúa atento a la evolución de la pandemia y de la economía, y tomando decisiones en tiempo real para ajustar sus intervenciones según los cambios que se observen. El Banco está listo para seguir actuando con pertinencia y determinación, de acuerdo con lo que exijan las circunstancias.
¿Hay espacio para seguir recortando la tasa de interés o es mejor frenar y empezar a subir?
Las decisiones de tasa de interés las toma la Junta Directiva del Banco de manera colegiada. Con base en análisis preparados por el equipo técnico del Banco se discuten las implicaciones de cambios en la tasa de política a la luz de condiciones observadas y proyectadas en el momento para la economía. De esta manera, se tomaron las medidas de reducción de la tasa de 4,25 % en febrero a 1,75 % en septiembre, y de su posterior estabilidad hasta el día de hoy. Las decisiones futuras sobre la tasa de interés se tomarán siguiendo este mismo esquema de trabajo y dependen de la evolución de la pandemia y de la respuesta observada y pronosticada para los principales indicadores de la economía.
¿Qué tanto la inquieta el nivel actual de la inflación?
La inflación observada en 2020 fue de 1,6 %, un mínimo histórico. En enero, la tendencia en precios se mantuvo y la inflación mensual se ubicó en 0,4 %. Este resultado está relacionado con las restricciones a la movilidad que se presentaron al comienzo del año, así como a otros factores, como el exceso de capacidad de la economía y la indexación de algunos bienes y servicios a la inflación en 2020. Los pronósticos del Banco prevén que las presiones a la baja se mantengan durante el primer trimestre del año, pero que a partir del segundo trimestre se reviertan, de manera que al finalizar 2021 se alcance un nivel aún inferior, pero cercano a la meta del 3 % y dentro del rango entre 2 % y 4 %.
¿El precio del dólar es adecuado para las necesidades de la economía y qué tanto ayuda la cotización del petróleo?
En la economía colombiana el precio del dólar se determina libremente en los mercados y se convierte en la variable que absorbe los choques en el mercado de capitales. Esta característica da fortaleza a la política macroeconómica en la medida en que permite proteger y controlar mejor otras variables como la inflación. En este sentido, las fluctuaciones observadas en la tasa de cambio son naturales y ayudan a compensar desbalances en otros mercados. En cuanto al petróleo, si bien el incremento en su precio puede ser un alivio temporal a las finanzas públicas y a los términos de intercambio del país, es importante que se tome con cautela. Aún hay mucha incertidumbre en cuanto a la tendencia del precio del barril hacia adelante, pero más allá de esto, es importante que no se fomente la dependencia del país en el petróleo y, por el contrario, que se continúe buscando la diversificación de la canasta exportadora colombiana.
¿Qué opina sobre la posibilidad de que el Gobierno pida un préstamo al Banco? ¿Es bueno aprobarlo?
De manera indirecta, el Banco ya le presta plata al Gobierno cuando compra títulos de deuda pública en el mercado financiero. Sin embargo, lo importante de estas operaciones es, precisamente, que se hacen a través del mercado. Esta característica es fundamental porque garantiza la credibilidad del pago de la deuda por parte del Gobierno al Banco, al igual que con cualquier otro acreedor. La propuesta de hacer un préstamo directo, al no pasar por el mercado, tiene el riesgo de enviar una señal equivocada a los mercados. El costo de esta medida podría ser muy alto, mientras que sus beneficios serían bajos, especialmente en el contexto actual en el que el Gobierno tiene acceso a recursos en el mercado financiero a tasas históricamente bajas.
¿El Gobierno debe acelerar la presentación de la reforma fiscal?
A raíz de la pandemia, el Gobierno tuvo que incurrir en gastos que no tenía previstos, tanto en temas relacionados con los servicios de salud como en temas sociales y de reactivación económica. Es deseable que se hagan ajustes fiscales para equilibrar estas variables. Posiblemente, los cambios tendrán que hacerse de manera gradual, para no frenar la recuperación que inicia y buscando entrar en una senda de ajuste que sea realista y creíble. La reforma tendrá que incluir temas tributarios y puede considerar también otras fuentes de ingreso para el Gobierno.